«Hay que evitar la discriminación del algoritmo»
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COLABORA2024
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La exposición «Inteligencias. El dilema del poder humano: de las alucinaciones artificiales al imaginario colectivo», que se puede ver en la Fundación Ortega–Marañón desde septiembre de 2024 hasta abril de 2025, surge de la reflexión que, durante más de un año de trabajo, realizaron de sesenta expertos de distintas disciplinas en el laboratorio de ideas Temas de Nuestro Tiempo, centrado en el análisis de la necesaria a propósito de la confluencia de las tres inteligencias (humana, artificial y colectiva) para afrontar los desafíos del hoy. Violeta Dávila es la comisaria de la muestra.
¿Cuáles fueron las grandes conclusiones del laboratorio de ideas Temas de Nuestro Tiempo?
La exposición pretende trasladar al mundo de la imagen toda esa inteligencia colectiva que se generó en el laboratorio de ideas, que analizaba de qué modo se interrelacionan la inteligencia humana, la colectiva y la artificial para detectar los asuntos cruciales de nuestro tiempo. Se detectaron ocho temas: democracia, igualdad, globalización, pensamiento, educación, vanguardias, narrativas y sostenibilidad. Se requiere un avance en cada uno de ellos. Esos son, según las conclusiones del laboratorio, los retos y desafíos a los que nos enfrentamos. Tenemos que emplear los tres tipos de inteligencia para encararlos. El futuro depende de ello, de la inteligencia humana, en definitiva.
¿Cómo se interrelacionan la inteligencia humana, la colectiva y la artificial?
La inteligencia humana y la colectiva llevan siglos trabajando juntas. En la ecuación se incluye la inteligencia artificial, que suscita mucho miedo, pero no podemos olvidarnos de que somos nosotros quienes nutrimos a la IA. Sus sesgos son los nuestros, y es una herramienta que nos ayuda en muchísimos ámbitos. Hay que combatir ese miedo que nos paraliza y nos hace caer en la desolación y el pesimismo, ese miedo nos hace huir de nuestra responsabilidad, y trabajar, desde el plano individual y colectivo, apoyados en la inteligencia artificial, para construir narrativas que generen esperanzas. Necesitamos de la esperanza como virtud y necesidad democrática. El futuro está en nuestras manos humanas, no podemos delegarlo, podemos asirnos de la IA, porque nosotros la nutrimos y la controlamos.
«La inteligencia colectiva ha conseguido los mayores avances de la humanidad, y ahora, con el uso de las nuevas tecnologías, pueden amplificarse esos logros»
¿De qué modo la inteligencia artificial viene a completar la humana?
La inteligencia artificial es una vanguardia que ha desafiado el statu quo, lo ha revolucionado. La revolución digital ha ocasionado transformaciones importantes en nuestra sociedad. Nosotros, los humanos, tenemos juicios éticos y una moral de la que la inteligencia artificial carece y, por supuesto, eso nos ayuda a controlar los riesgos de su uso. Completa a la inteligencia humana procesando cantidades ingentes de datos que, de otro modo, serían inabarcables, localiza pautas, cumple nuestras órdenes…
Si las «alucinaciones» de la inteligencia humana crean obras de arte y grandes avances en todos los órdenes, ¿qué propone la inteligencia artificial?
La IA nos escucha y nos da la respuesta que necesitamos, pero no tiene propósito ni imaginación. Por eso es importante no perder el control sobre ella, ser muy conscientes de nuestra responsabilidad. Los beneficios que tiene la IA son evidentes y palpables, innegables: procesar, como te decía, inmensas cantidades de datos de manera efectiva para poder utilizarlos a nuestro favor. Podemos pedirle a una inteligencia generativa que haga un poema de amor, pero ese poema de amor solo existe porque se lo hemos pedido.
¿De qué modo ha de articularse la inteligencia colectiva para que redunde en un mayor bienestar de todos?
Ha de profundizar en el papel de las humanidades y en su defensa, hacer de la cultura un punto de encuentro. La inteligencia colectiva ha hecho posible la sociedad del bienestar, el preocuparnos por los más desfavorecidos. Los grandes avances sociales, sobre todo en materia de derechos, son logros colectivos, que han de surtirse también de las propuestas individuales, por supuesto, y de los beneficios de la IA, cuyo desarrollo ha sido tan rápido que apenas nos ha dado tiempo a regularla. Pero ya lo estamos haciendo.
«Podemos pedirle a una inteligencia generativa que haga un poema de amor, pero ese poema de amor solo existe porque se lo hemos pedido»
¿Cómo influye la polarización tan acentuada de nuestro tiempo en la inteligencia colectiva?
Esa es una de las grandes preocupaciones de nuestro tiempo, sin duda, la polarización. Hay que garantizar que las plataformas sean más inclusivas, hay que evitar la discriminación del algoritmo, ejercer más control contra la desinformación.
¿Cómo conjugar la identidad individual con la conciencia colectiva?
La inteligencia colectiva ha conseguido los mayores avances de la humanidad, y ahora, con el uso de las nuevas tecnologías, pueden amplificarse esos logros. Pero la inteligencia colectiva parte de una propuesta de la inteligencia humana, individual, sobre la que trabaja y a la que perfecciona.
¿Cuál ha sido el criterio a la hora de escoger a los artistas que integran la exposición?
Queríamos que, en la exposición, tuviera un mayor peso Luis Gaspar, por su doble condición de filósofo y fotógrafo. Por eso es también comisario de la muestra, ya que queríamos (y a esto él nos ayudó mucho) crear un lenguaje propio. Nos parecía que Luis tiene una sensibilidad especial para hablar de todos estos temas que nos preocupaban, como filósofo y como artista, ya que es uno de los mejores retratistas españoles; juega con la luz y la sombra y sabe crear atmósferas, que era uno de nuestros propósitos.
Además de Luis Gaspar, encontramos obras de Perejaume, Bleda y Rosa, Joan Fontcuberta y Jordi Bernadó.
Sí, gracias a la Fundación Banco Sabadell pudimos incluir a Fontcuberta, un referente en el arte digital, y también un referente del pensamiento, porque es Premio Nacional de Ensayo. De Bleda y Rosa nos interesaba mucho el juego de lo textual con lo visual; en Bernardó hay mucha filosofía y muchas preguntas; Perejaume explora en los temas la presencia y defensa de las humanidades, la cultura, la sostenibilidad y el impacto del cambio climático.
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