Siglo XXI

¿Se pueden oler las emociones?

Esta pregunta ha intrigado a científicos y psicólogos durante décadas, por lo que han surgido diversos estudios que exploran la relación del olfato con la respuesta emocional.

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05
septiembre
2024

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El ser humano cuenta con cinco sentidos principales que le permiten interactuar y entender el mundo que le rodea. De todos ellos, el olfato es probablemente el menos comprendido en cuanto a su relación con lo emocional. La pregunta de si se pueden oler las emociones ha intrigado a científicos y psicólogos durante décadas, por lo que han surgido varios estudios al respecto. Para entender cómo funcionan las conexiones neuronales a partir de los olores, lo primero que debemos saber es que el sentido del olfato está estrechamente vinculado con el sistema límbico, la parte del cerebro que maneja las emociones y la memoria. Esta conexión anatómica sugiere una base biológica para la percepción de emociones a través del olfato.

Las conexiones neuronales se activan de manera notable con los olores, que pueden desencadenar recuerdos y emociones intensas. Cuando inhalamos, las moléculas interactúan con los receptores olfativos dentro de la nariz. Esta información se envía al bulbo olfatorio, donde se inicia el procesamiento neuronal. Luego, las señales se transmiten al sistema límbico, una región cerebral clave para la memoria y la emoción. Allí, los olores pueden evocar recuerdos detallados y reacciones emocionales, debido a las conexiones estrechas entre las áreas olfativas y las estructuras como el hipocampo y la amígdala. Este proceso muestra cómo el olfato está profundamente ligado a nuestras experiencias personales.

También es importante explicar cómo funciona la memoria olfativa. El hipocampo ayuda a codificar y recuperar los recuerdos asociados con los aromas, mientras que la amígdala está involucrada en la formación de respuestas emocionales. Esta conexión estrecha explica por qué los olores pueden evocar recuerdos tan claros y emocionales. Por ejemplo, el aroma de una comida familiar puede llevarnos de vuelta a la infancia, recordando detalles específicos y sentimientos asociados con esos momentos.

El sudor emocional

Uno de los puntos clave son las feromonas, sustancias químicas que los animales, incluidos los humanos, liberan para comunicarse con otros miembros de su especie. Aunque el papel de las feromonas en la interacción humana es controvertido, hay evidencia que propone que pueden influir en nuestras emociones y comportamientos.

El sentido del olfato está estrechamente vinculado con el sistema límbico, la parte del cerebro que maneja las emociones y la memoria

Un reciente estudio realizado por el Instituto Karolinska en Suecia ha descubierto que los seres humanos pueden detectar señales químicas relacionadas con el miedo y el estrés a través del sudor. Para el análisis, se recogieron muestras de sudor de individuos que habían sido sometidos a situaciones estresantes. Cuando otras personas olieron estas muestras, sus propios niveles de estrés aumentaron, lo que sugiere que podían percibir la emoción del estrés a través del olfato.

Elisa Vigna, autora principal de este estudio, explica que «nuestro estado de ánimo hace que produzcamos moléculas (o quimioseñales) en el sudor que comunican nuestro estado emocional y producen las correspondientes respuestas en los receptores». «Los resultados de nuestro estudio preliminar muestran que la combinación de estas quimioseñales con la terapia de atención plena parece producir mejores resultados en el tratamiento de la ansiedad social que los que puede conseguir la terapia de atención plena por sí sola», añadía la investigadora durante el Congreso Europeo de Psiquiatría celebrado en París, donde se presentaron los resultados del estudio.

Además, el sudor emocional no solo está relacionado con el estrés, sino también con otras emociones como la felicidad o el miedo. En un estudio publicado en la revista Psychological Science se demostró que las personas podían identificar emociones como la felicidad y el miedo simplemente oliendo muestras de sudor recolectadas de personas mientras veían películas de terror o comedias. Los investigadores encontraron que los participantes que olieron «el sudor del miedo» mostraban respuestas fisiológicas correspondientes al miedo, mientras que aquellos que olieron el «sudor de la felicidad» respondían con sonrisas y actitudes positivas.

Precisamente, la aromaterapia, que utiliza aceites esenciales y otros compuestos aromáticos para mejorar la salud física y emocional, ha sido objeto de investigaciones que han explorado su efectividad. Por ejemplo, un estudio publicado en Journal of Alternative and Complementary Medicine concluye que la aromaterapia puede reducir la ansiedad y mejorar el estado de ánimo en pacientes con diversas condiciones de salud.

En la misma línea, una investigación en el Journal of Clinical Nursing reveló que la aromaterapia puede ser útil para el tratamiento del dolor, especialmente en el contexto del parto, donde las mujeres que usaron aceites esenciales reportaron menos dolor y ansiedad. Asimismo, un estudio en Phytomedicine demostró que el aceite esencial de bergamota puede reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo en algunas situaciones. No obstante, algunos expertos argumentan que los efectos positivos podrían estar relacionados con el placebo.

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