Sociedad

Dos películas para comprender el siglo del futuro

Dos de los estrenos del único festival de cine medioambiental de nuestro país nos muestran los desafíos del futuro desde las perspectivas que nos ofrecen el pasado y el presente: el cambio climático, la amenaza sobre la biodiversidad y la lucha contra las violaciones de Derechos Humanos.

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19
octubre
2021

La Sección Oficial del Another Way Festival estrena a finales de este mes dos películas que podremos ver por primera vez en España: Dear Future Children y Becoming Cousteau. Dos documentales en un certamen dedicado al cine medioambiental que logran explorar la defensa del planeta, los Derechos Humanos, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la crisis climática desde los dos extremos de nuestro presente: el pasado y el futuro.

‘Dear Future Children’

El documental Dear Future Children, dirigido por Franz Böhm, sigue a tres adolescentes activistas en diferentes partes del mundo. Por un lado tenemos a Rayen, joven chilena que participa en las manifestaciones del llamado «estallido social» de Chile entre otoño de 2019 y comienzos de la pandemia. En el otro extremo tenemos a Pepper, una ciudadana oriunda de Hong Kong que se alza como testigo de los movimientos por la democracia –y, por tanto, contra la dictadura China– en las mismas fechas. Finalmente tenemos a Hilde, a través de la cual comprobamos los sufrimientos provocados por las consecuencias de la crisis climática en Uganda.

Con sus miradas comprobamos el futuro que tendrá que afrontar su generación

Dear Future Children ya contiene en sí misma el concepto de la herencia en la lucha contra la crisis climática cuando vemos a Rayen recordar la lucha de parte de su familia contra la dictadura de Pinochet o a Hilde y Pepper apoyarse en la experiencia de las mujeres de sus familias para construir una comunidad mejor.

Un vistazo global por parte de tres mujeres que no alcanzan aún la edad adulta. Con sus miradas comprobamos las formas en las que ven el futuro y los desafíos que tendrá que afrontar su generación, que además mezcla acertadamente los peligros de la destrucción del medio ambiente con los dos temas que la agravan en muchos lugares del mundo: la desigualdad y las violaciones de los Derechos Humanos. Desde la actitud combativa hasta la más humana empatía, sus voces serán las que nos guíen de la mano a través de los hechos históricos que viven sus países, un viaje de ida y vuelta desde lo general a lo particular en el que tan solo podemos sorprendernos de la extraordinaria madurez de personas tan jóvenes.

‘Becoming Cousteau’

En Becoming Cousteau, de Liz Garbus, asistimos a un acercamiento en torno a la figura del oceanógrafo y divulgador Jacques Cousteau, una de las primeras voces globales en alzarse contra la destrucción de la biodiversidad. El perfil humano del investigador se mezcla con su ascenso como icono mundial, explicando el enorme impacto que su trabajo ha tenido en la conciencia ambiental de varias generaciones futuras. Durante el metraje se logra proyectar los valores de un hombre criado a principios del siglo XX; 100 años después no solo siguen siendo válidos, sino también ejemplares.

Cousteau luchaba desde la alegría cuando defendía la riqueza de los océanos desde el amor a la diversidad y lo que esta representa

Ambas cintas, no obstante, comparten algo en común: la lucha desde la alegría. Las jóvenes de los tres continentes no nos ahorran momentos impactantes, como la muerte de un manifestante por cargas de la policía en Santiago de Chile, la violencia de la represión en Hong Kong o los vecinos de Hilde recogiendo basuras para sobrevivir. Pero su experiencia es también la del disfrute de los lazos creados entre activistas, la de la protesta desde la alegría de vivir y la de ser capaces de imaginar un mañana mejor a pesar de los gases lacrimógenos, las cargas policiales o la pobreza; incluso precisamente porque existen y nadie más en el futuro –se dicen las tres protagonistas– debe volver a sufrirlos.

Esta es la misma alegría que transmitía Cousteau cuando defendía la riqueza de los océanos desde el amor a la diversidad y a todo lo que esta representaba. En el se aunaba el  erudito que era, al mismo tiempo, ingeniero y narrador; el hombre que fue capaz de contagiar su amor por el océano a todo un planeta y cuya voz autorizada lo convirtió en asesor de las Naciones Unidas. Sin la labor de unos y el compromiso de otros, unidos por el hilo invisible de la colaboración y la defensa de los Derechos Humanos –cuenta de nuevo el Another Way Festival–, no hay futuro posible.

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