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Plataforma Ciudadana San Bartolomé

Otra forma de hacer ciudad: la participación ciudadana diseña un parque con inteligencia colectiva

La ciudadanía organizada puede desafiar modelos de ciudad impuestos, rescatar espacios públicos y revitalizar la democracia local.

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13
agosto
2025

En tiempos de desafección política, desinformación, retrocesos en el sistema democrático y discursos reaccionarios, aparecen iniciativas –contra todo pronóstico– que recuperan el pulso cívico y tratan de devolver la política a sus raíces: la participación activa de la ciudadanía en la defensa del interés general. Una de ellas se da en San Sebastián, donde un movimiento vecinal ha abierto una nueva vía de intervención democrática desde la base.

La protagonista es la Plataforma Ciudadana San Bartolomé, surgida para defender la ladera verde del cerro homónimo frente a la amenaza de levantar ahí un nuevo centro comercial. Pero esta no es una lucha nostálgica ni un simple «no» al urbanismo especulativo: es una propuesta constructiva y colectiva para respetar la memoria de un sitio con historia y crear un parque urbano accesible de 4.000 m2, diseñado desde la inteligencia compartida y el compromiso con el medioambiente.

Un lugar con historia, una ciudadanía con visión de futuro

El Cerro de San Bartolomé, situado en pleno corazón de Donostia, acogió en el siglo XIII un primer monasterio. Hasta hace poco, su ladera era un espacio libre protegido por el planeamiento urbano. Sin embargo el Pleno del Ayuntamiento –gobernado entonces por Bildu— aprobó en 2015 una modificación del Plan General para construir en la ladera un proyecto de gran impacto: un centro comercial con aparcamiento subterráneo, promovido por el propio Ayuntamiento junto a cuatro constructoras y un fondo de inversión.

Lejos de resignarse, un grupo plural de vecinos y vecinas se organizó de forma independiente y apartidista para frenar la operación. La Plataforma nació como acto de resistencia, casi como una rebeldía. Pero hoy es mucho más: un foro vivo de propuestas, creatividad y participación democrática. Su objetivo es claro: recuperar el diálogo con las instituciones y defender el derecho ciudadano a imaginar y participar en decisiones sobre el futuro medioambiental de su ciudad.

De la protesta a la propuesta

Después de tres años de escritos para acceder a los expedientes, formular quejas, recursos y un trabajo intenso de sensibilización, la Plataforma logró un giro inesperado. En abril, el alcalde Eneko Goia, que lidera un gobierno PNV-PSOE, anunció que renunciaba —al menos de palabra— a la construcción del centro comercial. Fue un reconocimiento tácito a la presión vecinal, aunque sin compromisos firmes. La desconfianza permanece ante el impasse. Mientras, Goia prorroga una licencia de obras, que ya había caducado, para un artefacto comercial especulativo.

Por eso, lejos de bajar los brazos, la Plataforma ha redoblado su empeño. En lugar del edificio comercial que arrasaba una zona verde, propuso un Parque público adaptado a las características del terreno. Para ello, ha recurrido a las nuevas herramientas: una página web participativa, presencia en redes sociales, una expo digital, el uso de inteligencia artificial para visualizar modelos posibles del Parque y, por supuesto, al asesoramiento de técnicos en urbanismo, patrimonio cultural, jardinería e ingeniería.

Hacer ciudad desde lo común

La fuerza de esta experiencia no reside solo en su reivindicación, sino en el método: cooperación, innovación, horizontalidad. Son ya 500 personas las que se han sumado a la iniciativa. A partir del uno de septiembre la Plataforma reforzará el proceso de participación ciudadana con reuniones abiertas, actos culturales y una exposición online interactiva alojada en su página web.

Cualquier donostiarra podrá acceder a la expo, informarse, analizar representaciones visuales del parque y expresar ideas o comentarios. Todas las aportaciones serán analizadas. La propuesta final –rigurosa y documentada– se entregará al Ayuntamiento como contribución democrática a la recuperación de San Bartolomé.

Una pequeña epopeya democrática

Este caso ilustra cómo la ciudadanía organizada puede desafiar modelos de ciudad impuestos, rescatar espacios públicos y revitalizar la democracia local. Ante gobiernos municipales que olvidan la transparencia y pierden sensibilidad social, esta iniciativa demuestra que otra forma de hacer ciudad, es posible y deseable.

San Bartolomé puede convertirse en un símbolo de la participación: el lugar donde la inteligencia colectiva diseñó un parque. En un momento en que el sistema democrático parece alejarse de la vida cotidiana, acciones como esta nos recuerdan que la política no se agota en los despachos e instituciones. Y que ejercer el derecho de ciudadanía con buenas prácticas, no es solo un acto de resistencia sino incluso de recuperación de la confianza en la democracia.


Odón Elorza es ex alcalde de San Sebastián (1991-2011), licenciado en derecho y miembro de la plataformasanbartolome.com 

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