Hacia cadenas de suministro más sostenibles (en la moda)
La industria de la moda es una de las más deslocalizadas y fragmentadas: fácilmente, una prenda puede someterse a más de 30 procesos diferentes antes de llegar a su punto de venta. Diseñar una cadena de suministro resiliente a través de la transparencia es fundamental para evitar problemas medioambientales en el futuro.
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La cadena de suministro de la industria textil, una de las más deslocalizadas y fragmentadas en la actualidad, involucra grandes distancias culturales. Y las consecuencias de ello son claras: alto riesgo en seguridad social y medioambiental, falta de conocimiento, descontrol de la propia cadena y una gestión ineficiente. Además, problemas colaterales actuales como la subida de los precios del transporte, los desequilibrios de los contenedores o el alza de precios energéticos y de materias primas, son algunas de las causas de la crisis que la cadena de aprovisionamiento del sector textil vive a día de hoy.
Es cierto que las marcas no pueden (ni deben) asumir las consecuencias coyunturales de la crisis mundial de materias primas y energía. Sin embargo, sí deben entender la situación como una oportunidad de mejora y resiliencia. Basta de hipocresía: pongamos los puntos sobre las íes, expliquemos con claridad la complejidad y los problemas actuales de la cadena de suministro y diseñemos una cadena de suministro resiliente y adaptada a través de la colaboración y la transparencia.
Históricamente, la industria de la moda es una de las más deslocalizadas y complejas del mundo y está dominada por pymes, que representan más del 80% del mercado. Así, fácilmente, una prenda puede someterse a más de 30 procesos diferentes y desplazarse de una fábrica a otra según las necesidades, implicando a múltiples actores desde la etapa de extracción de materias primas hasta la etapa de venta, uso y fin de uso. En este sentido, la deslocalización de la cadena, la falta de visibilidad de la misma, el gran número de procesos asociados y los múltiples actores distribuidos en toda su cadena de producción son las principales causas por las que la cadena de valor de la moda sigue siendo, a día de hoy, una incógnita para un gran porcentaje de la población. La transparencia se considera un paso necesario, no solo para responsabilizar a las marcas de prácticas más sostenibles y ética, sino también para explicar y responsabilizar al consumidor final de sus acciones.
Una industria de tiempos y costes
La moda es una industria de tiempos y costes en la que prevalece la cantidad versus la calidad; un enfoque propiciado por una demanda irresponsable de las personas que a su vez han sido estimuladas por la misma industria de la moda. Las consecuencias de este planteamiento, erróneo de base, son graves: un bucle de ciclos de producción acelerados, subcontratación descontrolada, plazos de entrega imposible, presión de costes inasumibles y márgenes insostenibles. En este sentido, si queremos avanzar hacia una economía más equitativa y sostenible, producir y vender a un coste cada vez menor sin tener en cuenta las implicaciones sociales y ambientales ya no es una opción. La premisa es clara: si el precio, los tiempos y los márgenes son los que continúan mandando, la sostenibilidad nunca va a funcionar y las marcas nunca serán rentables.
Por otro lado, el impacto de la pandemia, primero, y la ruptura de la cadena de valor, después, han supuesto una revolución en el mapa del sourcing del sector textil. El alza de los precios energéticos y materias primas, la mala publicidad de la producción en países asiáticos y la situación actual del transporte mundial, sumado a la propia fragmentación de la cadena, han acelerado y obligado el proceso de reorganización de la estructura de aprovisionamiento.
Uno de los principales cambios en la cultura empresarial del aprovisionamiento ha sido dejar de pensar en ello solo como la fase final de la confección para observar la cadena de valor de manera panorámica. Entender el problema desde una perspectiva de 360 grados y abordarlo teniendo en cuenta todas las variables. ¿Cuáles son los cambios principales que debe abordar el sector textil para reorganizar su cadena de aprovisionamiento? Apunta.
1- Trabajar con ciclos de planificación más largos e impulsar la diversificación en el aprovisionamiento para minimizar riesgos
2- Observar toda la cadena de valor de la producción de manera sistémica y tener en cuenta el impacto de todos los procesos
3- Relocalizar, equilibrar la cadena de aprovisionamiento y apostar por una actividad más próxima a los centros de consumo europeos
4- Trazar la cadena de valor para garantizar el control sobre la producción, tiempos de entrega y costes derivados
La industria de la moda tiene una gran oportunidad de transformación donde la creatividad en la gestión empresarial del desarrollo del producto, la transparencia y la colaboración son puntos claves. Estamos ante un cambio de paradigma donde hoy más que nunca la apuesta por el consumo local es primordial. Consumir con responsabilidad y apoyar a empresas con responsabilidad ambiental y social es el primer paso para una forma de producir, consumir y vivir.
Alba García es Co-CEO de BCOME.
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