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El camino hacia la inclusión empieza por abrir los ojos

La iniciativa Tejiendo Historias, Descosiendo Prejuicios, de Pirates for Good, la fundación de la compañía Scalpers, abre una ventana para que las personas sin hogar puedan mostrar sus aptitudes y entrar en el mercado laboral.

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«He estado en entrevistas de trabajo donde ya estaban a punto de contratarme pero, en cuanto supieron dónde vivía, me dijeron que me fuera». Así de cruda define Rufino su realidad actual. Rufino vive en el Centro de Acogida de Santa María de la Paz, de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios en San Chinarro (Madrid) y, como la mayoría de las personas sin hogar, su acceso al mercado laboral está lleno de obstáculos

Según los últimos datos del INE, una de cada cuatro personas vive en la calle por haber perdido su empleo; el 40% lleva más de tres años sin casa, y el 30% no tiene ningún ingreso. Unos porcentajes chocantes si tenemos en cuenta que 1 de cada 10 tiene estudios superiores, proporción que sube meteóricamente si tenemos en cuenta cualquier otro tipo de formación, y es que muchas personas sin hogar están perfectamente capacitadas para acceder a un empleo, si bien su condición las inhabilita a causa de los numerosos prejuicios sociales.

Una de cada cuatro personas vive en la calle por haber perdido su empleo

Rufino es una de las seis personas en riesgo de exclusión social que ha participado en Tejiendo Historias, Descosiendo Prejuicios, la campaña de sensibilización de Pirates for Good, la fundación de Scalpers. Según señalan sus responsables, se trata de «un experimento social para dar voz a las personas más vulnerables de nuestras ciudades y romper con los estigmas y prejuicios que dificultan segundas oportunidades, tanto en el ámbito personal como profesional». La organización ha puesto a esas seis personas en contacto con otros tantos directivos de Recursos Humanos de diferentes grandes compañías, «profesionales de reconocido prestigio por su talento y calidad humana»: María Paramés (Bankinter), Eduardo Escobar (Page Group), Aurea Benito (Isdin), Paco Robles (Consentino), Ana Yurrita (Scalpers) y Joaquín Bau (BMW). 

Durante los encuentros, los participantes en riesgo de exclusión (en este caso solo hombres, puesto que el centro de acogida colaborador es masculino, si bien en futuras ediciones participarán también mujeres), han podido mostrar sus aptitudes para acceder al mercado laboral, consultarlas con una persona experta y, al mismo tiempo, contar su historia. La iniciativa de Pirates for Good les da, en definitiva, precisamente eso de lo que se ha privado a este colectivo durante tantos años: una voz

«Es una forma de incentivar a las personas que están en las condiciones que estamos nosotros, así como una manera de mostrar que las cosas se pueden afrontar de otra manera», opina Eleuterio, uno de los participantes. Tiene 69 años, y ha trabajado en muchas partes del mundo, tanto en América como en Europa. «Más allá de nuestras circunstancias, somos personas con aptitudes profesionales, y los empresarios deberían tomar nota: tengo plenas facultades y acabo de terminar un curso de proyecto electricista que permite desarrollar y gestionar la instalación eléctrica de todo un edificio; muchos de quienes estamos sin hogar estamos sobradamente preparados».

En esta línea, Elio, una persona sin hogar que en su día fue emprendedor y empresario, añade que Tejiendo Historias, Descosiendo Prejuicios es «un gran punto de partida con el que dar un paso adelante más allá del título de la iniciativa: que la sociedad empiece dar credibilidad a un grupo en teoría marginado, pero con tantos valores y aptitudes como quienes están en la otra parte». Su compañero Alberto interviene: «Yo fui periodista y empresario, vivía en un estatus acomodado, pero un mal golpe de suerte puede hacer que cruces la línea en un momento y pases al otro lado». Y añade: «Mucha gente nos relaciona con el tópico del indigente, con alcohólicos y drogadictos, pero estas iniciativas muestran que también somos gente con carrera y experiencia, capaces de aportar muchas cosas».

Eleuterio: «Muchos de quienes estamos sin hogar estamos sobradamente preparados»

Armando reconoce que nadie está a salvo de prejuicios: «Yo trabajaba en los mejores locales de ocio de Madrid y ganaba mucho dinero. Tenía mis reservas sobre la gente que estaba en la calle, pero ahora, viéndolo desde este lado, me doy cuenta de lo equivocado que estaba. Iniciativas como la de Scalpers es justo lo que hace: abrir los ojos a mucha gente». Abdelatif, otro participante, remata: «No somos invisibles».

«Hay que romper las barreras que impiden que nuestra sociedad sea todo lo inclusiva que debe ser», opina al respecto Borja Vázquez, CEO de Scalpers. «Siempre he pensado que los proyectos que cuentan historias de superación y valentía tienen un poder especial, y este lo es». Los directivos de Recursos Humanos que han prestado su apoyo a la iniciativa reconocen que ellos también han recibido mucho con la experiencia. «Te das cuenta de que han vivido muchas experiencias en diferentes ámbitos y sectores, son personas de las que se pueden aprender una barbaridad de cosas», reconoce Ana Yurrita. En este sentido, Joaquín Bau añade que «son gente que puede dar mucho por sus experiencias ricas, vastas y polifacéticas».Paco Robles, además, declara que se queda «con su valentía y coraje, porque lo que están viviendo no es plato de gusto para nadie, y aun así siguen avanzando: son personas resistentes, con la piel muy gruesa, y además, generosas, capaces de transmitir ilusión».

Alberto: «Yo fui periodista y empresario, pero un mal golpe de suerte puede hacer que cruces la línea en un momento y pases al otro lado»

A la hora de acceder a un puesto de trabajo es importante la formación y las aptitudes pero, según Eduardo Escobar, «lo que realmente multiplica es la actitud, y estas personas la tienen». Áurea de Benito destaca la capacidad que tienen muchas personas sin hogar para escuchar: «Es una condición indispensable para liderar». A lo que María Paramés García-Astigarraga añade la inquietud como rasgo fundamental para encontrar un trabajo: «Por formarse, por conseguir un medio de vida en situaciones tan adversas, y estas personas con increíblemente inquietas, es admirable».

Muchos hablamos de diversidad, «pero qué poca gente está cómoda con ella», declaró Santiago Álvarez de Mon, profesor del IESE, durante la presentación de Tejiendo Historias, Descosiendo Prejuicios, «hay muchos prejuicios en el trabajo, como suele ocurrir con la edad, lo cual es algo profundamente injusto». El experto concluyó con una frase para la reflexión: «El trabajo es un lugar ideal para expresar tu personalidad y para aportar algo a la sociedad. Es injusto privar de eso a una persona».

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