Emprender para construir un mundo más sostenible

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María G. Aguado

@Maria_G_Aguado

«El cambio climático y el desarrollo sostenible de los próximos diez años va a suponer la mayor disrupción vivida en los negocios. Y los bancos tenemos un rol fundamental en esa transición justa», apuntaba Antoni Ballabriga, director global de Negocio Responsable de BBVA, en el evento BBVA Momentum que se celebró ayer en Madrid. Quizá esta frase argumenta el porqué de este programa de apoyo al emprendimiento social de BBVA, que cerraba la edición 2019 con un evento en el que se habló de transición justa y de la necesidad de tejer redes y cambiar conciencias tomando la sostenibilidad en el emprendimiento como protagonista.

Al espacio Impact Hub de Madrid acudieron expertos nacionales e internacionales a hablar sobre emprendimiento social, y un total de veinte representantes de los tres proyectos más prometedores de México, Colombia, EE. UU. y Turquía. Es solo, como decimos, una representación, porque BBVA confirma haber acelerado el crecimiento de 169 empresas sociales procedentes de esos países con el programa BBVA Momentum, que tiene el ojo puesto en la sostenibilidad. «Todos tenemos claro que se ha convertido en una prioridad. Más allá de los programas de responsabilidad corporativa, cada vez son más las empresas que la integran, no solo en su producto final, sino en su cadena de valor y algunas ya miden los impactos positivos y negativos que generan con su actividad. Hoy es habitual oír que sin sostenibilidad no hay negocio», sostenía Lidia del Pozo, directora de Programas de Inversión en la Comunidad de la entidad. Y añadía: «Queremos generar un debate en torno a los retos sociales y medioambientales actuales y cómo los emprendedores están respondiendo a estos retos con propuestas eficaces, innovadoras y económicamente sostenibles», ha explicado del Pozo.

Antoni Ballabriga: «El cambio climático y el desarrollo sostenible va a suponer la mayor disrupción vivida en los negocios»

Todos los ponentes coincidieron en que crear negocios y sociedades sostenibles es el mayor reto de la actualidad, pero hay algunos temas aún por abordar que requieren cierta urgencia. Víctor Viñuales, director de Ecodes, apuntaba un primer problema, el de la adaptación. «Cuando pensamos en cambio climático, solo hablamos de mitigación, pero en el punto en el que estamos hay sectores que tienen que trabajar a fondo la adaptación porque el cambio climático está aquí para quedarse, y el objetivo es contenerlo, pero tenemos mucho camino por andar». Y, para no hablar en abstracto, añadía un ejemplo más visual: «Hablamos de coches híbridos, pero ¿alguien está pensando programas de formación para los talleres mecánicos? Todo el desafío climático tiene un gran componente social que deberíamos estar abordando», incide.

En esas pequeñas empresas, como el taller mecánico que menciona Viñuales, pone el foco la entidad bancaria con sus programas de financiación y formación a los pequeños emprendedores. Concha Blanco, responsable de Soluciones Sostenibles de la Fundación Microfinanzas BBVA, ha destacado, en esa misma mesa de debate de Viñuales, que esta entidad lleva ya 12 años trabajando con microemprendedores en América Latina, donde ya ha proporcionado microcréditos a más de 5 millones de personas por valor superior a los 14.170 millones de dólares (11.700 millones de euros). Según ha dicho, «son un ejemplo de determinación, capacidad de superación y voluntad de transformar el futuro, y son capaces de contribuir no solo a su progreso, sino también al del mundo que les rodea».

Ecosistema versus egosistema

En esa voluntad de cambio juega un papel importante la configuración de redes y descentralización del emprendimiento, como apuntaba José Luis Ruiz de Munain, CEO de Spain NAB, que junto a Antonio González, CEO de Impact Hub Madrid, y Andrés Pina, responsable de RSC de la Mutualidad de la Abogacía, debatían de las iniciativas de apoyo a emprendedores, aportando tres visiones diferentes de comunidad. Andrés Pina, responsable de RSC de la Mutualidad de la Abogacía destacaba «cierta burbuja en el mundo del emprendimiento» –idea que se ha manejado durante la jornada por esa nueva «necesidad» de emprender para avanzar o tener una oportunidad en el mundo laboral– y ha definido «la narrativa como clave en el proceso de formación porque hay que saber contar y vender la idea de tu proyecto». En lo que han coincidido todos es en que se trabaja con un ecosistema «frente al denominado egosistema, más centrado en uno mismo».

Víctor Viñuales: «Hay sectores que tienen que trabajar a fondo la adaptación a un cambio climático que está aquí para quedarse»

En ese ecosistema, medir el impacto social y económico que genera en la sociedad la actividad de cada una de las empresas que lo componen es fundamental. Es una obsesión para los emprendedores, pero las grandes empresas aún fallan en este aspecto. Tal y como ha señalado Rubén Carricondo, responsable de la Agenda 2030 de la Red Española del Pacto Mundial, «solo un 20% de las empresas del IBEX 35 se compromete a la medición de los ODS».

Con este panorama, poner el foco en las pequeñas empresas supone sumar muchos pequeños esfuerzos a la lucha contra el cambio climático que serán significativos en su contención. «En BBVA tenemos un propósito y es poner al alcance las oportunidades de esta nueva era, lo reflejamos y lo vivimos con el apoyo a estos emprendedores que generan un impacto positivo en la sociedad», concluía Antoni Ballabriga. Y ese impacto positivo se traduce en mejores oportunidades en un mundo más sostenible.