Cómo hablar de bienestar cuando lo económico lo eclipsa todo
Las condiciones térmicas y de eficiencia energética son problemas estructurales que podrían mitigarse mediante la renovación del parque residencial. Esto no solo mejoraría el bienestar y reduciría desigualdades, sino que contribuiría a disminuir la huella de carbono de nuestras ciudades.
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Desde que empezó el verano, ciudades como Córdoba, Badajoz o Murcia han superado los 40 grados. Según la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) del INE, un 33,6% de la población en España no puede mantener una temperatura adecuada en su hogar durante las olas de calor. Conservar la casa fresca es una condición indispensable para vivir bien, pero queda oculta — junto a otros factores esenciales para el bienestar— ante el protagonismo del precio de la vivienda.
Mientras tanto, los precios siguen al alza. Según los datos del INE recogidos por el Observatorio de Vivienda Asequible de Provivienda, el precio de la vivienda ha subido un 12,2% en el último año. En el primer trimestre de 2025, las mayores subidas se han dado en Andalucía, Murcia, Aragón y La Rioja. Madrid, Baleares y Cataluña mantienen los precios más elevados. Esta tendencia deja fuera del mercado inmobiliario a una parte creciente de la población, especialmente a quienes están en situación vulnerable.
Muchas viviendas no ofrecen protección frente al calor extremo
El debate continúa centrado en el encarecimiento de la compra y el alquiler, mientras se ignora una realidad crítica: muchas viviendas no ofrecen protección frente al calor extremo. Lo económico lo eclipsa todo, cuando casi 9 millones de hogares en España presentan deficiencias graves de aislamiento térmico y conservación, según el informe «Rehabilitación justa y sostenible para una vivienda asequible» de Provivienda.
A esto se suma otro factor: la ineficiencia energética. El informe «Estudio de la vulnerabilidad de las viviendas alquiladas por los precios del alquiler y la factura energética en tres ciudades de diferentes zonas climáticas de España: Santander, Madrid y Málaga», coordinado desde ECODES y CECU, con el apoyo técnico del Instituto Eduardo Torroja de Ciencias de la Construcción (IETCC-CSIC), revela que los costes energéticos de las viviendas menos eficientes pueden llegar a representar casi la mitad del alquiler. Es un gasto invisible que recae con mayor dureza sobre quienes menos pueden asumirlo.
Las condiciones térmicas y de eficiencia energética son problemas estructurales que podrían mitigarse mediante la renovación del parque residencial. Esto no solo mejoraría el bienestar y reduciría desigualdades, sino que contribuiría a disminuir la huella de carbono de nuestras ciudades. Renovar implica mejorar lo que ya existe, especialmente en los barrios más vulnerables, donde la habitabilidad es más precaria.
La renovación como una de las soluciones
Renovar las viviendas permite reducir enfermedades respiratorias, mejorar el descanso y fomentar hogares más seguros y resilientes ante temperaturas extremas. Renovar es proteger la salud, el bienestar y el futuro sostenible de nuestros barrios, pueblos y generaciones futuras.
Por eso, más de 30 organizaciones de la sociedad civil llevamos trabajando desde 2021 en la Alianza por la rehabilitación de viviendas sin dejar a nadie atrás, con el objetivo de vincular justicia social y ambiental a través de la renovación. En este contexto, el Plan Social del Clima (PSC), el Plan Nacional de Renovación de Edificios (PNRE) y la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética (ENPE) juegan un papel clave y, actualmente, todos ellos están en el proceso de redacción.
Renovar es proteger la salud, el bienestar y el futuro sostenible de nuestros barrios, pueblos y generaciones futuras
El PSC busca distribuir el Fondo Social para el Clima, creado para compensar los efectos negativos de la inclusión del transporte y la vivienda en el régimen de comercio de derechos de emisión. Para lograrlo, debe priorizar sus medidas en la población en situación de mayor vulnerabilidad socioeconómica.
Por otro lado, el PNRE —exigido por la UE a todos sus Estados miembro— será la principal herramienta para reducir las emisiones del parque inmobiliario y mejorar su eficiencia energética, conforme a la Directiva de Eficiencia Energética en Edificios (EPBD). Estos planes sustituirán a las estrategias de renovación a largo plazo y se integrarán con los planes nacionales de energía y clima. Para que sea eficaz y justo, debe incluir medidas específicas dirigidas a quienes viven en condiciones más desfavorables.
Por último, la ENPE busca reducir los hogares en pobreza energética. Entre las medidas más efectivas para prevenirla está la renovación energética, porque la energía más barata —y más sostenible— es la que no se consume.
Más allá del precio, la asequibilidad es también una cuestión de adecuación, habitabilidad, salud y sostenibilidad. Debe garantizar condiciones dignas para todas las personas en el ahora, porque en la política de vivienda, el bienestar no es un adorno, es una condición indispensable. No hace falta esperar décadas. La solución ya está construida: renovar el parque existente es más rápido, eficiente y justo.
Una tribuna de Alianza por la rehabilitación de viviendas sin dejar a nadie atrás.
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