El tren vuelve a ser sexy

Películas como Antes del amanecer o Desde Rusia con amor nos han hecho vincular tren con romance. Sin embargo, a diferencia de las películas, nuestro amor por los trenes ha ido variando a lo largo del tiempo. El tren se ha vuelto un medio de transporte accesible, muy alejado del «lujo» que suponían los primeros trayectos de alta velocidad, en los que uno se dejaba 6.000 pesetas por viaje y que muchos recuerdan como «un avión al ras de tierra».

Las cifras avalan la popularidad de este medio de transporte: en 1992, 1,3 millones de viajeros subieron en el tren de alta velocidad, en comparación con los 41,1 millones que lo hicieron en 2023. Respecto al viaje en ferrocarril en general, la cifra se duplica después de casi treinta años: 310 millones a finales de siglo vs 654 millones el año pasado.

El tren es de los medios de transporte que menos estresa a los españoles

Coincidiendo con el Día Mundial de la Madre Tierra, reflexionamos sobre uno de los grandes retos medioambientales de nuestro siglo, la movilidad sostenible y, más en concreto, las ventajas de viajar en tren. Al no contribuir al ruido del tráfico ni requerir de grandes esperas para embarcar se sitúa entre los medios de transporte que menos estrés provoca a los españoles. Este dato lo confirma una reciente encuesta de Evaneos, la plataforma líder en diseño de viajes que impulsa el turismo sostenible: el tren (12%) y la bicicleta (3,9%) son los medios de transporte que menos ansiedad provocan. En cambio, el avión no solo es el medio más contaminante sino también el más estresante para los viajeros (34%), por delante del autobús (33%).

En general, en un tren hay más espacio y los usuarios pueden desplazarse sin problemas para estirar las piernas. Además, sus grandes ventanas permiten disfrutar del paisaje. Desde la invención de la locomotora en 1804, este ha sobrevivido a todo tipo de nuevas innovaciones: el coche a motor, el autobús y hasta el avión. En la actualidad, su demanda se ha incrementado debido al surgimiento del turismo responsable, un modelo que proponen desde la compañía de viajes, y que reivindica el slow travel frente a la experiencia estresante del turismo de masas. 

En los últimos dos años, Evaneos, que pone en contacto a viajeros y agentes locales, ha observado cómo se ha duplicado el interés en esta forma de viajar, a lo que ha respondido aumentando el número de itinerarios en los que este medio de locomoción forma parte de la experiencia. Ellos animan a los viajeros a explorar destinos como Camboya (donde tienen una curiosa forma de reutilizar las vías ferroviarias mediante plataformas de bambú), Vietnam o Perú y les animan a utilizar este transporte público para moverse dentro del destino. Por otro lado, continúan trabajando para hacer posible mejores conexiones (y precios atractivos) dentro de Europa.  

Migliori: «Estamos trabajando para crear itinerarios atractivos para todas las edades con el objetivo es que los viajes en tren vuelvan a ser sexy»

«A nivel mundial, estamos observando una gran tendencia de los viajeros que desean viajar en tren, especialmente entre las generaciones más jóvenes, pero aún es difícil encontrar buenas conexiones entre los países europeos. Estamos trabajando para crear itinerarios atractivos para todas las edades para lo que estamos en contacto con plataformas de venta de billetes europeas y agentes locales. El objetivo es que los viajes en tren vuelvan a ser sexy», explica Viola Migliori, responsable del sur de Europa de Evaneos.

Evaneos anunció recientemente que dejaba de comercializar los viajes en avión para escapadas cortas, como primera medida dentro de un plan de descarbonización que se dará a conocer en los próximos meses. 

La Organización de las Naciones Unidas, convocante del Día Internacional de la Madre Tierra, incluye en su guía contra el cambio climático la recomendación de utilizar métodos de transporte alternativos al avión, ya que, según sus estimaciones, los vuelos de media o corta distancia producen un gran impacto en el entorno ya que emiten de 0,2 a 1,5 toneladas de CO2 por trayecto. Por ello, si quieres ser sostenible a la par que sexy, la solución es el tren.