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Arte y creatividad para salvar el futuro

Un museo es un espacio especial para abordar los retos de la sostenibilidad, porque la creatividad es la palanca que ayudará a encontrar esas –y tan necesarias– soluciones. Es lo que acaban de hacer en el Museo Thyssen los participantes en la quinta edición del ciclo #MarcasResponsables, organizado por Eltiempo.es.

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Nicolás Aznárez
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Mesa redonda en la quinta edición del ciclo #MarcasResponsables.

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En un museo puede nacer la protesta o la misma revolución. Es en sus salas donde se ondea con fuerza el discurso del cambio. Y es precisamente transformación lo que pide a gritos un mundo inmerso en una emergencia climática con potenciales consecuencias irreversibles. La voluntad de crear espacios de diálogo para encontrar nuevas formas de desarrollo más respetuosas con el planeta es, ahora mismo, fundamental. 

Por ello, el Museo Thyssen de Madrid acaba de acoger un debate alrededor de los desafíos de la sostenibilidad con motivo de la quinta edición del ciclo #MarcasResponsables organizado por la plataforma de previsión meteorológica Eltiempo.es. Mario Picazo, meteorólogo de Eltiempo.es y experto en cambio climático, encabezó un encuentro que sentó a la mesa a cinco empresas comprometidas con la salud del entorno –Holaluz, Volvo Car España, Multiópticas, Agroamb Prodalt y Ocean52– durante el Mes del Planeta en Eltiempo.es y como  preludio de la Hora del Planeta de WWF

El director gerente del Museo Thyssen, Evelio Acevedo, –quien inició el evento junto con la directora general de TBA21 (Thyssen-Bornemisza Art Contemporary), Rosa Ferré– destacó al Thyssen como el único museo de España que publica una memoria sostenible, en la que detallan todas las acciones y medidas adoptadas por la institución desde una perspectiva sostenible. A su lado, Rosa Ferré subrayó la importancia del arte como agente creador de sinergias y, para ello, hizo referencia al proyecto de TBA21, Ocean Space, un centro planetario dedicado a la protección de los océanos a través del arte. 

Exposición ‘De Ballenas’ en el Museo Thyssen.

Este vínculo entre arte y respuesta a los retos medioambientales se explica porque, en muchas ocasiones, es gracias a la inspiración artística que se resuelven grandes enigmas o problemas de la sociedad. Las obras pueden ser esa primera chispa que prende la mecha de la creatividad, una de las herramientas más poderosas para cambiar las cosas y encontrar soluciones ante escenarios todavía desconocidos.

Pero ¿cómo se puede cambiar el mundo desde los entornos corporativos? Los ejemplos de las empresas participantes en el encuentro dan algunas pistas. 

Trabajar ‘con’ el entorno

En el año 2000, nació Agroamb Prodalt, una empresa dedicada a la gestión de residuos orgánicos para la elaboración de fertilizantes agrícolas. Su directora de Competitividad Estratégica, Josefa de León Blanco, compartió durante el debate algunos de sus logros, como haber conseguido ser la única empresa española que ha patrocinado un bosque autóctono, el de la devesa da Rogueria (Lugo), acreditado por FSC como fuente de servicios ecosistémicos. Se trata de un espacio natural que mejora la salud, la economía y la calidad de vida de las personas. «Hacemos proyectos de forma desinteresada. Si tenemos un ecosistema natural preservado, el beneficio es para toda la sociedad», añadió. 

El bosque de la devesa da Rogueria (Lugo) impulsado por Agroamb Prodalt, es el primero del país acreditado por FSC como fuente de servicios ecosistémicos

«Las energías renovables ya no son una cuestión de moda o un nice-to-have, sino que es responsabilidad de todos ejecutar el cambio», defendió, por su parte, la directora de Marketing de Holaluz, Oihana Parera. Actualmente, la empresa de energía renovable ha conseguido implementar en todos sus procesos el reaprovechamiento de los recursos y la gestión de los residuos en función de su plan ESG. 

Por otro lado, Parera hizo referencia a La revolución de los tejados, campaña de autoconsumo de electricidad que lideró Holaluz, destacando el papel activo como productores de energía que han adoptado desde entonces los consumidores. También, agregó el caso de éxito de otro de los proyectos de la compañía: el WikiHousingBarcelona, en el que los vecinos contribuyen a generar un impacto positivo en la zona a través de la distribución de energía. 

Sostenibles desde el diseño

El respeto al medio ambiente es algo que arranca ya directamente desde el propio producto. Por ello, hace dos años nació Mó ECO, una colección de gafas 100% sostenibles de Multiópticas, en respuesta a la creciente demanda por parte de los consumidores de una cadena de producción más responsable con el medioambiente. El director de Marketing de la empresa, Javier Sánchez Ciudad, explicó que la compañía trabaja actualmente con un 30% de materiales reciclados en sus colecciones y que en su hoja de ruta verde se espera que lleguen a un 50% en 2025

Ocean52 destina el 52% de sus beneficios a la protección de los océanos

«Cada minuto se producen un millón de botellas de plástico», alertó la directora de Impacto y Sostenibilidad de la empresa de bebidas Ocean52, Olga Villacañas. La compañía sustituye el plástico por materiales de aluminio no solo en el envasado de sus productos, sino también en los tapones, permitiendo así un uso de hasta 30 veces y la reducción de la huella de carbono. Actualmente, Ocean52 destina el 52% de sus beneficios a la protección de los océanos. Además, desarrolla eventos y contenidos dedicados a la educación y la sensibilización vinculados al cuidado del entorno marino. 

El consejero delegado de Volvo Car España, José María Galofré, configuró un discurso alrededor de la marca en clave de sostenibilidad. Galofré aseguró que la misión de la compañía es que en el año 2040 toda su cadena de valor –búsqueda de materiales, ingeniería, producción, distribución y reciclaje– sea «completamente neutra en la huella de carbono». Un compromiso que se proponen cumplir diez años antes de lo establecido en la hoja de ruta de Bruselas

Como cierre del evento, los representantes de las cinco empresas se adentraron en la exposición De Ballenas, una experiencia inmersiva del TBA21 en el Museo Thyssen creada por la artista estadounidense Wu Tsang. El proyecto, basado en la novela Moby Dick,  ilustra el miedo a lo desconocido a través de una metáfora audiovisual creada a partir de inteligencia artificial. Sin embargo, solo explorando y ampliando las fronteras de lo desconocido, como muestran los ejemplos mencionados, llegaremos a un futuro verdaderamente deseable y sostenible.

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