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La revolución de los robots achuchables

Los robots blandos cuentan con una apariencia adorable, pero también son uno de los avances más cruciales en el ámbito de la robótica de las últimas décadas.

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08
octubre
2025

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En este año hemos visto un boom de los peluches y los muñecos adorables, desde los Labubu hasta los Sonny Angel. Pero ¿sabías que los robots achuchables, suaves y blandos están generando una revolución en el mundo de la robótica?

La robótica blanda (también conocida por su término en inglés, Soft Robotics) es un área que lleva más de una década en constante evolución dentro de la robótica. Destaca por la innovación en el diseño de robots, puesto que crea robots flexibles y adaptables a su entorno con materiales blandos como siliconas, cauchos, geles, polímeros elásticos y tejidos inteligentes. Este tipo de tejidos permite que los robots se doblen, se estiren, se deformen, cambien y se adecúen a superficies difíciles para la robótica tradicional.

Los robots blandos también han sido influyentes en personajes de películas que se han convertido en iconos adorables y achuchables. Por ejemplo, Baymax, el robot enfermero que protagoniza la película Big Hero 6 de Disney, es una invención de un investigador del Instituto de Robótica de la Universidad Carnegie Mellon y de un doctor de la Universidad de Harvard.

Las características intrínsecas de los robots blandos los hace ideales para cumplir con tareas en medios y entornos complejos, como pueden ser la exploración submarina, las intervenciones médicas y las operaciones en espacios complejos. En cambio, los robots duros o tradicionales no son capaces de llevar a cabo este tipo de tareas y pueden necesitar adaptaciones blandas.

Los robots blandos son ideales para cumplir con tareas en medios y entornos complejos

La robótica blanda se inspira en la naturaleza, ya que hay bastantes ejemplos de organismos que cuentan con cuerpos blandos y flexibles, como los pulpos, las medusas, las lombrices o las plantas, pero también se inspiran en los órganos de los cuerpos de los seres vivos. Para crear este tipo de robots, se utiliza la biomímesis, que es la ciencia y la disciplina que estudia la naturaleza y la utiliza como fuente de inspiración tanto para tecnologías innovadoras como para resolver problemas humanos que surgen en la naturaleza.

Dado el enfoque multidisciplinario que presenta la robótica blanca, en la creación de este tipo de robots se aúnan ciencias como la química, la ingeniería mecánica, la biología y la ciencia de materiales, entre otras.

Robots marinos

Un grupo de científicos de la Universidad de Harvard presentó en 2016 la construcción de Octobot, un pulpo de ocho brazos y de varios centímetros con una autonomía de menos de entre cuatro y ocho minutos. A través de la impresión 3D y la litografía blanda, los investigadores consiguieron que el combustible líquido se convirtiera en un gas dentro del cuerpo del pulpo para mover sus tentáculos.

Dos años después, en 2018, varios científicos del Laboratorio de Inteligencia Artificial y Ciencias de la Computación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) presentaron el robot SoFi, abreviatura de Soft Robotic Fish. Se trata de un pez robot teledirigido que pasa desapercibido entre la fauna marina. Mientras nada, captura imágenes y vídeos en alta resolución. Se fabricó con materiales blandos, con el objetivo de minimizar su impacto en el entorno marino, y puede imitar los movimientos de un pez que se mueve en línea recta, gira, sube y baja. Pesa alrededor de un kilo y medio y mide unos 47 centímetros.

Robots médicos

En 2022 presentó un grupo de científicos de Hong King en la revista científica Advanced Functional Materials un robot blando, con forma y textura de slime, para evitar cirugías invasivas. Está compuesto de bórax y partículas de imán de neodimio. Su viscosidad varía con la temperatura y la tensión que se le aplique, por lo que se puede comportar tanto como un sólido o un líquido.

A mediados de 2025, investigadores de la Universidad de Macao publicaron en un artículo el desarrollo de un robot blando con forma de araña o de estrella para intervenciones muy poco invasivas del tracto gastrointestinal. Este robot, con dos brazos robóticos, se controla mediante un campo magnético que se aplica desde el exterior del cuerpo del paciente, sin necesidad de desplazarse con robots integrados. Por lo tanto, puede trepar por superficies inclinadas en cualquier ángulo.

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