Sociedad
Técnicas japonesas para vencer la pereza
Algunas técnicas japonesas podrían suponer un antídoto para afrontar la desgana generalizada, sobre todo porque intentan apelar al avance paulatino y no a las soluciones rápidas.
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«Qué pereza tengo», «me da pereza». ¿Cuántas veces escuchamos estas frases a lo largo del día? Ya sea por cansancio acumulado, por un sobreesfuerzo continuo o por simple falta de ganas, este pecado capital se apodera de nuestros cuerpos y nuestras mentes con frecuencia. Sentir apatía de forma puntual parece lógico: la necesidad de integrarnos en una vida repleta de trabajo, hiperproductiva y de constantes actividades deriva en que en ocasiones nuestro deseo sea no hacer nada, sucumbamos o no a él.
El problema surge cuando esa tendencia a la procrastinación se produce de forma constante y nos lleva a no cumplir con compromisos o interfiere de una u otra forma en nuestro bienestar y desemboca en insatisfacción generalizada. La buena noticia es que, como para casi todo, existen consejos orientados a contrarrestar la pereza y el malestar. Más o menos conocidas, algunas técnicas japonesas suponen un antídoto para afrontar la desgana generalizada, sobre todo porque intentan apelar al avance paulatino y no a las soluciones rápidas.
Ikigai
El ikigai se podría traducir como «la razón de vivir». Descubrir por qué nos levantamos cada mañana, cuál es nuestro propósito. Quizá no lo sepamos aún, pero buscarlo sería precisamente el reto. Conocer lo que nos mueve y nos activa diariamente provoca que sintamos más energía y motivación y aumenta la longevidad. No tiene por qué tratarse de grandes hazañas o del más complejo de los retos, de hecho, hablamos de tareas sencillas que se disfruten. En Okinawa, Japón, existe una aldea que congrega el mayor número de personas centenarias del planeta: aunque la genética y la dieta resultan fundamentales, un tercer factor de esa longevidad sería el ikigai.
Kaizen
Otro hábito saludable que practican en Japón es el kaizen, que proviene de ‘kai’ (cambio) y ‘zen’ (bueno). En este caso se trataría de buscar pequeñas mejoras cada día, para poder avanzar paulatinamente en lugar de pretender cambios rápidos y bruscos. Con paciencia y perseverancia podremos progresar en cada aspecto de nuestra vida. Podríamos asemejarlo al refrán «sin prisa pero sin pausa». Si pretendemos ejecutar modificaciones desmesuradas y veloces, la pereza nos vencerá por considerarlos –con razón– inalcanzables, pero, si avanzamos un poco cada jornada y lo visualizamos así, el coste energético y mental será más asumible.
Hara Hachi Bu
En la cultura nipona, la alimentación saludable es un pilar básico, por eso la cuarta práctica para vencer la desgana se centra en no atiborrarse o, lo que es lo mismo, Hara Hachi Bu. Se trataría de comer hasta que sintamos que nuestro estómago está al 80% de su capacidad total. Evitar saciarse por completo permite disponer de más energía, pues el organismo no se sobrecarga y puede funcionar correctamente. Notaremos nuestro cuerpo más ligero para realizar cualquier actividad. Y, por supuesto, que las frutas y verduras de temporada, la soja, las algas y el pescado no falten en la dieta.
Shoshin
Por último tendríamos el shoshin, la predisposición de afrontar las tareas con la mentalidad de un principiante. El término, que proviene del budismo y las artes marciales, nos ofrece alejarnos de la mirada experta y dejarnos sorprender y probar cosas distintas. Esa apertura nos permitirá adquirir nuevos conocimientos, transitar caminos nuevos y oxigenar nuestras maneras. Permitirnos explorar y nutrirnos de curiosidad para vencer la desgana de hacer lo de siempre.
No es necesario practicar todas las técnicas a la vez – como indica el kaizen–, sino de ir incorporando mejoras poco a poco. En Japón parece que les va bien, donde una de cada diez personas tiene más de 80 años y se mantiene en óptimas condiciones, con niveles altos de autonomía y salud.
Y es que vencer a la pereza no es solo contrarrestarla, sino también embarcarnos en hábitos más beneficiosos para nuestro cuerpo y nuestra mente. Al fin y al cabo, se trata de mejorar nuestro estilo de vida.
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