¿Cuánto dura la concentración?
Algunos estudios dicen que la concentración humana se mantiene en situación óptima durante un máximo de 45 minutos. Pero, ¿está comprobado que así sea o se trata de un cálculo demasiado optimista?
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Si atendiésemos a las escenas que, a diario, observamos a nuestro alrededor cuando caminamos entre conciudadanos con la mirada adherida al teléfono móvil y la mente a saber dónde, la respuesta a cuánto dura la concentración podría ser una cifra verdaderamente baja. Un estudio de la Universidad de California reveló que nuestro cerebro precisa de aproximadamente 23 minutos para recuperar la concentración tras una distracción. Otro estudio, realizado en la misma universidad, advertía de que nuestro cerebro nos mantiene durante 15 segundos en el pasado. Respecto a la mirada, esto supone que en lugar de analizar cada instantánea visual, percibimos un promedio de lo que vimos en los últimos 15 segundos. Esto facilita que podamos ver un mundo estable. Es muy probable que mientras saltamos de una imagen a otra en nuestro teléfono móvil no estemos en absoluto concentrados en nada.
La capacidad de concentración que tiene una persona es de un valor incalculable para su transcurso vital. De dicha capacidad dependerá su desarrollo personal, intelectual, profesional y social. La gran mayoría de estudios al respecto coinciden en que el tiempo máximo de concentración en una misma tares de una persona adulta es de 45 minutos. A partir de ahí, aunque la persona se esfuerce en mantener dicha concentración, esta comienza a decaer de manera vertiginosa, y el cerebro reclama un período de descanso que le permita reiniciar la tarea de la que se estaba ocupando. Dichos estudios han facilitado que las clases escolares no sobrepasen los 45 minutos.
A pesar de ello, los mismos estudios aseguran que estos 45 minutos máximos de atención los alcanza el ser humano a los 9 años de edad. Hasta entonces, la atención ha ido creciendo a razón de 5 minutos por año, desde su nacimiento.
Según la curva de la atención, a partir de los 20 minutos la concentración en una tarea decae hasta extinguirse alcanzados los 45 minutos
Pero para que exista concentración es imprescindible prestar atención. Y la atención se puede dividir en transitoria y sostenida selectiva. Es esta última la que conlleva concentrarse. La atención transitoria es una respuesta cerebral a corto plazo a un estímulo que atrae de manera temporal. A este respecto se han realizado numerosas investigaciones, pero no parece haber quórum. Por su parte, la atención sostenida selectiva que favorece la concentración es aquella que produce resultados consistentes en una tarea a largo plazo, como puede ser estudiar o desempeñar un trabajo. En este caso, si bien no hay suficiente evidencia empírica, los estudios sí coinciden en que el tiempo de esta atención sostenida selectiva varía entre los 10 y los 20 minutos. Podríamos pensar en que estos estudios contradicen los que adjudican al ser humano adulto esos 45 minutos de concentración. Pero nada más lejos de la realidad, ya que la diferencia de tiempo responde a la denominada curva de la atención.
La curva de la atención es la que mide el período de tiempo que transcurre desde que una persona decide, de manera selectiva, prestar atención a algo con objeto de obtener un determinado provecho hasta que dicha atención desaparece. El tiempo que decidimos dedicar a leer, a ver una película, a escuchar a otra persona, a estudiar, a las tareas propias del puesto de trabajo, etc. Lo que nos muestra esta curva es que, efectivamente, a partir de los 20 minutos la productividad de la concentración empleada comienza a decaer, de manera suave pero sostenida, hasta no dar más alcanzado el umbral de los 45 minutos. Pasado ese periodo, la actividad cerebral que se había venido desarrollando deja de ser productiva.
Teniendo en cuenta estos estudios, si regresamos al caso de la atención que prestamos a lo que vemos en nuestros teléfonos móviles, las conclusiones son preocupantes y, además, tienen consecuencias en todos los ámbitos de nuestra vida. Los teléfonos móviles han facilitado la sociedad de la inmediatez porque obligan a que los contenidos que se producen para nuestro consumo sean cada vez más cortos si quieren captar nuestra atención. Unos segundos de más son cruciales para que perdamos el interés. La consecuencia, según un equipo compuesto por matemáticos de la Universidad Técnica de Dinamarca y el University College of Cork, es que la humanidad en general está reduciendo el tiempo durante el que es capaz de concentrarse en una única cuestión.
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