Cambio Climático

Groenlandia: la solución para entender el cambio climático

La tierra de los glaciares se deshiela y ve desaparecer su vegetación a una velocidad vertiginosa. Un test sin margen de errores de lo que vivirá en un futuro próximo el resto del planeta.

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29
noviembre
2019

Kilómetros de tundra cubren más de tres cuartas partes de la isla más grande del mundo. Imágenes de ingentes montañas de hielo, vastos paisajes de mantos blancos y expediciones en trineos tirados por perros describen la idílica Groenlandia, una ínsula sin líneas férreas, apenas carreteras y poco más de 55.000 habitantes concentrados, en su mayoría, en la capital: Nuuk. Hoy, la tierra de los glaciares –enclavada entre los océanos Ártico y Atlántico– está perdiendo parte de esa tundra a una velocidad vertiginosa, mucho más rápido de lo que se preveía, algo que la ha situado en primera línea en la lucha contra el cambio climático.

Según los expertos, estudiar esta isla es como ver el futuro a pequeña escala. Lo que sucede en este gélido lugar –un territorio políticamente autónomo que pertenece a Dinamarca–, es una muestra de lo que pasará en un futuro próximo en la Antártida, un continente con 10 veces más hielo y que, de momento, no se está derritiendo a la misma velocidad. Por eso, observando el comportamiento de Groenlandia y sus glaciares se pueden encontrar las respuestas a varias cuestiones sobre el futuro medioambiental. El Instituto Danés de Meteorología estimaba este verano que en 2019 la época de deshielo ha dado lugar a una pérdida neta de unos 329.000 millones de toneladas de hielo de Groenlandia, uno de los mayores récords registrados, según se hacía eco el periódico The Financial Times. Explican los científicos que estas regiones polares son muy sensibles al cambio y que una pequeña modificación puede afectarlas enormemente. Un ejemplo muy gráfico es el efecto de amplificación: al existir cada vez menos superficie blanca de hielo donde los rayos de sol reflecten, las oscuras profundidades de los océanos absorben esos rayos solares, calentando sus aguas y haciendo que sea más difícil que se formen capas heladas. Esto, junto al aumento de la temperatura del aire, son dos de los principales motivos por los que Groenlandia se está calentando mucho más rápido que el resto del planeta.

Las temperaturas en Groenlandia crecen al doble de velocidad que en el resto del mundo

El rápido calentamiento del Ártico está haciendo que las temperaturas en Groenlandia crezcan al doble de velocidad que en el resto del mundo y este veloz deshielo ha convertido a esta isla en el mayor contribuyente del aumento de nivel de los océanos. Los científicos estiman que es responsable de más o menos un cuarto del crecimiento de las aguas cada año. Si se derritiese toda su capa de hielo, el nivel del mar podría llegar a elevarse hasta siete metros. Según el último informe especial del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) sobre el océano y la criosfera en un clima cambiante, publicado en septiembre de 2019, durante el siglo XX, la elevación del nivel del mar a escala mundial ha sido de unos 15 cm, pero el ritmo actual se ha más que duplicado (3,6 mm anuales) y no deja de acelerarse.

El problema es, como recoge el informe, que seguirá subiendo durante siglos. De aquí a 2100, podría llegar a registrar una elevación de entre aproximadamente 30 y 60 cm, aunque se lograse una reducción drástica de las emisiones de gases de efecto invernadero y se mantuviera el calentamiento global por debajo de 2 °C. El estudio también confirma que los glaciares y los mantos de hielo de las regiones polares y de montaña pierden masa, y ello contribuye no solo a la aceleración de la subida del nivel del mar, sino también a la expansión de las aguas cálidas en los océanos.

«Puede que para muchas personas el Ártico, la Antártida y las zonas de alta montaña parezcan muy distantes, pero dependemos de esas regiones que inciden directa e indirectamente en nuestras vidas de formas muy diversas, por ejemplo, en lo que concierne al tiempo y el clima, la alimentación y el agua, la energía, el comercio, el transporte, las actividades de ocio y turísticas, la salud y el bienestar, la cultura y la identidad», afirma Hoesung Lee, presidente del IPCC. De hecho, para lugares como Bangladesh, Vietnam o Florida, lo que suceda en esta parte del Ártico con los glaciares puede determinar su futuro.

Jakobshavn, el glaciar más grande y conocido de Groenlandia, es uno de los que más rápidamente se mueve en el mundo. Ahora es, además, uno de los que desaparece a mayor velocidad. Jakobshavn se mueve hacia los fiordos groenlandeses lleno de icebergs que van a parar al mar. Cada año, el agua que se derrite aquí sería suficiente para abastecer a una ciudad como Nueva York. Luchar contra el cambio climático y mantener la temperatura global de la Tierra por debajo de 1,5ºC es imperativo si queremos seguir disfrutando de la idílica Groenlandia y de sus impresionantes glaciares y fiordos como Ilulissat, declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco, un sobrecogedor iceberg –ubicado junto al pueblo donde nació el célebre explorador Knud Rasmussen– que lucha a contrarreloj para sobrevivir.

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