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Sociedad

Lincoln, ¿líder antiesclavista o animal político?

Lo que antes era firme se vuelve líquido. Sucede con Abraham Lincoln, un símbolo de unidad hasta hace apenas unos años, inviolable en el país americano. No bastan los hechos, también hay que limar las intenciones. La Decimotercera Enmienda está en el centro del debate histórico, matizado por una moral que huele a hogueras pasadas.

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27
enero
2025

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Es el sino de nuestro tiempo: la historia a revisión como síntoma de crisis, también en Estados Unidos. Lo escrito en piedra se desvanece. Lo que antes era firme se vuelve líquido. Sucede con Abraham Lincoln, un símbolo de unidad hasta hace apenas unos años, inviolable en el país americano. Del monte Rushmore a los billetes de cinco dólares con los que los ciudadanos pagan su café, de California a Nueva York, el presidente que soportó los años de la Guerra de Secesión es cuestionado por ciertos activistas que ponen en duda su verdadera implicación en abolir la esclavitud. No bastan los hechos, también hay que limar las intenciones. La Decimotercera Enmienda está en el centro del debate histórico, matizado por una moral que huele a hogueras pasadas. ¿Creía Abraham Lincoln en la igualdad de los seres humanos o su política abolicionista se fundamentó en debilitar a la Confederación del Sur?

La vida de un hombre

Lincoln pertenece a la mitología estadounidense, y quizá por eso las nuevas generaciones sienten la necesidad de matar al padre. Nació en una cabaña construida con troncos, en Kentucky, allá por 1809. Es el Belén del sueño americano: de la madera a la Casa Blanca, por encima de las rentas, la propiedad de las tierras y las joyas de la abuela. Su educación fue escasa, pero el niño que miró el mundo desde la pobreza persistió en leer los pocos libros que disponía a su alcance. Inició su carrera política en 1834 como diputado en la Cámara de Representantes por el Estado de Illinois. Estudió Derecho. Se convirtió en abogado, pero su vida ya estaba ligada al debate parlamentario, a los estrados y los despachos donde se decidía el futuro del país. Y el país estaba a punto de vivir tiempos convulsos.

En 1860, tras haber sido proclamado candidato del Partido Republicano en la Convención celebrada en Chicago, es elegido presidente de Estados Unidos. Lincoln aprovechó la división del Partido Demócrata y se alzó con 180 representantes, la mayoría absoluta y necesaria para gobernar el país. Sus políticas económicas favorecían el proteccionismo frente a las protestas del sur, que veían sus explotaciones agrarias disminuir sin el comercio exterior con Gran Bretaña. La cuestión del proteccionismo estaba detrás de las causas de la Guerra de Secesión, pero el abolicionismo de la esclavitud llevaba, al menos, un par de décadas en el debate político, con amenazas por parte del sur de separarse de facto de la Unión. Y aquí surge la mayor crítica de todas a Lincoln: que antepusiera la supervivencia de la Unión a sus deseos de acabar con la esclavitud.

Sus políticas económicas favorecían el proteccionismo frente a las protestas del sur

La Guerra de Secesión se encierra entre dos abriles: estalló en 1861 y finalizó en 1865. Durante esas cinco primaveras, el país se dividió por medio de las armas y enfrentó dos maneras distintas de entender la vida: la Unión abogaba por el desarrollo industrial, y para ello, necesitaba trabajadores, no esclavos; la Confederación, en cambio, basaba su riqueza en grandes extensiones de terreno algodoneras donde la mano de obra esclava, de raza negra, alimentaba a los terratenientes del sur. Modernidad frente a Antiguo Régimen, si queremos ser frívolos con la historia.

Uno de los hitos de la guerra, tras la Batalla de Gettysburg, proclamó a Abraham Lincoln como un orador brillante. Ocurrió en 1863, en la inauguración del memorial para honrar a los caídos en batalla. Sobre el suelo de Gettysburg, pronunció el famoso discurso en el que ensalza los valores de la democracia y la libertad. Miró de frente a las viudas, a los hijos consternados, y les dijo, ante a las tumbas recién colocadas: «Resolvamos firmemente que estos muertos no dieron su vida en vano. Que esta nación, Dios mediante, tendrá un nuevo nacimiento de libertad. Y que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, no desaparecerá de la faz de la Tierra».

Lincoln ganó una guerra a la que no sobrevivió. Pocos días antes de la rendición de los ejércitos Confederados, John Wilkes Booth, simpatizante del sur, irrumpió en el palco presidencial del teatro Ford de Washington y le disparó en la cabeza. Murió a las pocas horas, consciente de una victoria que no disfrutaría. Apenas había estrenado su segundo mandato como presidente de los Estados Unidos. La obra escenificada aquella noche en el teatro, y que no terminó de representarse, era Our american cousin (Nuestro primo americano), de Tom Tylor. Duró apenas tres actos la comedia.

Hacia la constitución de un mito y las dudas actuales

El legado de Lincoln se plasmó en diciembre de 1865, seis meses después de su asesinato. Ya no estaba vivo, pero su obra había ayudado a crear un país distinto. Fue la Decimotercera Enmienda, la abolición de la esclavitud, lo que daría paso a un país unido en su territorio político. Prohibir la esclavitud en Estados Unidos había provocado una guerra con más de un millón de muertos en los campos de batalla. Aún quedaba una larga marcha por equiparar los derechos de todos los hombres y mujeres en Estados Unidos, pero su escala más infame, la esclavitud, había sido superada por derecho constitucional.

La abolición de la esclavitud dio paso a un país unido en su territorio político

Hoy, que se revisa la historia y se vandalizan las estatuas, se cuestiona la validez de Lincoln como líder antiesclavista. Lo cuenta Federico Rampini en El suicidio occidental. El error de revisar nuestra historia y cancelar nuestros valores (Ladera Norte). Organizaciones como 1619 project, liderada por Nikole Hannah-Jones, retratan al presidente como un «supremacista blanco» que antepuso la estrategia política para conseguir la supervivencia de la Unión a los derechos de las personas negras. Utilizan para ello nuevas maneras de estudiar el pasado, que no siempre concuerdan con la metodología científica, a pesar de estar respaldadas por el mundo universitario.

¿Actuó Lincoln por bondad o por oportunidad política? El debate está servido en Estados Unidos. Al igual que la vida de todo hombre, la de Lincoln también está llena de sombras, y no solo de luces. La Larga Caminata hacia el Bosque Redondo es una de las partes más umbrías, en la que murieron cientos de indios navajos, de Arkansas a Nuevo México, sin agua, sin pan. Y ocurrió bajo su mandato. Pero la arquitectura humana de la Decimotercera Enmienda es imborrable. Ni la pintura sobre las estatuas ni el revisionismo pueden manchar ese texto que convirtió a todos los hombres estadounidense en hombres iguales.

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