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¿Colonizar el espacio?

Cómo construir casas en Marte

Diversos proyectos plantean utilizar materiales que hay en el planeta rojo para así edificar de forma asequible y sostenible una vez que los colonos lleguen a Marte.

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17
septiembre
2025

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El sueño de colonizar Marte es un anhelo caro. Ahora mismo enviar un kilo de cualquier cosa al espacio cuesta unos 20.000 dólares, explican Kelly y Zach Weinersmith en su libro Un ascensor al espacio (Blackie Books). Esto es un dato aproximado. A la cifra hay que ir sumando factores como la compañía que se usa para emprender el viaje, el vehículo espacial y la distancia a recorrer. «Hay que ver lo cara que sale la última frontera», explica esta pareja. Por ello solo se ha llevado tripulación a la Luna una media docena de veces, y esta es la razón principal por la cual diversos investigadores se han lanzado a buscar cuál es la forma más asequible de construir una ciudad en el planeta rojo.

La exploración y el asentamiento en Marte a una escala significativa y sostenible dependerá del uso de los materiales presentes en el planeta rojo, dice el informe Colonización sostenible de Marte mediante estructuras de forma optimizada y hormigón in situ, publicado en Nature en 2023. En el documento, escrito por Omid Karimzade Soureshjani, Ali Massumi y Gholamreza Nouri, se hace una recopilación de datos sobre la composición del suelo marciano y se da una colección de tipos de hormigón que los futuros colonos podrían utilizar, entre los que destaca el aglomerante hecho con azufre.

Este tipo de hormigón se obtiene calentando el azufre hasta que se vuelve líquido. Para su fabricación no se requiere de agua y además se endurece rápidamente. El azufre, explican los expertos, es un elemento presente de forma abundante en el planeta. Las observaciones indican que, en promedio, el 2,48% (en peso) del suelo marciano está compuesto de ese material. Además, la producción no es compleja y requiere de menos energía que otros aglutinantes. «Se puede usar en impresoras 3D, es moldeable en la atmósfera marciana y muestra una durabilidad adecuada a la temperatura variable del planeta», destacan los expertos.

La NASA lleva tiempo trabajando en la construcción in situ en el espacio, en colaboración con diversos socios académicos y comerciales. Uno de sus proyectos principales es la Tecnología de Construcción Autónoma Planetaria de Luna a Marte (MMPACT, por sus siglas en inglés), que explora las aplicaciones de la tecnología de impresión 3D robótica a gran escala para construir en otros planetas. De hecho, la agencia espacial ha empleado la impresión 3D en varios experimentos. Un ejemplo notable es la casa de la misión Exploración de Salud y Rendimiento de la Tripulación (Chapea, por sus siglas en inglés), un experimento en el que cuatro personas vivieron 378 días simulando estar en el planeta rojo.

La NASA lleva un tiempo explorando las aplicaciones de la impresión 3D robótica a gran escala para construir en otros planetas

Esta vivienda –con cuartos privados para la tripulación, una cocina y áreas dedicadas a actividades médicas, recreativas, de acondicionamiento físico, de trabajo y de cultivo de plantas–, fue construida con una impresora 3D en el Centro Espacial Johnson de la NASA, en Houston, Texas. La vivienda es de 165 metros cuadrados y espera una segunda misión. «Los futuros asentamientos de exploración espacial tienen el potencial de ser impresos en 3D con tecnología de construcción aditiva para eliminar la necesidad de lanzar grandes cantidades de materiales de construcción en múltiples vuelos, lo cual resulta prohibitivamente costoso», dice la agencia que busca de forma constante soluciones para poder edificar fuera de la Tierra. Hace una década, por ejemplo, lanzó el concurso 3D-Printed Habitat Challenge, una competencia para impulsar la tecnología de construcción espacial que convocó a equipos de distintas partes del mundo.

A lo largo de varias fases (tres repartidas entre 2015 y 2019), los participantes presentaron novedosos métodos de fabricación aditiva para crear hábitats sostenibles en la Tierra, la Luna y Marte. La fase 1 se centró en el diseño arquitectónico de los hábitats. La fase 2, en la creación de componentes estructurales utilizando materiales innovadores. Y la fase 3 desafió a los participantes a fabricar hábitats a subescala. De allí surgieron proyectos como Marsha, de AI SpaceFactory que presentó un hábitat con forma de vaina vertical. Su diseño destaca por utilizar una impresora robótica que construía la estructura en espiral, de forma ascendente. El material de construcción, llamado Martian Polymer, se fabrica a partir de una mezcla de basalto (simulando roca marciana) y polímeros de origen vegetal.

El prototipo de Marsha es un hogar luminoso, de varios niveles y sin pasillos que podría erigirá verticalmente sobre la superficie de Marte. La casa tiene forma ovalada, con una gran claraboya superior, llena con agua, y ventanas intermitentes. Tiene una belleza alienígena, y quizás podrá ser el hogar de las próximas generaciones.

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