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«El sector vitícola está ayudando a sostener mucha vida en la España vacía»

Carlos Vázquez Padín, fundador de la startup Bodegas.bio, profundiza en los beneficios que el vino ecológico aporta tanto para la salud y el paladar como para la reactivación de las zonas más despobladas del país a través de una producción respetuosa con el medio ambiente.

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Durante años se pensó que el futuro pertenecía a las grandes ciudades y al crecimiento exponencial de la tecnología. Sin embargo, dos grandes amenazas –una silenciosa, el cambio climático y otra muy llamativa, la pandemia– han obligado a repensar el sistema, las economía y nuestra relación con la tecnología y con el entorno. El mundo que se abre con esta década parece construirse algo más concienciado con la urgencia de proteger el medio ambiente y la necesidad –y oportunidad– de proteger la vida en el rural para mantener, entre otras cosas, nuestra cultura y alimentación. Sin embargo, avance tecnológico y la recuperación del campo no son incompatibles, de hecho, empresas como Bodegas.bio, demuestran que pueden ser grandes aliados. Nacida poco antes de la pandemia, esta startup ha logrado poner en contacto a consumidores con viticultores y bodegas sostenibles de toda España. Carlos Vázquez Padín, su fundador, explica a Ethic cómo esta plataforma digital ayuda a dinamizar las zonas rurales generando impacto económico, evitando emisiones de CO2 y, por supuesto, creando productos de gran calidad.

Bodegas.bio nació en 2020 con el objetivo de conectar a productores de vino natural, ecológico y biodinámico con los consumidores, y justo a los pocos meses de vuestra puesta en marcha se desencadenó la pandemia del coronavirus. Esa misión de conectar –y más aún en formato digital– a unos con otros debió ser fundamental con todo lo que la covid-19 nos está dejando…

Bodegas.bio fue concebido a finales de 2019, por lo que la pandemia no estaba en nuestros cálculos en absoluto, el objetivo era y sigue siendo conectar los vinos que elaboran las bodegas medioambientalmente cuidadosas, en particular las más pequeñas, con los consumidores de vino que quieren hacer una compra lo más responsable posible. Aunando así calidad de producto y responsabilidad medioambiental en la compra. La gran mayoría de bodegas que integran Bodegas.bio en estos momentos son bodegas muy pequeñitas por lo que, además, el factor de poner esos vinos en el mercado online y hacerlo con una propuesta clara en el sentido de la responsabilidad medioambiental era y es nuestro objetivo.

La pandemia ha reafirmado nuestra misión y nuestro compromiso con los valores de la biodiversidad, el cuidado de la naturaleza, la minimización y neutralización de la huella de carbono, etc. Estamos satisfechos de la acogida que hemos tenido, vamos camino de triplicar nuestras ventas en 2021 con respecto al 2020, pero al no tener un histórico previo a la pandemia no puedo decirte si una parte de lo que vendemos es debido a esta. No creo que para nosotros haya supuesto un gran cambio, por el simple hecho de que nuestra web comenzó a ganar cierta visibilidad, aún muy limitada, ya hacia finales del año 2020. Pero es cierto que hay dos tendencias de fondo que se han acelerado y que sí son importantes para Bodegas.bio: una mayor penetración de la compra online y una mayor orientación hacía la alimentación bio y saludable.

«Una mayor visibilización y consumo de estos vinos redundará en un mayor dinamismo económico en esas zonas tan necesitadas de actividad»

La palabra sostenible se está convirtiendo en un adjetivo cada vez más común en los productos de consumo, ¿por qué se caracterizan y se diferencian los vinos que uno puede encontrar en Bodegas.bio?

Comercializamos única y exclusivamente vinos que cuentan con la certificación ecológica europea, de bodegas que ejercen un compromiso claro con la con la agricultura ecológica y medioambiental en general. Que el vino sea ecológico no es garantía de que sea siempre muy rico. Pero, lo que sí podemos afirmar rotundamente, es que un vino ecológico es, de media, mejor que uno convencional en cuanto a sus características organolépticas y es siempre mejor como producto alimenticio. Y, por supuesto, sienta mejor, ya que es un producto más integro con mucha menor cantidad de insumos ajenos a la uva. Además, nuestros vinos siempre salen de bodega, lo que tiene un doble propósito: por un lado, garantizar su óptima conservación y por otro, minimizar la huella de carbono del transporte ya que, de esta forma, el vino recorre la menor distancia posible y va directo del productor al consumidor final.

Para entenderlo bien, pongamos un ejemplo. En la mayoría de las opciones de venta online, el vino va desde la bodega a un almacén y de allí al consumidor. Es fácil que, si un vasco compra un vino de Rioja, este proceda de un almacén en Madrid o Barcelona o que si un gallego compra un vino gallego, que también proceda de un almacén en Madrid o Barcelona. Esto nos parece un disparate desde el punto de vista medioambiental y de garantía de la buena conservación del vino.

