El puzle de la buena alimentación
Comer bien cada día puede parecer complicado, pero hay estrategias que nos ayudan a que sea más accesible. Con información útil y decisiones conscientes, es posible ir encajando las piezas que componen una alimentación equilibrada.
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Cada día tomamos pequeñas decisiones que tienen un impacto directo en nuestra salud y bienestar. Elegir qué artículos meter en la cesta de la compra, qué comida preparar para llevar al trabajo o qué descongelar para la cena pueden parecer decisiones menores, pero, a largo plazo, tienen un impacto en nuestra calidad de vida.
Comer bien no debería ser un lujo ni tampoco algo complicado. Sin embargo, no siempre es fácil tomar decisiones acertadas cuando llevamos un ritmo de vida acelerado y nuestro entorno nos satura con informaciones contradictorias sobre productos milagro y dietas restrictivas. Por otro lado, las decisiones individuales están condicionadas por el contexto: el precio de los productos, su disponibilidad, el etiquetado o la facilidad para identificar alternativas saludables.
Comer mejor cada día es un programa de Dia orientado a mitigar barreras alimentarias y promover la adopción de hábitos saludables
Una buena alimentación debería ser posible en cualquier contexto social, cultural o económico. Por eso, las empresas del sector alimentario tienen un papel clave en la promoción de la equidad. No se trata solo de poner productos a disposición de la población, sino de facilitar elecciones más informadas, accesibles y adaptadas a la realidad de cada hogar. En esta línea, Dia impulsa a través de su Plan de Sostenibilidad el programa Comer mejor cada día, con el que quiere facilitar que las personas puedan seguir una alimentación equilibrada y hábitos saludables. Para lograrlo, además de contar con un surtido de la máxima calidad y precios asequibles, proporciona información clara y útil a través de distintos canales para que cualquier persona sienta que es fácil mejorar sus hábitos de alimentación. Así, Dia busca impulsar hábitos saludables y decisiones conscientes, sin perder de vista el contexto social en el que se producen.
Todo es más fácil si tienes un plan
Para llevar una alimentación variada, equilibrada y asequible es importante tomar decisiones conscientes a la hora de hacer la compra, pero también cuando conservamos los alimentos y los cocinamos. ¿Qué estrategias pueden facilitarnos la vida aun cuando tenemos un presupuesto ajustado o poco tiempo? A través de un decálogo con consejos sencillos y flexibles, Dia ofrece algunas claves para alcanzar este objetivo poco a poco. Un primer paso es hacer una planificación que sea realista y se adapte a nuestro estilo de vida.
Para ello, no necesitamos incluir en nuestra dieta productos exóticos ni caros. Lo esencial es priorizar los productos de origen vegetal y que sean de cercanía y de temporada. Las frutas, verduras y hortalizas deben ocupar un lugar prioritario en nuestra dieta, ya que nos aportan nutrientes, fibra y antioxidantes y disminuyen el riesgo de padecer diferentes enfermedades. Es importante incluir en cada una de las comidas principales una porción de hortalizas y/o verduras e incluir la fruta como postre o snack entre horas.
Además, las legumbres y frutos secos son una fuente excelente de proteínas de calidad y pueden ayudarnos a reducir el consumo de carne roja y embutidos. Por otro lado, también es importante incluir en nuestra dieta hidratos de carbono de calidad, presentes en arroz, pan o pasta en su versión integral. Por ejemplo, el pan integral ofrece varias ventajas frente al pan blanco: tiene un mayor poder saciante por su elevado contenido en fibra, es beneficioso para la microbiota y ralentiza la absorción del azúcar en el intestino.
Con estos criterios en mente, podemos hacer un menú semanal con ingredientes sencillos y elaborar una lista de la compra que tenga en cuenta nuestros horarios, tiempos y preferencias. Revisa qué tienes en la despensa y haz una lista que incluya solo lo necesario para no desperdiciar alimentos.
Es posible cuidar la salud, reducir el desperdicio y ahorrar energía con pequeños gestos cotidianos
Compras para una cocina sostenible
Con la lista en la mano, será mucho más fácil hacer la compra en tu supermercado del barrio. Elige productos locales y de temporada y compara precios por kilo o litro para evitar compras compulsivas y reducir desperdicios. Para los días en los que tengas poco tiempo, los congelados o las conservas también pueden ser una buena opción. Lee bien la información de cada etiqueta y elige aquellos productos que tengan pocos ingredientes y una composición sencilla. Recuerda dejar para el final del recorrido los refrigerados y congelados, para que no pierdan la cadena de frío y no tengas que tirar nada al llegar a casa. Estas son tan solo algunas de las recomendaciones que recoge Dia en su Guía para una compra inteligente y saludable.
Además, puedes aprovechar las ofertas del día. Por ejemplo, Dia propone descuentos en alimentos próximos a su fecha de caducidad. Se trata de productos seguros con los que, además de ahorrar, puedes contribuir a disminuir el desperdicio alimentario, un problema que, junto con la pérdida de alimentos, genera entre el 8% y el 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) según la ONU. En España, según el último Informe del Desperdicio Alimentario, se desperdician 1.214,76 millones de kilos/litros, un 1,1 % más que el año anterior.
La mayor parte de este desperdicio se produce en el hogar: se tiraron 1.183,42 millones de kilos/litros de alimentos en los hogares españoles durante 2023. A pesar de estas cifras, cada vez somos más conscientes de este problema y la tendencia es positiva: el número de hogares que no desperdicia alimentos ha aumentó un 4,4 % respecto a 2022. ¿Qué podemos hacer para no tirar nada? Por un lado, una buena organización es clave. Para ello, podemos ordenar la nevera según la fecha de consumo y separar lo crudo de lo cocinado y seguir alguno de los trucos que ofrece Dia para conservar los alimentos. Por ejemplo, para que la fruta se conserve fresca durante más tiempo en el frutero, puedes colocar entre ella algunos corchos de botellas de vino, lo que ayudará a absorber el exceso de humedad y retrasar el proceso de descomposición.
A la hora de cocinar, también es posible cuidar la salud, reducir el desperdicio y ahorrar energía con pequeños gestos cotidianos. Desde el punto de vista nutricional, prioriza el uso de grasas saludables como el aceite de oliva virgen extra y da sabor a tus platos con especias y hierbas aromáticas en lugar de abusar de la sal. En cuanto a la eficiencia energética, elige métodos de cocción que consuman menos energía, como la olla a presión o el hervido frente a la fritura, y evita encender el horno para preparaciones pequeñas. ¿Y si te pasas con las cantidades? Congela o reutiliza las sobras con creatividad en recetas de aprovechamiento para ahorrar tiempo y dinero.
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