9 buenas noticias para el planeta en 2018

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Luis Meyer

No puede decirse que 2018 haya sido un año halagüeño para el medio ambiente. La comunidad científica ha advertido de que debemos acelerar las medidas contra el cambio climático o llegaremos pronto a un punto de no retorno, y por el momento, no se han alcanzado los objetivos de emisiones firmados en 2015 por la comunidad internacional. Pero sí se han dado hechos puntuales que disipan un poco esta aura de pesimismo y demuestran que, si nos lo proponemos, aún estamos a tiempo de evitar que las generaciones venideras hereden un planeta devastado.

El acuerdo de París no pierde fuelle

Ya escribimos en Ethic que el último encuentro de los países firmantes del Acuerdo de París en la COP24 nos dejó un sabor agridulce. La buena noticia es que, a diferencia de otras alianzas ambientales anteriores, esta sigue adelante y no solo no pierde fuerza, sino que el convencimiento de los más de 200 intervinientes es cada vez mayor. El compromiso contra el calentamiento global por parte de la gran mayoría de los países del planeta es ya hoy irrebatible.

En esta cumbre se pactaron un cuerpo de reglas y un mecanismo de transparencia que regirán la lucha contra el cambio climático en las próximas décadas. Pero, tal y como denunciaron algunos países y ONG, el último informe de la comunidad científica, que urge a acelerar medidas y a reducir el aumento de temperatura a 1,5 grados este siglo, no tuvo el peso que merecía, ni en las deliberaciones ni en el documento final.

Adiós al impuesto al sol

Fue una de las medidas más discutidas del anterior Gobierno, y el actual cumplió su promesa de derogarla nada más tomar el cargo: el impuesto al sol ha dejado de existir este año por la vía de un Real Decreto-Ley, de modo que ya no se grava a las instalaciones de más de 10 kW. El Ejecutivo de Sánchez actúa así en consecuencia con la declaración de su Consejo de Ministros, en la que señalaba la urgencia de «implantar la transición hacia un modelo energético limpio y accesible para el conjunto de la ciudadanía».

La UE prohibirá los artículos de plástico desechable más extendidos, como las pajitas, así como los envases alimenticios de poliestireno

El final de las pajitas está cerca

Este año, la Unión Europea ha anunciado que prohibirá a partir de 2021 los artículos de plástico desechable más extendidos, como las pajitas o los platos, cubiertos y bastoncillos de usar y tirar, así como los envases alimenticios de poliestireno, que representan en torno al 70% de los residuos que terminan en nuestras costas y en el fondo del mar.

Escrutar la atmósfera

La tecnología es una de las grandes aliadas en la lucha contra el cambio climático. Así lo demuestra el Sentinel 5P, el primer satélite de la Unión Europea para monitorear la atmósfera. Es capaz de detectar una amplia gama de gases contaminantes con más precisión de lo que nunca se ha hecho antes. Esto permite realizar pronósticos con mucha antelación y tomar medidas con más celeridad. Entre otras cosas, puede medir la cantidad de ozono en tiempo real, lo que ha traído consigo una mala noticia: las emisiones de cloroformo son las nuevas enemigas de este gas, fundamental para la vida en la Tierra.

Una oportunidad para el lince ibérico

Poco antes de terminar 2018 recibimos una noticia dramática: en los últimos 30 años, han desaparecido un 60% de los vertebrados, según el último informe de WWF. La biodiversidad está en claro retroceso por culpa de la actividad humana, y sin duda esto centrará los debates medioambientales futuros, porque es un problema tan grave (si no más) como el cambio climático.

El porcentaje es una media, y por suerte, hay algunas especies que siguen la tendencia contraria. En nuestro país, la última contabilización del lince ibérico llegó a los 600 ejemplares en 2018. Un gran avance que demuestra el acierto de los numerosos proyectos de recuperación y conservación de esta especie a punto de extinguirse a principios de siglo, basados en gran medida en la cría en cautividad.

El coche eléctrico ya es (casi) el presente

El transporte motorizado es el causante de casi la mitad de los gases contaminantes de la atmósfera. Por eso es una buena noticia la apuesta decidida por el coche eléctrico, no solo por parte de la sociedad (aunque las ventas aún sean residuales), sino incluso de la propia industria automovilística.

Muchos Gobiernos están acelerando esta transición con el anuncio de que prohibirán la matriculación de los vehículos de combustible a medio plazo. En el caso de España, la venta de coches de gasolina y diésel estará prohibida a partir de 2040.

En España, la venta de coches de gasolina y diésel estará prohibida a partir de 2040

Sin embargo, no hay que dejar que la euforia nos oculte la realidad: si la energía que alimenta sus baterías no proviene en su gran mayoría de fuentes renovables, no solo no combatiremos el cambio climático, sino que lo agudizaremos. En este sentido, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima y la Estrategia de Bajas Emisiones incluye el fin de todos los permisos de hidrocarburos y de los subsidios económicos a energías fósiles, y la prohibición del fracking a partir de 2040.

Y llegó Madrid Central

La del Ayuntamiento capitalino ha sido una medida cargada de polémica, aunque todas las rupturas que incluyen cambios de hábitos conllevan quejas, que se van disipando en el periodo de encaje. La reducción del transporte motorizado en el centro de la ciudad pretende aliviar la contaminación del aire, y sigue la tendencia marcada por otras capitales europeas. En el futuro, las ciudades estarán dominadas por peatones, no por coches.

El Parlamento Europeo se remanga

No se puede negar que los legisladores comunitarios han trabajado a destajo en 2018 en lo que respecta al medio ambiente. El pasado febrero aprobaron nuevas normas con el objetivo de acelerar el recorte de las emisiones industriales de CO2, que contemplan la reducción de los los derechos de emisión, y crearán dos fondos para proyectos de bajas emisiones.

Además, la nueva legislación obliga a los Estados miembros a desarrollar estrategias para la renovación de edificios públicos y privados, con el objeto de recortar su volumen de emisiones contaminantes entre un 80% y 85% respecto a 1990.

El autoconsumo asoma la cabeza

El Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica, autorizó la tramitación mediante Real Decreto de las condiciones técnicas y administrativas que regularán el autoconsumo de energía en España. El Ejecutivo establece el objetivo de realizar este desarrollo reglamentario en el plazo de tres meses desde su entrada en vigor, el pasado 6 de octubre.

No solo hay avances en el terreno normativo, sino también plausibles. El año pasado se legalizó la primera instalación de autoconsumo eléctrico compartido en nuestro país a cargo de la compañía de energía verde Holaluz. Alimenta a un bloque de viviendas de Rubí, Barcelona, por medio de placas solares.