Ocho conceptos que están redefiniendo el trabajo en el siglo XXI
La automatización, la semana de cuatro días o el ‘quiet quitting’ están marcando hoy en día nuestra relación con el mundo laboral.
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Automatización, semana laboral reducida, conciliación, teletrabajo. Estos términos —y muchos otros— han pasado a formar parte de nuestro vocabulario en los últimos años casi sin que nos demos cuenta. Debido a la tecnología, los cambios sociales y las nuevas concepciones sobre el bienestar, el mundo laboral está sufriendo una serie de profundas transformaciones que redefinen nuestra relación con el trabajo en el siglo XXI. Por eso, algunas ideas que hasta hace pocos años parecían marginales ocupan hoy el centro del debate.
Pero, ¿qué se esconde tras estos nuevos conceptos? ¿Hacia dónde se dirige el trabajador de hoy? En tiempos de tiniebla, surgen ciertas luces, aunque seamos nosotros quienes tenemos que comprobar si alumbran en la dirección correcta.
La automatización y el auge de la IA
La automatización y la IA han dejado de ser meras proyecciones futuristas para convertirse en realidades tangibles. De hecho, es tan palpable esta realidad que, según la OCDE, hasta el 46% de los empleos corren riesgo de ser automatizados. Un ejemplo claro es el de la empresa india Dukaan, que en 2023 reemplazó al 90% de su personal de atención al cliente con chatbots de IA, mejorando significativamente los tiempos de respuesta y la resolución de problemas.
Un estudio del Foro Económico Mundial estimó hace unos años que, para 2025, 85 millones de puestos de trabajo podrían desaparecer debido a la automatización. No obstante, la IA también puede ofrecer oportunidades para mejorar la productividad y crear nuevos roles laborales o, incluso, ayudar a los trabajadores menos experimentados a mejorar su rendimiento.
Semana laboral reducida
La reducción de la jornada laboral a cuatro días a la semana ha ganado terreno como una estrategia para mejorar el equilibrio entre la vida personal y profesional. En Alemania, un estudio piloto reveló que el 73% de las empresas participantes planearon mantener la semana laboral de cuatro días tras concluir el ensayo, destacando los beneficios obtenidos en el bienestar de los empleados sin una disminución de la productividad.
En España, algunas empresas han implementado una jornada de cuatro días, trabajando 32 horas semanales de lunes a jueves. Esta iniciativa ha mejorado la calidad de vida de los empleados y ha generado una alta demanda de empleo.
Conciliación
El teletrabajo y la flexibilidad horaria han demostrado que es posible compaginar la vida personal y laboral sin sacrificar el rendimiento. Las compañías que priorizan la conciliación familiar y el bienestar emocional de sus empleados han visto mejoras en la motivación y en la retención del talento.
Por suerte, la salud mental parece estar cobrando una importancia creciente —aunque aún insuficiente— en el mundo del trabajo, con un gran número de empresas implementando programas de apoyo psicológico y promoviendo espacios de trabajo más saludables.
‘Quiet quitting’
En los últimos años, se ha venido hablando del fenómeno del quiet quitting: hacer solo lo necesario en el trabajo, sin excederse. Esto, especialmente por parte de jóvenes que no ven que sus esfuerzos y años de educación sean compensados correctamente por las compañías.
‘Quiet ambition’
Por su lado, la quiet ambition busca redefinir el éxito priorizando el bienestar y la salud mental, así como el tiempo libre, por encima del crecimiento desaforado que lleva a la fatiga.
Estos dos conceptos reflejan un cambio en las expectativas laborales de las nuevas generaciones, que valoran más la estabilidad emocional y el desarrollo personal que la hiperproductividad.
Renta básica universal
La Renta Básica Universal (RBU) propone otorgar a todos los ciudadanos un ingreso fijo, independientemente de su situación laboral. Esta idea ha ganado atención en los debates sobre el futuro del trabajo, especialmente ante la amenaza de la automatización.
Sus defensores argumentan que podría servir como una red de seguridad en un mercado laboral cada vez más incierto, permitiendo a las personas dedicarse a actividades creativas o educativas sin una presión económica inmediata. Sin embargo, según sus detractores, su implementación supone enfrentarse a una serie de desafíos financieros y políticos.
Teletrabajo y trabajo híbrido
La pandemia aceleró de manera inevitable la adopción del trabajo remoto. Hoy, son muchas las empresas que optan por el trabajo híbrido, combinando jornadas presenciales con teletrabajo. Este modelo ofrece una amplia flexibilidad laboral y ha demostrado mantener o incluso aumentar la productividad.
La digitalización ha sido clave en esta transición, proporcionando herramientas que facilitan el trabajo a distancia. No obstante, este cambio plantea algunos problemas en términos de ciberseguridad, así como la necesidad de adquirir habilidades digitales avanzadas por parte de los trabajadores.
Y como lo demuestran algunas compañías que han decidido acabar con el teletrabajo, si bien parecía que este sería el modelo por excelencia del trabajo del siglo XXI, cada vez hay más dudas sobre su perdurabilidad.
Ética empresarial
Los trabajadores actuales valoran cada vez más la ética y la sostenibilidad en sus lugares de trabajo. Las empresas con prácticas responsables y comprometidas con el medio ambiente no solo mejoran su reputación, sino que también atraen y retienen talento de manera más efectiva. La llamada Gran Renuncia evidenció que muchos empleados no solo buscan un salario justo, también necesitan un propósito en su trabajo.
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