Cambio Climático

¿Necesitamos seguros medioambientales?

La crisis climática lo está cambiando todo, incluido el sector de los seguros. Tan solo en la primera mitad de 2021, las aseguradoras globales perdieron 40.000 millones de dólares a causa de los fenómenos meteorológicos extremos que han asolado el mundo.

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13
diciembre
2021

El periódico Financial Times calcula que los incendios forestales, las tormentas de invierno y los tornados en Estados Unidos –junto a los tornados en el continente europeo– supusieron a las aseguradoras globales, tan solo en la primera mitad de 2021, un coste de 40.000 millones de dólares. De hecho, las pérdidas por catástrofes naturales en 2020 se incrementaron en un 26,5% con respecto a 2019, un dato que fue récord por sí solo. Si echamos la vista atrás, entre el año 2000 y el 2010, el país estadounidense experimentó una media de casi ocho desastres meteorológicos al año que supusieron un desembolso de 1.000 millones de dólares anuales. El año pasado se registraron 22. En Europa, por otro lado, se calcula que los desastres naturales producen un mínimo de 12.000 millones de euros en pérdidas al año y que solo un 35% de esta cantidad estaba previamente asegurada.

De este tsunami de cifras surge una conclusión: la crisis climática lo está cambiando todo, incluido el negocio de los seguros, que nunca se había visto con tanta imprevisibilidad como en los últimos años. ¿Cómo se atisba entonces su futuro? La consultora McKinsey señala dos elementos que deben tenerse en cuenta: repensar la evaluación de riesgos (la forma de calcular a qué peligros se enfrenta una infraestructura o una inversión) o cambiar los tipos de pólizas y productos.

Los fenómenos meteorológicos extremos ya han costado a las aseguradoras globales 40.000 millones de euros

Sin embargo, el fundamental implica poder ayudar a las empresas a mitigar ese riesgo climático. Curiosamente, las consultoras insisten a las aseguradoras que la mejor manera de seguir ganando dinero y blindar sus inversiones pasa por contribuir a la descarbonización de la economía y a la mitigación de los efectos de la crisis climática. En el contexto del día a día, esto se traduce en trabajar con los clientes de manera que su actividad se realice teniendo en cuenta los principios de resiliencia ante los cambios.

Según la organización Insure Our Future, la industria de seguros es el segundo inversor institucional más grande del mundo, lo que le otorga una enorme influencia financiera. En ese sentido, algunas de las aseguradoras más importantes están avanzando en los compromisos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) con la neutralidad de carbono en sus propias operaciones, así como en las empresas y fondos en los que invierten.

Desde 2017, una de las cuestiones que se multiplica en los buscadores virtuales es si el seguro obligatorio del coche incluye una cobertura frente a desastres medioambientales como tormentas o inundaciones. También terremotos como los de Granada o erupciones como las de La Palma que, aunque no sean consecuencia de la crisis climática, tras este accidentado 2021 también generan una importante inquietud. Y estos no están cubiertos por ningún tipo de seguro a todo riesgo.

Desde 2017, una de las cuestiones que más se busca en internet es si el seguro del coche cubre desastres medioambientales

En casos como esto responde el Consorcio de Compensación de Seguros, una entidad pública española adscrita al Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital que se encarga de pagar por los daños causado. Algunas empresas aseguradoras ya han detallado cómo recurrir a las ayudas de dicho Consorcio en caso de verse también afectados los seguros de hogar, que tampoco suelen contemplar este tipo de variables. No obstante, es un requisito esencial poder tener alguna cobertura de daños propios.

Por otro lado, existen los seguros de responsabilidad medioambiental, pero estos solo cubren las posibles pérdidas de las empresas si contaminan o contravienen las legislaciones en materia medioambiental que regulen su actividad. Tienen varias décadas y surgieron en paralelo a las regulaciones al respecto de los Gobiernos.

En nuestro país, el Pool Español de Riesgos Medioambientales, una agrupación de interés económico que inició sus actividades en 1994, ofrece en régimen de correaseguro –una compañía de reaseguros que participa en un contrato de reaseguro junto con otros reaseguradores– cobertura para los daños y perjuicios causados por contaminación que, en cualquier caso, habrá de producirse de forma accidental.

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