La industria ganadera, camino a las cero emisiones
Reducir las emisiones contaminantes del sector ganadero puede ser una realidad si en la industria se apuesta por la energía fotovoltaica, se recubren las fosas de almacenamiento de purines y se intenta mermar el metano producido por las vacas en su proceso de digestión.
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Conseguir las cero emisiones globales de dióxido de carbono para 2050 puede parecer un reto alejado y difícil. Sin embargo, diversos sectores han comenzado a trabajar para que este objetivo sea una realidad. Para ello, todos los actores implicados del ecosistema global intentan alinear y aunar esfuerzos por conseguir un planeta más verde. Es el caso de la ganadería, una de las industrias que más peso tiene en cuanto a emisiones globales, que ya ha puesto ciertas medidas en marcha para intentar aplacarlas y reducir su impacto.
Una de las marcas que más pronto fue consciente de su potencial para poder aportar su conocimiento y financiación, y materializar así su compromiso con la sostenibilidad, fue Nestlé. La compañía empezó a colaborar en 2021 con la Fundación Global Nature en el desarrollo de un proyecto piloto para disminuir las emisiones en las ganaderías con las que trabaja. Desde entonces, más de la mitad de las granjas que proveen de leche a Nestlé han implementado medidas para conseguirlo. La pregunta es: ¿han tenido efecto?
Parece que esta puede ser una buena senda y ejemplo de simbiosis entre empresas y productores. Desde que Nestlé se hermanó con la Fundación, han conseguido reducir en más de 43.600 toneladas las emisiones de dióxido de carbono equivalente de las granjas que les suministran leche, ubicadas en Galicia, Asturias y Cantabria.
Gracias a la colaboración entre Nestlé y la Fundación Global Nature se han dejado de emitir 43.600 toneladas de dióxido de carbono equivalente de las granjas que suministran leche a la compañía
Tras una inversión de 2,5 millones de euros por parte de Nestlé, estas 90 explotaciones ganaderas consiguieron hacer una diferencia relevante gracias a las medidas de reducción de emisiones y mejora del bienestar animal que implementaron. Por lo pronto, unas 38 granjas ya cuentan con placas solares en sus instalaciones, lo que supone una fuente de energía renovable que impulsa la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles. Además, el proceso de instalación de las placas tiene un bajo impacto ambiental y es una forma de descentralizar la energía.
Por otra parte, en 25 granjas ya han llevado a cabo el recubrimiento de las fosas donde se almacenan los purines. De esta manera, además de reducir la emisión de gases de efecto invernadero, se previene la contaminación del agua, se puede realizar un mejor uso del nitrógeno como fertilizante y se reducen los malos olores. Además, el recubrimiento de los purines y su posterior tratamiento puede ser aprovechado para generar biogás. En otros casos, también puede mejorar la calidad del suelo y reducir la dependencia de los productos químicos.
Hay más. Unas 55 explotaciones apoyadas por Nestlé han implementado medidas de bienestar animal centradas en la mejora de la climatización de los establos para mantener la producción en verano, mediante la instalación de ventiladores, techos aislantes y humidificadores.
Objetivo: reducir los gases
Una de las mayores fuentes de emisiones en una granja procede del metano que emiten las vacas en su proceso de digestión. Ese metano tiene un potencial de calentamiento global mucho más alto que el dióxido de carbono a corto plazo, aunque se encuentra en concentraciones mucho más bajas.
Se estima que una vaca adulta puede emitir entre 70 y 120 kilogramos de metano al año, aunque esto depende de factores como la dieta, la genética, el manejo de la ganadería y el tipo de ganado. Precisamente, las mejoras en la alimentación son una posible solución a esta problemática. Incluir ciertos aditivos o forrajes puede reducir la cantidad de metano producido por las vacas. Eso es lo que ha hecho Nestlé en las explotaciones con las que trabajan: al suplementar la ración del ganado con un aditivo alimenticio, han reducido entre el 30% y el 40% el metano que emiten las vacas en su proceso de digestión.
Al suplementar la ración del ganado con un aditivo alimenticio, han reducido entre el 30% y el 40% el metano que emiten las vacas en su proceso de digestión
Así, más de 8.000 vacas de unas 92 granjas, que proporcionan un volumen de más de 91.000 toneladas de leche, ya han empezado a recibir el aditivo. Desde que se empezara su uso en 2023, dichas granjas han conseguido reducir en unas 10.500 toneladas las emisiones de dióxido de carbono equivalente emitidas por su ganado.
Agricultura regenerativa para restaurar tierras agrícolas y su ecosistema
En este trabajo compartido y de esfuerzos asociados entre empresas y productores, Nestlé y los ganaderos han implementado medidas de agricultura regenerativa en los cultivos que proporcionan alimentos a las vacas. Se han realizado planes de fertilización individualizados para cada granja con la finalidad de conocer el aporte de nutrientes que existe de forma previa en el suelo y en el purín y así establecer acciones para fertilizar únicamente lo que sea necesario. También se ha fomentado el laboreo reducido frente al laboreo tradicional, así como la siembra directa y la rotación de cultivos. Por último, se ha impulsado la siembra de leguminosas, lo que ha comportado reducir o eliminar la necesidad de otros fertilizantes.
Tanto ganaderos como marcas intentan reducir las emisiones de la ganadería como manera de mitigar el cambio climático. Trabajar para paliar estas emisiones ayuda a frenar el calentamiento global, proteger los ecosistemas y mejorar la sostenibilidad agrícola. Además, disminuir la huella de carbono del sector ganadero puede promover un futuro más saludable y equilibrado para el planeta y para todos los que vivimos en él.
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