Ginoides
¿Por qué los robots siempre son mujeres?
Los ginoides o robots de aspecto femenino, presentes tanto en la ficción como en los últimos avances de la robótica, son un reflejo de nuestros estereotipos, sesgos de género, poder y percepción sobre la belleza.
Artículo
Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).
COLABORA2025

Artículo
La fascinación por los robots con apariencia femenina, conocidos como ginoides, es un tema recurrente en la ciencia ficción y la robótica real. Su presencia no es casual; es un claro reflejo de nuestras percepciones sobre el poder, la belleza y la vulnerabilidad. Para muestra, varios botones.
En la película de 1927 Metrópolis conocemos a María, un robot que incita a la rebelión de la clase obrera oprimida, demostrando el potencial subversivo de la tecnología. Décadas más tarde, en Blade Runner (1982), Rachael, una replicante con recuerdos implantados, plantea preguntas existenciales sobre los seres con vida y emociones naturales, pero sintéticas. La Terminatrix (T-X) de Terminator 3 (2003) utiliza su apariencia femenina para ser más sigilosa y manipuladora, mostrando una evolución del arquetipo. Y en Ex Machina (2014), Ava lleva el concepto al siguiente nivel: una inteligencia artificial (IA) que desarrolla conciencia para escapar de su creador.
Esta tendencia no se limita a la ficción. En el mundo real, la robótica y la IA a menudo adoptan la forma de mujeres. Sophia, de Hanson Robotics, es uno de los robots humanoides más famosos, cuyo rostro inspirado en Audrey Hepburn puede expresar una amplia gama de emociones. De igual forma, muchos asistentes de voz, como Alexa de Amazon o Siri de Apple, usan voces femeninas por defecto. ¿Hay un patrón?
Estas máquinas tienden a realizar trabajos tradicionalmente asociados con las mujeres
Karl Fredric MacDorman, experto en interacción persona-computadora de la Universidad de Indiana, dice que quizás existe una tendencia. Este experto afirma en la revista Live Science que podría ser que estas máquinas tiendan a realizar trabajos tradicionalmente asociados con las mujeres. Por ejemplo, muchos están diseñados para funcionar como sirvientas, asistentes personales o guías de museos, destaca el experto.
Kathleen Richardson, profesora de Ética y Cultura de Robots e IA en la Universidad de Montfort del Reino Unido, explica que cuando los robots humanoides son femeninos, tienden a inspirarse en mujeres jóvenes atractivas y sumisas. Pero cuando se trata de crear algo completamente humanoide, algo más sofisticado, casi siempre es masculino. Este fenómeno cultural, destaca en Live Science, también se extiende a la ficción de nuestros tiempos, como en la película Her, donde aparece un sistema operativo de inteligencia artificial (llamado Samantha), con la voz de Scarlett Johansson. Su dueño, un humano interpretado por Joaquin Phoenix, termina enamorándose de ella.
Richardson recuerda a una famosa teórica llamada Laura Mulvey que habló sobre la mirada masculina en el arte y cómo los artistas masculinos representaban figuras femeninas. Normalmente, explica Richardson en unas declaraciones a la BBC, las representaban como sumisas, desnudas, como objetos de deseo masculino. «Y creo que, en cierto modo, estamos viendo la mirada masculina replicada en la robótica, porque estas son solo imágenes superficiales». Otra razón para tener robots femeninos, agrega la especialista, podría ser que las mujeres sean percibidas como menos amenazantes o más amigables que los hombres.
Otra razón para tener robots femeninos podría ser que las mujeres sean percibidas como menos amenazantes o más amigables que los hombres
El diseño de los robots con apariencia de mujer va más allá de lo estético. Es una elección que carga un profundo significado cultural y social. Y lo mismo sucede con la IA generativa cuando se trata de generar imágenes. Diversos estudios e informes han puesto de relieve problemas de sesgo de género, estereotipos y subrepresentación que ofrece la IA. Yuchen Viveka Li, investigadora en la Universidad de Jyväskylä, universidad pública en Jyväskylä, Finlandia, analizó cómo se representan las mujeres como cyborgs en pinturas generadas por distintas inteligencias artificiales chinas y occidentales (Shuhua, ERNIE-ViLG 2.0, DALL-E, Deep Dream Generator, entre otras), y cuáles son las implicaciones de esas representaciones en términos de género.
Los resultados del estudio, titulado Imaginación del futuro de la humanidad: representación y comparación de imágenes de cyborgs femeninos en pinturas generativas de IA, indican que la representación de mujeres-cyborgs en imágenes de IA muestra una hibridez en la que lo biológico y lo mecánico se entrelazan, pero ello no impide que se dejen de lado los estereotipos tradicionales de género. Muchas de estas figuras refuerzan ideales de fragilidad y belleza ornamental. En ocasiones se reducen a cuerpos decorativos, lo que pone de manifiesto el riesgo de que estas tecnologías refuercen la cosificación.
Richardson agrega que la sexualización de los androides ha existido desde hace décadas en el entretenimiento. Pero quizás hasta ahora, con las nuevas tecnologías, tanto la IA como los robots, empiezan a convertirse en una realidad. La experta advierte que ya se están abriendo burdeles de muñecas sexuales en Barcelona, Berlín y Moscú. Incluso existe un congreso internacional sobre el «amor y sexo con robots», fundado por David Levy, cuya tesis doctoral en la Universidad de Maastricht se titula Relaciones íntimas con parejas artificiales.
MacDorman asegura, también en la BBC, que la industria tecnológica está dominada por diseñadores masculinos heterosexuales que eligen hacer creaciones femeninas debido a su interés en el sexo opuesto. Cuanto más realista es el robot y más realista la voz, mayor es la tendencia a sexualizarlo, detalla. «Si es algo muy realista, existe la tendencia a verlo o tratarlo como si fuera humano. Es como tocar nuestros botones darwinianos, por así decirlo», concluye.
COMENTARIOS