Hay que tener en cuenta que salvo Rioja o Ribera del Duero, que se venden en toda España, el resto de zonas tiene una compra bastante regionalizada: el vino andaluz se vende más en Andalucía, el vino catalán, más en Cataluña, el vino valenciano más en Valencia, etc., con lo que los beneficios medioambientales de la expedición desde bodega son enormes. En síntesis, me atrevería a decir que desde Bodegas.bio comercializamos de forma sostenible el vino producido de forma sostenible.

Algunos dicen que la pandemia del coronavirus está haciendo que la gente considere más la gran dependencia de nuestra salud con la salud del planeta. ¿Está el consumidor español concienciado con la importancia de apostar por productores de vino que tengan en cuenta el impacto social, medioambiental y económico?

El vino ecológico español se exporta masivamente, entorno al 80% del que se produce. En parte, porque se produce un vino con una excelente relación calidad-precio, pero también porque en España se bebe mucho menos vino que en los países de nuestro entorno, menos de la mitad per cápita que en Portugal, Italia o Francia. Creo que el grueso del mercado español está en un proceso que le llevará a concebir el consumo moderado de vino biológico como una parte de un consumo responsable que ayuda al medio ambiente y a sostener una actividad económica muy importante en nuestro rural.

«El cambio climático es un elemento clave en la gestión del viñedo español y es una amenaza muy clara para determinadas zonas de clima mediterráneo»

Además, hay otra dificultad: las cohortes generacionales que más vino beben no son precisamente las que tienen una mayor conciencia medioambiental. En cambio, en el resto de Europa –tanto meridional como, especialmente, septentrional– el vino bio tiene mucho mayor éxito como consecuencia de una mayor coincidencia hacia determinados valores orientados a la sensibilidad medioambiental y los perfiles sociodemográficos del consumidor de vino. Un 20% de nuestra clientela son franceses, alemanes, escandinavos, ingleses o italianos residentes en España, lo que nos reafirma en nuestro análisis del mercado.

Creo que la sociedad española tiene una deuda con el sector vitícola, que está ayudando a sostener mucha vida en la España vacía y generando, mediante sus exportaciones, mucha riqueza que va precisamente a zonas rurales. Desde Bodegas.bio seguiremos divulgando el gran trabajo de estas pequeñas bodegas ecológicas.

¿Cómo contribuye Bodegas.bio a la dinamización de las zonas rurales?

Agrupamos la mayor oferta de vino ecológico, somos el especialista en vino ecológico y aspiramos a convertirnos en el referente. Por lo tanto, ayudamos cada vez más a la visibilización de estos vinos y de estas bodegas para el gran público. En ese sentido, creo que sí aportamos nuestro granito de arena, porque una mayor visibilización y consumo de estos vinos redundará en un mayor dinamismo económico en esas zonas tan necesitadas de actividad.

Según el índice de compras de Saleforce, desde el estado de alarma y hasta el final de la desescalada las compras online aumentaron un 67 % en España. El coronavirus ha incrementado de manera exponencial el comercio online, ¿qué hace Bodegas.bio para compensar el impacto ambiental del comercio digital?

Además de lo que ya he comentado en relación a que el vino sale siempre de bodega, minimizando la generación de huella de carbono, tenemos pendiente articular un formato que nos permita neutralizar la huella de carbono que aun así generamos. Ya la minimizamos con nuestro planteamiento logístico, no dejamos de ser una startup en una fase muy inicial, con muchos retos pendientes y muchas limitaciones, pero no estamos satisfechos, tenemos la tarea pendiente de neutralizar la huella de carbono y estamos barajando varias alternativas. Entre ellas, la compra de una finca forestal para poder ejecutar la neutralización de la huella de carbono por nosotros mismos. Nos hemos marcado como fecha límite el inicio del 2022 para tener resuelto este tema.

Un informe sobre el impacto del cambio climático en los viñedos españoles de COAG en colaboración con el Ministerio de Agricultura estima que las zonas consideradas de mayor potencia vitivinícola pasarán de ser un 47% del territorio al 36% en 2050. ¿Cómo crees que está afectando el cambio climático al sector del vino? 

La realidad del cambio climático se está haciendo notar con fuerza. Es perceptible un movimiento, lento, pero constante, hacía mayor altitud y una latitud más septentrional en el viñedo. Veo surgir nuevos proyectos vitícolas en altura y en zonas norteñas como Cantabria, Asturias o el norte de Galicia. Aunque también es verdad que las zonas más húmedas son menos favorables para la viticultura ecológica. En Europa es reveladora la consolidación del sur de Inglaterra como zona productora de buenos blancos, espumosos y tranquilos.

Además del traslado físico del viñedo hacía zonas más frías, que es un proceso muy lento por su propia naturaleza, hay otras estrategias que permiten combatir el cambio climático. Por ejemplo, jugar con un menor deshojado, lo que antes se hacía para mejorar la insolación de la uva en determinadas zonas, apostar por las cubiertas vegetales que favorecen la retención de humedad en el suelo, el cambio a variedades de uva de maduración más lenta o mayor acidez –en muchos casos variedades autóctonas recuperadas– etc. En todo caso el cambio climático es un elemento clave en la gestión del viñedo español en la actualidad y es una amenaza muy clara para determinadas zonas de clima mediterráneo donde el viñedo esté asentado en áreas con poca altura sobre el nivel del mar.

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