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Curar, pero también cuidar

Durante la pandemia, muchos sanitarios fueron más allá de sus funciones para mantener el bienestar de los pacientes y de la sociedad en su conjunto. Por su esfuerzo y dedicación, DKV ha querido premiar aquellas iniciativas que nacieron durante el 2020 para garantizar el cuidado físico y emocional de las personas.

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Beatriz Alvero
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La pandemia ha sido una de las tragedias más graves en el último siglo, pero también hizo aflorar al máximo los valores humanitarios y la solidaridad, obligándonos a sacar lo mejor de nosotros mismos para ayudar a quienes más lo necesitaban. Durante los meses más duros vividos en aquel 2020, las sociedades del siglo XXI se vieron en una situación sin precedentes, un escenario donde el esfuerzo colectivo entre ciudadanos y agentes económicos –incluidos trabajadores, autónomos y empresas– resultó ser fundamental para intentar doblegar la incidencia del virus y salir adelante. Así, las iniciativas canalizadas a través de colectivos sociales, agrupaciones vecinales y gremiales y ONGs supusieron –y siguen haciéndolo– un apoyo imprescindible.

El hospital San Juan de Dios del Aljarafe ofreció tratamiento domiciliario a pacientes que se sentían solos y angustiados a causa del coronavirus

Pero si alguien se convirtió en la cara visible de la lucha contra el coronavirus, esos fueron los profesionales sanitarios. Tras el año y medio de pandemia, la concepción que la sociedad tiene de su trabajo se ha transformado de manera radical. Nada de lo conseguido a la hora de salvar vidas y volver a recuperar lo que la pandemia se llevó hubiese sido posible sin su ardua labor. Desde médicos hasta auxiliares de enfermería, todos se situaron en primera línea de batalla. Trabajo humanitario, cuidados, apoyo emocional definieron el día a día de la red sanitaria –pública y privada–.

Más allá de ese breve encuentro en los balcones para aplaudirles en señal de reconocimiento,  las empresas e instituciones públicas también han querido poner en valor el trabajo de un sector que resulta imprescindible de nuestra sociedad. Y es que algunos de los desafíos que el sector sociosanitario lleva afrontando desde la aciaga primavera de 2020 empiezan ahora a encontrar un hueco en los diferentes órganos representativos locales, autonómicos y estatales: los problemas de salud mental –que cada vez ganan más peso en el debate público–, la incuestionable visión de conjunto que tenemos que tener para atajar una pandemia global y la digitalización que ha irrumpido de manera aún más intensa. En este sentido, no solo cabe valorar el compromiso en su trabajo y la dedicación de los integrantes de las redes sanitarias, sino la capacidad de resiliencia que han demostrado para entender primero, y llevar a cabo, después, una visión de la salud que no solo se centra en curar, sino también en cuidar, que ha llegado a la población en forma de iniciativas.

La Fundación África Directo ha logrado fabricar de equipos de protección individual y ventiladores no invasivos a partir de máscaras de buceo

Entre todos los proyectos que han servido para mejorar la vida de los que más lo necesitaban, DKV, compañía activista de la salud, ha querido reconocer de forma explícita la labor de tres de ellas en la gala de los VII Premios Medicina y Solidaridad de DKV, celebrada el pasado 23 de Noviembre en Madrid. En el ámbito de la digitalización destaca el trabajo en el hospital San Juan de Dios del Aljarafe con su iniciativa Tele-Covid: humanizando y optimizando la asistencia en tiempos de pandemia, que apunta algunas de las claves de lo que puede ser la asistencia sanitaria en el futuro. Este hospital decidió ofrecer tratamiento domiciliario de pacientes que no requerían un tratamiento específico hospitalario para aquellos pacientes que se sentían solos y angustiados a causa del coronavirus. En un contexto en el que la salud mental se ha visto gravemente afectada por la soledad obligada a la que nos llevaron los confinamientos, la asistencia remota no solo para tratar dolencias físicas, sino emocionales, ha sido clave.

Si pensamos en la respuesta global que merece una pandemia como la actual, otro premio, el de Organización Solidaria, ha llegado a las manos de la Fundación África Directo gracias a su revolucionario proyecto de fabricación de equipos de protección individual y ventiladores no invasivos a partir de máscaras de buceo adaptadas por un equipo de médicos e ingenieros españoles. Estas han sido probadas con éxito en España y utilizadas en centros de África y Centro América, que sufrían de serias carencias de material de protección anti-covid-19.

La aseguradora también ha reconocido iniciativas como la del doctor Ignacio Díaz de Tuesta, Andalucía Respira, a través del cual un equipo de profesionales sanitarios ha diseñado en tiempo récord un respirador con capacidad de uso prolongado en UCI en pacientes covid. Esto demuestra que la acción real no solo trata de pensar en lo que tenemos más cerca, en nuestra situación socioeconómica o al acceso que disfrutamos de un sistema de salud fuerte; sino de actuar globalmente para vencer una situación crítica.

Los reconocimientos de esta edición especial de los Premios Medicina y Solidaridad han servido para poner de manifiesto que los profesionales sanitarios españoles no solo son líderes en su campo, sino también son un ejemplo para la sociedad gracias a sus valores humanitarios. Curar, pero también cuidar. Sin tener claro ese lema, la recuperación hubiese sido mucho más complicada.

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