Opinión

El fin de los Oscar y el declive del cine serio

En la recta final para saber qué película arrasará este año en los Oscar, la gran pregunta podría ser, sin embargo, si los premios han perdido calidad. De las películas más taquilleras del año, han desaparecido los títulos de referencia.

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10
marzo
2023

En un largo y riguroso artículo sobre los éxitos de taquilla en Estados Unidos entre 1921 y 2019, la crítica de cine Farran Smith Nehme llegaba a una conclusión demoledora: las películas más vistas hoy son mucho peores que hace décadas. Esto no significa que hoy haya peor cine; significa que las diez películas que más recaudan hoy son de una calidad muy inferior a las diez películas más taquilleras de hace treinta o cincuenta años.

«De las 120 películas más taquilleras de 2008 a 2019, el 42,5% estaban dirigidas a niños/jóvenes; el 25% eran películas de superhéroes; el 11,7% eran Star wars/ciencia ficción; el 13,3% eran de acción; el 2,5% eran lo que quiera que sea El hobbit; el 1,7% eran películas para adultos con malas críticas; y el 3,3% eran películas para adultos con buenas críticas». En 2019, por ejemplo, el último año que analiza Smith Nehme, el top 5 es Vengadores: Endgame, El rey león, Frozen 2, Spider-man: Lejos de casa y Capitana Marvel. Si cogemos un año aleatorio décadas atrás (no voy a escoger el año de El Padrino, que fue la película más taquillera), vemos algo muy diferente. Por ejemplo, 1975: Tiburón, Alguien voló sobre el nido del cuco, Shampoo, Tarde de perros, El retorno de la Pantera Rosa.

¿Qué ha pasado? «Lo que ha sucedido con la experiencia cinematográfica», sigue la autora , «es que un gran número de personas considera que ir al cine es una forma de llevar a los niños de excursión, o una ocasión especial para experimentar lo que Matt Zoller Seitz llama “una cosa chocando contra otra cosa”». Las películas para niños y las películas de superhéroes han monopolizado la taquilla y están desplazando a las películas de adultos (y con adultos se refiere a filmes que no sean para niños o de «explosiones»), que ya parecen de arte y ensayo. Si vives en una ciudad grande, puedes ver la última película europea para adultos (y no hablo de la que ganó en el Festival de Locarno o en Cannes sino la típica taquillera en Francia) en algunas salas, normalmente en versión original subtitulada. Pero si vives en una ciudad más pequeña, tus posibilidades se reducen: o Marvel o la última iteración de Los Minions.

Las diez películas que más recaudan hoy son de una calidad muy inferior a las diez películas más taquilleras de hace treinta o cincuenta años

¿Por qué esto es malo? Es una cuestión de monocultivo. No es que hoy se hagan peores películas; es que hoy se ven peores películas. No quiero que desaparezcan las películas de superhéroes; quiero que no copen todo el mercado. Es precisamente este cambio en la industria en las últimas décadas, desde el cine para adultos al cine para niños y sobre superhéroes, lo que explica también el declive de los Oscar, que tienen cada vez menos espectadores. El comentarista cultural Ross Douthat lo explica así en The New York Times: «los Oscar están decayendo porque el tipo de películas que solían estar nominadas están desapareciendo lentamente. La candidata ideal a los Oscar es una película de un nivel intelectual medio-alto, que aspira a ser artística y a veces lo consigue, que está hecha para ser vista en una pantalla grande, tiene estrellas famosas, una buena fotografía y una banda sonora memorable. No es una película complicada, para el público del cine de autor, pero tampoco es una adaptación taquillera de un cómic, sino una película para el mayor público posible de adultos serios».

Y aquí volvemos a la tesis de Farran Smith Nehme. Antes las películas taquilleras eran también las que llegaban a los Oscar. No eran las mejores películas del año pero tenían una vocación de calidad. Hoy la diferencia es abismal: Frozen o Jurassic World no pueden ser candidatas a los Oscar. ¿Qué va a ocurrir? Es posible que, para no perder totalmente su relevancia, los Oscar comiencen a introducir películas de superhéroes o infantiles. Ocurrió ya en 2019 cuando Black Panther fue nominada al Oscar a mejor película. O quizá el show vaya muriendo poco a poco, símbolo de otra época y de otro tipo de cine. No nos interesan los Óscar no porque el espectáculo sea aburrido, sino porque ya no nos interesa el cine que representan.

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