Electrificación para la transición
Para descarbonizar la economía, Europa necesita, por un lado, acelerar la electrificación y, por el otro, reducir la brecha tecnológica que la separa de potencias como Estados Unidos o China en materia de movilidad sostenible.
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La necesaria transición energética avanza en España con distintos frentes abiertos por la senda que le han marcado tanto la Unión Europea como el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Uno de los principales escollos que retrasan su expansión es la electrificación de la economía, que avanza a un ritmo mucho más lento de lo deseable en ámbitos como la industria pesada y la movilidad sostenible. Para debatir acerca de lo ya conseguido, lo que queda pendiente y las medidas que podrían tomarse para acelerar este proceso, Ethic y Contigo Energía han reunido a un grupo de expertos para poner sobre la mesa diversas soluciones.
«La transición energética no es una autopista de cuatro carriles perfectamente asfaltada; es un camino que tenemos que construir y recorrer entre todos», señaló Jorge González Cortés, vicepresidente de Grupo Gesternova, en la apertura del encuentro. Asimismo, recordó que «la verdadera energía autóctona europea son las renovables», por lo que ha alentado a apostar por ellas «no solo por razones medioambientales, sino también geoestratégicas». Dar la oportunidad de acceso a energía barata y limpia a los ciudadanos y las industrias en Europa supondría la posibilidad para el continente de «competir con países y empresas que están jugando con reglas en materia de sostenibilidad, condiciones de trabajo o derechos humanos que no serían aceptables aquí».
Jorge González Cortés: «En la red de distribución y transporte es donde está el cuello de botella»
Para González Cortés, España se encuentra en un momento en el que la capacidad de generación de energía renovable está muy por encima de la demanda. «En la red de distribución y transporte es donde está el cuello de botella, necesitamos ser capaces de incrementar esa demanda, especialmente en la industria», afirmó.
Certificados de ahorro energético
Una de las soluciones que podrían allanar el camino a la electrificación de la industria son los Certificados de Ahorro Energético (CAE). En esencia, explicó Agustín Villar, director de Regulación de ANESE, se trata de «un documento electrónico que acredita la consecución de un ahorro energético.
El ponente insistió en que los CAES no son una ayuda, sino «un incentivo transversal muy ágil que permite acreditar ahorros en cuestión de pocos meses y monetizarlos». En definitiva, aseguró, es «un win-win para las empresas y el Ministerio, una herramienta que actúa como dinamizadora de proyectos de eficiencia energética».
Movilidad sostenible
La movilidad sostenible es uno de los territorios en los que más esperanzas hay depositadas como vector de descarbonización. Y también uno de los que más dificultades encuentra para su avance. Entre otras causas, indicó May López, directora de Desarrollo de Empresas por la Movilidad Sostenible, porque ahora mismo el sector asiste a un «verdadero tsunami normativo en Europa que ha supuesto la aprobación de más de 300 medidas de sostenibilidad en los últimos tres años, muchas de las cuales influyen en la movilidad eléctrica».
May López: «El sector de la movilidad sostenible asiste a un verdadero tsunami normativo en Europa»
La experta ha reclamado «mayor seguridad jurídica» y una normativa que ayude a todas las empresas a «posicionarse, producir y competir». Además, pidió una mayor y mejor información para las compañías sobre la normativa, su aplicación, sus implicaciones o las posibles sanciones en caso de incumplimiento. Y es que, adujo, «las empresas no solo están obligadas a poner en el mercado productos sostenibles, sino a hacerlo de manera también sostenible, y muchas no saben ni por dónde empezar». Pero se mostró optimista en cuanto a que la futura Ley de Movilidad Sostenible aporte luz a muchas de esas incertidumbres.
Europa, por detrás en tecnología
Ignacio Rodríguez-Solano, director de la Fundación Renault Group España, puso el acento en la situación inédita que vive la industria automovilística europea. «Nos encontramos con que Europa, que tradicionalmente ha liderado y controlado la tecnología de combustión con el 80% de la producción mundial, se está quedando fuera de la cadena de valor de los vehículos eléctricos. Muchos de los grandes fabricantes son asiáticos, y algunos de ellos ni siquiera son fabricantes de automóviles», afirmó.
Asimismo, subrayó la necesidad de reducir ese desfase, con las baterías eléctricas en el centro de la ecuación. «El sector de la automoción invierte casi el 20% de la I+D en Europa, pero, si queremos seguir siendo sostenibles en investigación y desarrollo no podemos perder el tren tecnológico con Asia y Estados Unidos. Necesitamos que el vehículo eléctrico tenga un papel protagonista y una evolución más rápida en Europa, porque, de lo contrario, podemos encontrarnos con un problema socioeconómico muy grave», advirtió.
Ignacio Rodríguez-Solano: «Si queremos seguir siendo sostenible en I+D no podemos perder el tren tecnológico con Asia y Estados Unidos»
Por su parte, Daniel Pérez Gutiérrez, CEO y cofundador de Zunder, alertó sobre el hecho de que Europa está perdiendo competitividad a marchas forzadas, hasta el punto de «dirigirse hacia la insignificancia» pues «China va 15 años por delante en movilidad y tecnología». El experto instó a incrementar las inversiones para aprovechar la gran oportunidad que representan las energías renovables en España: «Podemos ser competitivos desde aquí y con energía de aquí. Disponemos ya de una red fantástica de recarga ultrarrápida de vehículos eléctricos con la que tenemos cubierto más del 80% de la red de autovías».
La cuestión del precio
¿Qué falta entonces para acelerar la transición al vehículo eléctrico? En opinión del CEO de Zunder, principalmente dos cosas: «Que las ayudas a la compra de un vehículo eléctrico sean en forma de descuento directo sobre la adquisición y no de subvención recuperable a 2-3 años vista, y que los vehículos sean más baratos de fabricar para que ese ahorro se refleje en su precio final y ya no sean necesarias las ayudas». ¿Y cómo se logra ese doble objetivo? «Planificando a largo plazo y eliminando el vehículo de combustión de la ecuación de manera escalonada», planteó Pérez Gutiérrez.
Por su lado, Rodríguez-Solano coincidió en que el precio de los vehículos eléctricos es un problema, porque «son caros y el público español se mueve fundamentalmente por precio. Tenemos que lograr bajar estos precios porque si no dejaremos atrás a los que siempre se quedan atrás». Aunque, para ello, puntualizó, también será necesario bajar los precios de la electricidad: «Porque lo que no podemos hacer es pedirles a los ciudadanos que se compren un vehículo que es más caro que los de combustibles fósiles y que también va a ser más caro de recargar».
Desde Contigo Energía, Jorge González Cortés subrayó que el coche eléctrico ya es una realidad. Pero, ¿cuándo será el momento de que los ciudadanos abracen esta opción? «Cuando estén convencidos de que es una tecnología útil», afirmó.
Finalmente, Pérez Gutiérrez comentó que, en un reciente viaje a China, lo que más le impresionó fue que «en ciudades de 18 millones de habitantes el único ruido que se oía por la calle era el de los viandantes conversando». Y lanzó un reto: «En Europa también tenemos que llegar a eso: tenemos que ser capaces de devolver la ciudad a las personas».
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