Medio Ambiente

Siete motivos para pasarte al granel

El año pasado, cada ciudadano europeo generó una media de 31 kilos de residuos plásticos. Volver a prácticas tradicionales como la compra a granel es una forma de combatir el cambio climático y el desperdicio alimentario.

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04
junio
2019

Una niña acompaña a su abuela a hacer la compra. De un brazo se cuelga una bolsa de tela con estampado de flores que ella misma le hizo y, del otro, una pequeña cesta de mimbre con una botella vacía para que Paquita, la lechera, se la llene y le regale, a escondidas, un trocito de alguno de los quesos que guardaba por ahí. Muchos compartirán recuerdos como este, imágenes de una época distinta en la que, simplemente, comprábamos a granel lo que necesitábamos para vivir cada día: un puñado de legumbres, un poco de harina, algunos frutos secos, el pan recién hecho… En la sociedad actual, donde todo ocurre a una velocidad vertiginosa, cada vez es más difícil encontrar el rastro de ese tiempo no tan lejano.

Sin embargo, es posible que eso haya comenzado a cambiar. Las formas más lentas de vivir, el comercio de proximidad y prácticas como la compra a granel están volviendo con fuerza. ¿El motivo? «Hay muchos, pero nosotros siempre resaltamos tres: cuidar el medio ambiente al reducir los envases, ser más económico al comprar solo lo que se necesita (evitando además el desperdicio de alimentos) y tener una experiencia más completa al poder elegir entre una variedad de productos», explica Jose María Torregrosa, socio de Casa Ruiz, una tienda de venta a granel cuyo objetivo es volver a la esencia y comprar con sentido. Legumbres, tés, semillas, frutos secos, harinas, especias o sales son algunos de los productos que ofrece esta marca que abrió las puertas de su primer establecimiento en Madrid en el año 2014.

José María Torregrosa (Casa Ruiz): «Nuestra prioridad es concienciar a la sociedad para evitar plásticos y reducir el desperdicio alimentario»

La mecanización de nuestras sociedades va ligada a la transformación de la industria alimentaria. Con el objetivo de facilitar la vida de los consumidores y ofrecer mejores (y más duraderos) productos abaratando los costes, la industria comenzó a ofrecer alimentos empaquetados. Tantos, que hoy en día los excesivos embalajes se ha convertido en un verdadero problema. El año pasado, cada ciudadano europeo generó una media de 31 kilos de residuos plásticos al año, como revela un informe de Eurostat. Aunque, afortunadamente, el reciclaje cada vez está más extendido en la conciencia social, la mayor parte de esos más de 20.000 millones de toneladas de plástico (un 60%) terminan, cada año, en vertederos. O en el mar.

«Nuestra prioridad es concienciar a la sociedad para evitar plásticos y reducir el desperdicio alimentario, que asciende a aproximadamente un tercio de los alimentos producidos», señala Torregrosa. Ese es uno de los motivos que ha hecho que los negocios a granel crezcan cada vez más en las ciudades y su popularidad crezca entre los ciudadanos. ¿Quieres saber por qué es la mejor alternativa? Te damos siete motivos para pasarte a este modo de compra y ayudar, cada día, a proteger el medio ambiente.

1. Frenar el despilfarro alimentario

No siempre necesitamos la cantidad que viene en los paquetes que venden los supermercados y muchas veces no lo usamos, con lo que el producto se echa a perder. Comprar solo la cantidad necesaria, ya sea mucha o poca, reduce el la cantidad de alimentos que acaban en la basura. Además, también mejora nuestra economía, ya que normalmente comprar productos a granel es más barato.

2. Fomentar el consumo responsable

Comprar a granel no solamente reduce de manera drástica el plástico que invade de forma preocupante nuestros mares y océanos, sino que además fomenta la política de residuo cero. Ya es un gesto habitual llevar bolsas de tela en el bolso… Y, dentro de poco, también lo será ver cómo llevamos nuestros propios envases al supermercado para comprar los productos frescos.

3. Ver el producto

Muchas veces, cuando compramos productos envasados, el paquete nos impide ver lo que hay dentro y el estado en que se encuentra… Lo que muchas veces provoca sorpresas desagradables. Sin embargo, si nos llevamos a casa productos a granel, tenemos siempre a la vista lo que metemos en la cesta y eso, además de contribuir a la protección del medio ambiente, nos genera más confianza en lo que estamos adquiriendo como consumidores.

4. Apostar por alimentos de cercanías y ecológicos

Este tipo de comercios locales prima el producto cercano, en la medida de lo posible. Esa apuesta es significativa para el planeta, ya que reduce considerablemente las emisiones de CO2 generadas por el transporte de las mercancías desde su lugar de origen hasta la tienda. Además, gran parte de los establecimientos cuentan con certificado ecológico que garantiza su compromiso medioambiental.

5. Apoyar a los pequeños comercios y agricultores

La venta a granel, lejos de las grandes superficies, permite que los productores, agricultores y pequeños comerciantes puedan acceder al mercado con más facilidad para vender sus productos. Así, además de poder trazar la procedencia de lo que consumimos de manera más sencilla, se eliminan intermediarios que encarecen el precio final del producto sin que eso repercuta en quien lo cultiva.

6. Comer más variado

Comprar en este tipo de establecimientos a granel permite adquirir cantidades más pequeñas, lo que hace que podamos probar alimentos distintos más fácilmente y ampliar así la variedad de nuestra alimentación. Además, la filosofía que subyace detrás de estos negocios es ofrecer alimentos frescos y renovados con frecuencia, que también nos permitan comer sano y cuidar más nuestra alimentación.

7. Proteger el medioambiente

Reducir el uso y consumo de plásticos, llevar tu propio envase, reutilizarlos, apostar por productos de proximidad, reducir las emisiones de CO2… Todos estos gestos son pequeños granos de arena que contribuyen a preservar la salud del planeta… y cada uno cuenta.

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