Jose María Carrasco
«No podemos demonizar el plástico, el cartón u otro elemento, sino entender que cada uno tiene su lugar y su momento»
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Gracias a su Modelo Pool cerrado de intercaladores de plástico reutilizables en el packaging industrial, la empresa Cartonplast se llevó el premio BASF de Economía Circular en la categoría de Mejor Práctica de pymes. Un proyecto que, según José María Carrasco, director general de la firma, supone un ahorro de huella de carbono en torno a un 67% y de huella hídrica en torno a un 78% frente al modelo de intercaladores de cartón de un solo uso.
Habéis recibido el premio BASF a la mejor práctica circular en la categoría de pymes. ¿Qué significa este galardón para Cartonplast?
Es un reconocimiento que nos llena de satisfacción y que ha supuesto una gran alegría para todo el equipo. En primer lugar, por pertenecer al grupo de los premiados, uno muy selecto, y en segundo lugar, por haber sido elegidos entre 150 candidaturas. Un premio que es un impulso para seguir trabajando hacia un mundo en el que la circularidad del packaging sea una realidad, apostando por un modelo más sostenible desde el punto de vista económico y ambiental. Aunque actualmente se está avanzando, queda mucho por hacer.
El plástico y el cartón suelen utilizarse en aplicaciones similares e incluso sustituirse entre sí. Ambos atraviesan un momento de replanteamiento en torno a sus usos y procesos productivos. Desde su perspectiva, ¿el reto principal está en los materiales o en la forma en que los utilizamos?
Desde mi punto de vista, el problema no es el material. No podemos demonizar el plástico, el cartón u otro elemento, sino entender que cada uno tiene su lugar y su momento. Esto se debe de hacer a través de un estudio tanto científico como académico. De ellos se debe sacar a través del análisis de huella de carbono y de costes cuáles son las mejores soluciones. El plástico ha sido demonizado durante muchos años, pero el reutilizable con una vida muy amplia es la mejor solución para este packaging industrial. Nuestros intercaladores duran más de 50 usos y el pallet de plástico más de 150, lo que permite que el impacto de huella de carbono sea sensiblemente mejor. También de los costes.
¿Cómo surge el Modelo Pool que habéis ideado en Cartonplast?
Aunque yo llevo en la empresa 11 años y el modelo se creó hace 30, conozco muy bien su historia. La idearon dos familias de Alemania y España que trabajaban para el sector vidriero y que se dieron cuenta de la necesidad de eliminar el elemento de un solo uso, en ese caso del cartón. Un material que terminaba en los vertederos y suponía un problema. El sector vidriero, muy innovador, más desde un punto de vista económico que sostenible –ya que en esos años ni siquiera existía esa palabra–, crearon el Modelo de Pool cerrado de plástico reutilizable.
¿Qué problemas percibisteis que os llevaron a crear este modelo?
El modelo surgió como una solución más económica, pero también hubo un componente operativo muy importante: ayudaba con el transporte y el desclasificado de vidrio; solucionaba el problema de la humedad del cartón; y mejoraba la calidad microbiológica del elemento de transporte. Respecto a este último punto, nosotros aportamos una ventaja enorme, ya que estos elementos se higienizan en cada uso, se hacen analíticas muy profundas de calidad y de potencial contaminación microbiológica, algo que el cartón no tiene. Y a todo ello hace unos años se le sumó el aspecto medioambiental. El sector vidriero comenzó con este modelo hace 30 años y no lo ha dejado. Es más, el envasador que lo usa no vuelve al cartón nunca.
¿En qué aspectos se diferencia frente al modelo tradicionalmente utilizado? ¿Qué beneficios tiene a nivel económico y de emisiones de CO2?
A nivel de emisiones de CO2 hay estudios de vida útil realizados por centros de investigación independientes en los que se ve que a efectos de ahorro de huella de carbono nos movemos en torno a un 67% y de huella hídrica en torno a un 78%. La clave está en que el cartón es muy intensivo en el uso de agua y que solo se utiliza una vez, mientras que los de plástico se pueden utilizar hasta 50. Desde el punto de vista económico, los beneficios son que con nosotros las empresas nos pagan según el uso, lo que es mucho más económico que ser el propietario de todos los intercaladores. Además, aparte de eso, si eres el propietario, tienes otros muchos costes ocultos como el almacenaje, el tenerlo siempre disponible, tener que reportar todo el residuo a la administración…
Aparte de estos dos, ¿qué otros beneficios destacarías?
Aparte de los aspectos económicos y medioambientales, hay uno regulatorio. Este año se ha publicado el PPWR de la Unión Europea que entrará en funcionamiento a partir de 2030 y que va a obligar a que todos los elementos de transporte sean reutilizables. Dentro de unos años vamos a tener que estar en esta dinámica sí o sí, por lo que nuestro modelo es una solución muy válida. También está la innovación continua y una ventaja social, ya que este modelo es un foco de creación de empleo porque exige una colaboración entre todos los participantes.
¿Cómo ha sido la recepción de vuestros clientes? ¿Hay aceptación o aún hay resistencia a las nuevas prácticas?
En el sector del vidrio es evidente que el éxito es claro, ya que actualmente el grado de penetración oscila en torno al 80-85% en Europa. En otros sectores estamos empezando y lo que queremos es pasar aguas abajo, es decir, comenzar en el envasado y terminar en la distribución. Ahora, cuando vas a los supermercados, te encuentras con mucho cartón de un solo uso y nosotros queremos eliminar esto, algo que nos está llevando tiempo, ya que necesita mucha confianza. La colaboración entre todos los partners es fundamental.
Desde vuestro área de expertise, ¿qué otros retos quedan por superar en el terreno del embalaje circular?
En el modelo de distribución hay mucho interés. Otra área es la expansión del intercalador que se utiliza en el vidrio al sector de las latas: las vacías se envían del fabricante al envasador en intercaladores de cartón. Y, aunque sean en unos reutilizables, estos tienen todas las debilidades de este material como pueden ser la calidad microbiológica, la sostenibilidad… La idea es aplicar ese modelo al sector de la lata y al del pallet de plástico. En este sentido vemos que uno de los retos es conseguir por parte de la administración incentivos a proyectos en los que se reutilice el modelo de transporte. El Ministerio para la Transición y el Reto Demográfico está haciendo una labor espléndida, con un equipo que entiende perfectamente la situación, se deja asesorar y va en la dirección de fomentar estos modelos. La expansión hacia otros ámbitos es ya una realidad.
¿En qué aspectos ves oportunidad de desarrollo e innovación?
Hay áreas muy importantes, como la automatización del proceso interno. En Cartonplast hay un trabajo manual de recepción del material utilizado para inspeccionarlo, higienizarlo y volverlo a poner en funcionamiento. Esto necesita ser más automatizado, usando la IA para la detección de posibles problemas. La IA también se usa para elaborar modelos predictivos de demanda. Nosotros tenemos que conocer por anticipado el volumen de material que nos van a pedir nuestros clientes para tenerlo disponible, por lo que contar con modelos que nos permitan hacer una predicción de demanda es muy importante. Y, finalmente, seguir avanzando en el ecodiseño, no solo en intercaladores o pallets, sino en nuevas soluciones como puedan ser bandejas para el transporte de envases y el salto a otros sectores.
¿Cómo veis el futuro de los envases de transporte reutilizable?
Como la solución útil. El modelo circular tiene que desarrollarse en otros sectores más allá de la alimentación y la bebida, como el farmacéutico, la automoción, la cosmética o en el químico. Nosotros vamos hacia un futuro en el que este modelo exista en la práctica totalidad de los sectores.
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