TENDENCIAS
Pensamiento

Michel Foucault

Cinco claves para entender a Foucault

Lejos de ofrecer teorías cerradas, Foucault propuso herramientas analíticas para desentrañar la lógica histórica que moldea nuestras instituciones, discursos e incluso modos de vida.

Artículo

Ilustración original

Arturo Espinosa
¿QUIERES COLABORAR CON ETHIC?

Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).

COLABORA
26
mayo
2025

Artículo

Ilustración original

Arturo Espinosa

Considerado uno de los pensadores más influyentes del siglo XX, el filósofo francés Michel Foucault (1926-1984) ha revolucionado la forma en que entendemos el poder, el saber y la constitución del sujeto. Lejos de ofrecer teorías cerradas, propuso herramientas analíticas para desentrañar la lógica histórica que moldea nuestras instituciones, discursos e incluso modos de vida. Su influencia en el pensamiento posmoderno y, por ende, en buena parte del panorama filosófico actual –incluyendo los estudios de género– es difícilmente conmensurable.

A continuación ofrecemos cinco claves fundamentales para sumergirse en su obra: el vínculo entre saber y poder, el concepto de genealogía, la idea de construcción del sujeto, las tecnologías del yo y la sexualidad.

Vínculo entre saber y poder

El nexo entre saber y poder permea buena parte de toda su producción filosófica. Para Foucault, el poder dista de ser una prerrogativa exclusiva de ciertas instituciones o individuos situados en la cúspide de la escala social. Al contrario, en una línea proseguida hoy por autores como Byung-Chul Han, el poder es una herramienta altamente sutil que, subrepticiamente, está presente en toda interacción social.

Esta «microfísica del poder» foucaultiana ofrece una visión ubicua del ejercicio de poder, del cual, por ejemplo, ni este mismo texto se libra. Todo está sometido al flujo de las relaciones de poder, lo que en otros términos quiere decir que no hay un conocimiento aséptico o inocente. Aquello mismo que se considera saber (la episteme de cada época concreta) o, dicho llanamente, aquello que se acata como verdadero, se encuentra a merced de la red de poder de la que todos formamos parte. Y, como la otra cara de la misma moneda, el poder se ve retroalimentado por el statu quo del saber.

Según Foucault, todo está sometido al flujo de las relaciones de poder

Genealogía

Inspirado en Nietzsche, el francés desarrolló un método genealógico con el propósito de estudiar cómo de la amalgama de saber y poder han emergido históricamente ciertas prácticas, discursos e instituciones. No se trata de vislumbrar la génesis de las cosas concretas, sino que su interés está enfocado en mostrar cómo los fenómenos considerados normales no son sino el producto de unas vicisitudes pretéritas en las que, por supuesto, el poder ha jugado un rol primordial.

Pertrechado con esta herramienta, si Nietzsche llevó a cabo una genealogía de la moral, Foucault ha legado todo un abanico de aplicaciones de esta heurística: desde el origen de la figura del loco y del manicomio (por ejemplo, en su monumental Historia de la locura en la época clásica) hasta el preso y la cárcel (véase Vigilar y castigar).

La construcción del sujeto

El sujeto no es una esencia dada, sino que, como si de un juego de LEGO se tratara, la subjetividad se construye y deconstruye, es una realidad plástica. La identidad personal se arma mediante los relatos generados por las relaciones de poder. Y, por esto, el individuo es un producto fundamentalmente histórico y social sometido al vaivén de factores externos e internos.

En lo que atañe a los externos, la biopolítica es el concepto medular que hace referencia a cómo el poder moderno –ejercido, por ejemplo, desde los Estados– administra la vida de los individuos (su salud, su derecho a tener hijos o, verbigracia, su derecho a morir).

Los factores internos remiten a otra tesis clave: la tecnología del yo.

Tecnologías del yo

Para Foucault, nuestra posesión más íntima, nuestra identidad, no germina naturalmente como por arte de magia. En buena medida, son las prácticas y relatos que cada uno lleva a cabo consigo mismo, internamente, las que nos componen. Ahora bien, estas tecnologías del yo son nuevamente una suerte de virus que surge del intersticio entre las relaciones de poder.

Son formas de relación con uno mismo, como, vaya por caso, el examen de conciencia, la confesión o la autodisciplina (piénsese en la obsesión contemporánea por la productividad laboral). Aunque parecen voluntarias o íntimas, también están mediadas por normas históricas y discursos interesados. En un breve texto que cuenta con el delatador título de «Tecnologías del yo», el francés alude a la confesión religiosa como un caso paradigmático de cómo estas tecnologías –«juegos de la verdad»– median en la interpretación de nuestra propia sexualidad.

Sexualidad

Estrechamente ligado con lo anterior, en los cuatro volúmenes de su Historia de la sexualidad Foucault camina por los vericuetos de la sexualidad humana. La piedra angular de su reflexión no puede ser más provocadora: la sexualidad no ha sido censurada o reprimida históricamente, sino que, precisamente, la sexualidad es ella misma un mecanismo de control activo.

La interpretación del propio cuerpo, de sus prácticas, o del deseo sexual, no responde a un hecho natural. Esta se halla en un «campo de batalla» discursivo en donde entran en liza relaciones de poder, formas de saber y, cómo no, también las posibilidades de resistencia.

ARTÍCULOS RELACIONADOS

La sociedad del panóptico

Iñaki Domínguez

En una sociedad completamente digitalizada, la vigilancia ya no se ejerce: se vive cada día de forma voluntaria.

La búsqueda de la felicidad

Esther Peñas

Vivimos más, la educación es mejor, ganamos más dinero y tenemos más horas de ocio que hace 50 años. ¿Somos más felices?

COMENTARIOS

SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER

Suscríbete a nuestro boletín semanal y recibe en tu email nuestras novedades, noticias y entrevistas

SUSCRIBIRME