Opinión

Los exploradores

El cambio forma parte de lo que en nuestra sociedad llamamos evolución, progreso, avance. Y es curioso cómo siempre el cambio lo lideran minorías valientes y creativas.

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08
marzo
2017

Todo cambia. El mundo, las organizaciones, nuestras vidas. Inexorable y afortunadamente, cambian. El cambio forma parte de lo que en nuestra sociedad llamamos evolución, progreso, avance. Y es curioso cómo siempre el cambio lo lideran minorías valientes y creativas. Es the law of the few, que Gladwell explica así: «El éxito de cualquier tipo de revolución social depende fuertemente de la involucración de unas pocas personas con unas cualidades muy características».

Son los exploradores, los guerreros, los aventureros, los que un día decidieron partir hacia nuevas tierras y que ahora, bajo otra realidad, identificamos como revolucionarios o innovadores. Gladwell teorizaba sobre tres tipos de personas que debemos considerar: los expertos, los conectores y los vendedores; cada uno de ellos tiene una capacidad que lo hace único y crítico para apuntalar el cambio.

Los primeros son una fuente de autoridad en lo que a conocimiento e información se refiere. Son curiosos y cuestionadores, pero a la vez están deseando compartir. Suelen ser los intelectuales de la revolución, los que comienzan el cambio desde una óptica reflexiva.

Los segundos son los conectores; ellos son los que conocen a todo el mundo dentro de la organización y los que conectan los diferentes círculos de confianza. Por naturaleza, son los más sociales y los responsables de identificar a las personas clave para viralizar la necesidad y la posibilidad de cambio.

Y, por último, están los vendedores, los profesionales carismáticos y con excelentes cualidades para persuadir y mostrar los beneficios del cambio. Su capacidad de negociación y de cumplir su palabra es absolutamente crucial.

Pero, detrás de estos tres perfiles, subyace una idea más poderosa y estratégica que persigue pasar de la reflexión a la acción en un entorno de confianza, donde se pueda visibilizar con cierta rapidez algún beneficio y así mantener la esperanza de que, aunque desconozcamos lo que nos viene, será mucho mejor que el lugar en el que estábamos.

Por tanto, el verdadero reto es conseguir que estas tres personalidades encuentren el sentido para comenzar la movilización y se comprometan con la causa. Cualquier proceso de cambio implica complejidad, incertidumbre, desconfianza, pero no olvidemos que, a lo largo de la historia, las minorías creativas nos han impulsado hacia delante. ¿Por qué no involucrarlas ahora?

Hablemos del cambio como renacimiento humanista, como confianza absoluta en la capacidad del hombre, apoyada en una innovación tecnológica imparable, pero con el desafío permanente de hacer también la vida más fácil a sus contemporáneos. Esa es la responsabilidad de cualquier proceso en marcha. Mantener el sentido práctico desde la honestidad; construir un poliedro en el que cada una de las caras sea la base de algo que progresivamente va a cambiar para bien algún aspecto de nuestra vida y de la de los demás.

Carmen Bustos es CEO de Soulsight

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