Salud

El retorno del ‘heroin chic’

La moda de los 90 ha vuelto a inundar las pasarelas y, con ello, lo ha hecho también los cánones de belleza de la década. Tras una década de apuesta por el ‘body positive’, reaparece la exaltación de la delgadez extrema.

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28
abril
2023

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La moda es cíclica y recupera del pasado patrones y estilos que parecían olvidados. Pero nadie pensó que una tendencia de los 90 pudiera volver a las pasarelas y las portadas de las revistas. Es el llamado heroin chic, ese aspecto que recuerda a alguien que ha consumido heroína: piel blanca, ojos hundidos, ojeras, extremada delgadez, pelo lejos de estar peinado y posturas desgarbadas en las fotos.

Una de sus máximas exponentes fue Kate Moss. Con ella comenzó todo en 1993. Moss era entonces una jovencísima modelo que protagonizó una campaña para Calvin Klein, con una belleza opuesta a las modelos de los 80, a las conocidas Naomi Campbell o Cindy Crawford; los cuerpos perfectos y curvas imposibles dieron paso a delgadas extremidades y pómulos marcados.

Aquella tendencia noventera de hastío, de lo opuesto a la perfección de las top models, no solo era una característica de las pasarelas. En los 90 apareció el grunge, con Nirvana a la cabeza, pero también se estrenaron películas como Trainspotting o Pulp Fiction. Los cuerpos muy delgados, que mostraban los huesos como belleza, escandalizaron entonces a la sociedad, pero también se convirtieron en referentes para las jóvenes que compraban las revistas.

Era un capítulo que parecía haberse cerrado; sobre todo en los últimos años con el intento de incentivar los «cuerpos reales», tanto en las pasarelas como en las campañas de publicidad. Fue en estos años cuando apareció la famosa Kim Kardashian y sus curvas, lanzando el mensaje de que no era necesario aspirar a la delgadez para sentirse guapa. Pero hasta la más famosa de las Kardashian ha cambiado su cuerpo. Confesó haber perdido siete kilos en tres semanas para lucir el famoso vestido con el que Marilyn Monroe cantó Cumpleaños feliz al presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy. Las famosas curvas de las que había hecho gala durante años han desaparecido y también ella parece haberse subido a esta nueva ola de buscar la delgadez.

Los cuerpos muy delgados, que mostraban los huesos como belleza, escandalizaron en los 90 a la sociedad, pero se convirtieron en referentes para las jóvenes

Las marcas parecen haber dejado de lado esa buena predisposición a hacer tallas más allá de la 38 y abrir la mente a los cuerpos reales de la calle. La vuelta de los pantalones de talle bajo y tops propios de los 90 ha traído también ese cuerpo del heroin chic, el que en aquella década se consideraba fundamental para poder lucirlos. La tendencia ha quedado reflejada en los desfiles de firmas como Miu Miu y Tom Ford. De hecho, una falda de Miu Miu se ha hecho viral:  es tan corta que se ve el forro de los bolsillos y va acompañada de un minitop igual de pequeño que deja ver la zona baja del pecho.

Las nuevas tendencias buscan la oposición a lo que ya estaba establecido. Después de la pandemia y los confinamientos, las marcas apostaron por la ropa cómoda de casa adaptada a la calle. Pero esta vuelta del heroin chic reivindica enseñar más y tener un cuerpo delgado para poder mostrar más centímetros de piel.

El poder de las redes sociales

En los años 90 la influencia llegaba por anuncios, revistas y vídeos musicales. En 2023, lo hace a través de las redes sociales. En TikTok, los retos para perder peso están a la orden del día. El algoritmo, además, alimenta esa tendencia porque tiende a mostrar al usuario lo que le interesa, lo que quiere decir horas y horas de consejos para adelgazar.

La vuelta de los pantalones de talle bajo y tops propios de los 90 ha traído también ese cuerpo de delgadez extrema de la década

El artículo Influencia de las redes sociales sobre la anorexia y la bulimia en las adolescentes: una revisión sistemática ha analizado varios estudios que revisan cómo las redes sociales influyen en los trastornos de la alimentación. La conclusión es que Instagram, TikTok y el resto de plataformas están consideradas «uno de los factores de riesgo en el desarrollo de trastornos alimentarios, pues constituyen un gran espacio de difusión de los cánones de belleza actuales». ¿Y dónde muestran marcas, influencers y famosos las nuevas tendencias? Lo hacen, justamente, en los social media.

Los diferentes estudios detectaron una asociación entre «el tiempo dedicado a sitios web que favorecen los desórdenes alimenticios y el desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria». Estos trastornos se desarrollan «porque las redes sociales permiten la comparación entre iguales, generando una mayor preocupación por el peso, además de crear espacios específicos que fomentan la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa», concluye el artículo.

Que los trastornos de la alimentación se hayan disparado entre los jóvenes tras la pandemia es una muestra de esa búsqueda al alza por estar cada vez más delgados. Según la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia de Cataluña, la mayor incidencia de estos trastornos se produce entre los 12 y los 18 años, «pero cada vez nos encontramos con casos que tienen una edad de inicio más baja, en torno a los 8 o 9 años». Esta asociación recuerda que hoy un ideal estético delgado «está asociado al éxito social, familiar y profesional».

¿Qué ha pasado con el ‘body positive’?

El movimiento social de mostrar el cuerpo sin retoques ni filtros, mostrar arrugas, michelines y estrías, llamado body positive, llegó de las redes a las marcas de moda y belleza durante la década pasada. Escucharon las reivindicaciones y empezaron a contratar a modelos «reales» para expiar culpas tras años impulsando el canon de cuerpos perfectos. Pero lo cierto es que en la era de las redes sociales, aquella famosa o influencer que muestra su cuerpo sin filtros se enfrenta a un escarnio público de haters. El body positive ha dado lugar al llamado body shaming, es decir, comentarios sobre el cuerpo de los demás lanzados sin permiso.

El movimiento que apostaba por mostrar cuerpos reales en los medios parece haberse extinguido: requiere una autoestima por parte del autor a prueba de comentarios llegados de cualquier usuario. Un camino de obstáculos teniendo en cuenta que, según un estudio realizado antes de la pandemia por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, el 70 % de los adolescentes no se siente a gusto con su cuerpo y seis de cada diez chicas creen que serían más felices si estuvieran más delgadas.

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