El gas que llegó para revolucionar el mercado energético

Es conocido como «gas verde» y constituye una de las herramientas más poderosas en la lucha contra el cambio climático. Un revelador sobrenombre tras el cual se oculta el biometano, un combustible gaseoso elaborado a partir del enriquecimiento del biogás o, lo que es lo mismo, a partir de un proceso de digestión en ausencia de oxígeno de desechos biológicos, cultivos energéticos, lodos de aguas residuales o residuos orgánicos. A pesar del necesario proceso de refinado, sus orígenes revelan su fácil accesibilidad.

El biometano contribuye al desarrollo de la transición energética, pues cuenta con una potencia –y una composición– similar al gas natural. Además, es completamente renovable. Virtudes que le hacen reducir más de un 90% de las emisiones de dióxido de carbono respecto al gas natural, mejorando la gestión de residuos y la inversión en el sector primario, y ayudando, a su vez, a revertir la situación de despoblación del medio rural y contribuyendo a una economía circular.

A diferencia de otros combustibles renovables, el biometano no requiere la modificación de los motores en los vehículos ni el desarrollo de nuevas infraestructuras gasistas, lo que constituye una de las claves de su reciente expansión. Y Moeve (antes Cepsa) es uno de los principales impulsores.

Moeve (antes Cepsa) tiene el objetivo de gestionar 4TWh anuales de biometano para 2030, equivalente al consumo de gas natural de 650.000 hogares

La energética tiene el objetivo de gestionar 4 TWh anuales de biometano para 2030 (equivalente al consumo anual de gas natural de 650.000 hogares), para lo cual, además de acuerdos con terceros (como Kira Ventures o Pre-Zero), la compañía espera desarrollar alrededor de treinta plantas de biometano.

Inmersa en la transición energética a través de su estrategia Positive Motion, Moeve ha anunciado el desarrollo de hasta quince plantas de producción de biometano en colaboración con Kira Ventures. Se prevé que estas instalaciones, que utilizarán residuos agrícolas y ganaderos, estén operativas entre 2025 y 2027, y jugarán un papel crucial en la descarbonización de la industria. Además, estas plantas de producción serían completamente sostenibles, ya que utilizarían la energía eléctrica de origen renovable, así como el calor generado por el propio biogás, para su funcionamiento.

Al impulso del biometano también contribuye el acuerdo de la energética con PreZero España para el desarrollo conjunto de plantas de biometano. La primera estará situada en las instalaciones de Moeve en Huelva y servirá para producir energía renovable para el Valle Andaluz del Hidrógeno Verde y la nueva planta de biocombustibles de segunda generación (2G) de Moeve.

El proyecto se encuentra, además, situado en la línea de REPowerEU, el plan lanzado por la Unión Europea para poner fin a la dependencia energética externa y hacer frente a la crisis climática, así como los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.

El biometano es, al fin y al cabo, un elemento esencial en la progresiva descarbonización de la economía, tal como señala la Agencia Internacional de la Energía, que apunta a la versatilidad de su uso en distintos sectores, desde la industria, la construcción y, por supuesto, la energía, hasta el sector del transporte y la automoción.