Cultura

Ropa sostenible: una moda muy necesaria

La industria textil es una de las más agresivas con el medio ambiente. Es vital que las grandes cadenas de ropa replanteen sus modelos de producción.

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20
marzo
2017

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La industria textil es una de las más agresivas con el medio ambiente, debido en gran parte a las ingentes cantidades de agua necesarias para el cultivo de algodón: una sola camiseta, sin ir más lejos, requiere miles de litros.

El sector es cada vez más consciente de los desafíos que tiene por delante y ya ha empezado a movilizarse para cumplir los objetivos de la Agenda 2030. Es el caso de H&M, que se acaba de marcar un objetivo realmente ambicioso: para ese año, el 100% de los materiales serán reciclados o, en su caso, provendrán de fuentes sostenibles.

«Es sin duda uno de los mayores retos de este siglo», opina la directora de Sostenibilidad de H&M España, Nuria Ramírez. «A día de hoy, nadie puede asegurar que tendremos agua suficiente para todos dentro de unas décadas. Por eso una empresa como la nuestra tiene que replantearse sus modelos de producción».

El objetivo de la cadena sueca es convertirse en una empresa totalmente circular: «No somos expertos en eso, sino en moda. Por eso nos abrimos a la colaboración de todos para poder practicar la economía circular: clientes, proveedores, asesores… Es la vía para conseguirlo», reconoce Ramírez, y anuncia tajante: «Somos una empresa donde los productos se elaborarán, se comprarán, se usarán y se reutilizarán». Desde 2013, la empresa lleva recogidas más de 39.000 toneladas de ropa usada. «España es el tercero de los 40 países donde tenemos presencia, en el que más se ha recogido. Estamos entre los más solidarios», explica.

Son solo algunas de las muchas iniciativas que la empresa acaba de presentar en su informe de sostenibilidad. Otro de sus objetivos es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero producidas en su cadena de producción. Sus claves serán la eficiencia energética, las energías renovables y compensar las emisiones inevitables con actividades que refuercen la capacidad del planeta de recuperarse y resistir al cambio climático, así como apoyar innovaciones técnicas que permitan absorber los gases de efecto invernadero, por ejemplo, la reforestación.

En 2016, el porcentaje de energías renovables empleadas en su actividad subió 96%, desde el 78% del año anterior. «No es suficiente: queremos que sea el 100%», anuncia Ramírez. Por el momento, han reducido las emisiones de CO2 en un 47% respecto a 2015, y colaboran en con el programa de WWF ‘Climate Savers’, en defensa del medio ambiente y contra el cambio climático. La trazabilidad es otro de sus retos: os productos confeccionados por el grupo especificarán por quién han sido elaborados y dónde. Ramírez concluye: «La sostenibilidad no está de moda, es una urgencia».

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