Conoce a los Emprendedores Sociales 2018

«Los emprendedores sociales no se conforman con dar un pez ni con enseñar a pescar. No descansarán hasta haber revolucionado la industria pesquera», dice Bill Drayton, fundador y CEO de Ashoka. Aunque pueda parecer rimbombante, el también ganador del Premio Príncipe de Asturias 2011 explica de una manera bastante gráfica el objetivo de las empresas sociales, un modelo que, según la Unión Europea, «tiene como objetivo primordial el logro de un impacto social positivo y cuantificable, utiliza las ganancias para lograr su misión y gestiona con diligencia, responsabilidad y transparencia, involucrando a los empleados, clientes y partes interesadas afectadas por sus actividades comerciales».

En España, aunque el porcentaje de emprendedores sociales todavía está por debajo de la media europea (2,98%), ha experimentado un crecimiento significativo pasando del 0,3% en 2009 al 0,9% en 2016, según datos de Red Gem España. Con el objetivo de fomentar este tipo de iniciativas, Ashoka selecciona cada año a entre tres y cinco emprendedores sociales que «estén profundamente comprometidos con una nueva idea, es decir, con una solución innovadora a un problema social, que cambiará los patrones de trabajo y conducta en un campo de acción».

Ana Sáenz de Miera: «Seleccionamos a personas que tienen la capacidad de ver un futuro mejor»

«Nosotros no elegimos a proyectos, sino que seleccionamos a personas que tienen la capacidad de ver un futuro mejor y de elaborar un plan eficaz para conseguirlo», explica Ana Sáenz de Miera, codirectora de Ashoka España y vicepresidenta de Ashoka Global. Este año han sido tres las personas que han logrado el título de Emprendedores Sociales 2018, un distintivo que les premia con un estipendio de tres años para dedicarse en exclusiva a su proyecto y apoyo estratégico en cinco áreas concretas: mejora de la sostenibilidad del proyecto, incremento del impacto social y transformador, apoyo a la persona y compromiso con el proyecto, reforzar el trabajo en red con los 3.500 emprendedores sociales que la ONG tiene por todo el mundo y el refuerzo de la capacidad de liderazgo.

Centrada en el Objteivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 16, Paz, justicia e instituciones sólidas, Helena Puig se ha convertido en Emprendedora Social 2018 con Build Up, una empresa que identifica y empodera a organizaciones locales que trabajan en procesos de paz para conseguir llegar a la gente afectada por los conflictos y lograr que sean parte de las negociaciones. «Cuando trabajé con la ONU en la frontera entre Sudán y Sudán del Sur, me di cuenta de la diferencia que hay entre las personas que lideran las negociaciones y las que han vivido el conflicto», ha contado al ser presentada hoy por Ashoka.

Puig ha construido Build Peace, una red global para compartir su visión de los procesos de paz con líderes expertos, legisladores y activistas de todo el mundo. Gracias a esto, Build Up ha liderado e implementado más de veinte procesos de construcción de paz en países como Somalia, Burundi o Colombia. Sin embargo, ella pone el foco en una nueva tensión internacional: «Hay conflictos que no son armados, pero sí son muy destructivos, destruyen la convivencia y cada vez son más graves. Son conflictos sociales que surgen de discursos divisivos».

Con la mirada puesta en el Brexit, en la Casa Blanca liderada por Trump, En la Filipinas presidida por Duterte y en la reciente victoria de Bolsonaro en Brasil, Puig asegura que todos tienen en común «el uso de nuevas tecnologías y de redes sociales para promover sus respectivos discursos». Por eso, Build Up está empezando a poner sus conocimientos en procesos de paz al servicio de estos nuevos conflictos para ser «más creativos, más rápidos y más listos» que los que usan las redes para polarizar a la población.

Gonzalo Fanjul: «La desinformación constituye una forma muy sutil pero absolutamente devastadora de injusticia»

El auge de los populismos tiene mucho que ver con la proliferación de las fake news y del fenómeno de la posverdad, algo contra lo que lucha Gonzalo Fanjul, segundo Emprendedor Social 2018, a través de la Fundación PorCausa. «La desinformación constituye una forma muy sutil pero absolutamente devastadora de injusticia», ha afirmado en el acto de presentación, y ha añadido que necesitamos un «debate público mucho más informado y veraz».

Con este objetivo, PorCausa reúne a periodistas, sociólogos, investigadores, filósofos, antropólogos, abogados e ingenieros para poder realizar trabajos de documentación e investigación profundos y detallados, que luego comparte con otros medios y políticos para que estén al día de lo que ocurre en inmigración y puedan tomar medidas justas e impulsar nuevas políticas públicas en temas sociales. Su labor ya cuenta con una audiencia de 50 millones de personas y una red de más de 170 periodistas y 50 investigadores.

Junto a la posverdad y los conflictos armados, hay un tercer asunto que copa la agenda mundial: el cambio climático. Este provoca que los incendios, hoy, sean más extensos, frecuentes e incontrolables que nunca, y que no se limiten a la época estival ni a los países más cálidos. «En los últimos años los incendios han causado la muerte de más de 200 personas en Europa, unas cifras alarmantes que no se habían dado antes en ninguna otra parte del mundo», ha explicado Oriol Vilalta, tercer Emprendedor Social 2018.

Vilalta ha creado la Fundación Pau Costa, la primera comunidad forestal internacional donde investigadores, bomberos, agricultores y sociedad civil promueven una nueva forma de entender y gestionar el fuego: desde la prevención en vez de la extinción. Una de sus soluciones es el programa ‘Rebaños de fuego’, en el que ganaderos e investigadores diseñan caminos estratégicos por los que las ovejas pastan creando cortafuegos naturales. Ya han participado en el proyecto más de 2.500 especialistas de 30 países diferentes.

Los emprendedores sociales nacen en la escuela

Desde 2015, Ashoka España ha querido premiar a aquellos colegios e institutos que inculcan a sus alumnos valores más allá del programa educativo estándar y fomentan el compromiso con el entorno a través de la creatividad y el espíritu emprendedor. «Son escuelas que creen en una educación orientada a formar agentes de cambio, trabajan competencias como la empatía, el trabajo en equipo, la creatividad o la asunción de responsabilidades orientada a la resolución de problemas. Se centran en la persona, no en el contenido», explican desde la organización.

Cuatro centros educativos han sido premiados con el distintivo Escuela Changemaker 2018

Este año, cuatro centros educativos han sido premiados con el distintivo Escuela Changemaker 2018: el IES Jaranda de Cáceres, por el proyecto de convivencia trigeneracional entre los alumnos de infantil de la guardería La Casita, los del propio instituto y los mayores del centro residencial ServiMayor; el Colegio Decroly de Santa Cruz de Tenerife, por hacer que sus alumnos lideren los proyectos y actividades que se llevan a cabo; el CEIP de Viñagrande – Deiro de Pontevedra, por el programa de Aprendizaje Lúdico (PAL), basado en una macro aula en la que se ubican diferentes áreas de trabajo para aprender mediante el juego como herramienta educativa; y Arizmendi Ikastola del País Vasco, por el ‘laboratorio de aprendizaje’, en el que hay micro-espacios de aprendizaje donde el alumno decide ir de manera voluntaria según sus intereses, necesidades y su nivel de desarrollo intelectual.