La S de ESG es más social en el sector seguros
Los criterios ESG se han consolidado desde su aparición como elemento clave en la estrategia de las compañías. De los tres factores, la S de social llama a preocuparse por las personas, tanto las que conforman la plantilla como por el conjunto de la sociedad. En el sector seguros, esta S toma una especial relevancia.
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El entorno empresarial está viviendo una importante evolución desde hace al menos dos décadas. El modelo tiburón de Wall Street que no se preocupaba nada más que por facturar y crecer ha quedado obsoleto. No es que ya no importe el negocio, sino que este debe realizarse por parte de las compañías aportando algo más que únicamente su capacidad económica a la sociedad. Es una evolución que va de la mano de los cambios que se están viviendo también en determinadas capas de la sociedad, a nivel global, en las que se ha entendido que no se trata de la supervivencia del más fuerte, sino de cuidarnos entre todos y todas.
Unos criterios en positivo
Entre las empresas, esta evolución se ha impulsado junto al desarrollo de los criterios ESG, que se remonta a principios del siglo XXI. Estas son las siglas de las palabras inglesas enviromental, social y governance y aluden a los valores medioambientales, sociales y de buen gobierno que deben regir las estrategias empresariales. Deloitte entiende los ESG como la evolución del concepto ISR, inversión socialmente responsable, ya que hacen un enfoque más holístico que este último, que trasciende el propio negocio para conocer el alcance total de la empresa.
Para las organizaciones, una estrategia sólida de ESG puede repercutir en beneficios más allá de una cuestión de imagen o reputación corporativa, que en sí ya es importante. Desde la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) citan, entre otros, un mejor acceso al capital, ya que los criterios son un punto clave para los inversores; una mayor resiliencia a largo plazo; y el desarrollo de una cultura corporativa que atrae y retiene el talento.
Una estrategia sólida de ESG puede repercutir en beneficios más allá de una cuestión de imagen o reputación corporativa
Los ESG se vinculan con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030, que inciden sobre cuestiones más específicas. Esto se puede comprobar, por ejemplo, con el criterio social. En los ESG, este factor apuesta por el cuidado y la calidad de vida de las personas vinculadas a la empresa. Esto pasa no solo por la plantilla, clientela u otros eslabones de la cadena de producción, sino que es un elemento que quiere vincular a la empresa con la sociedad en general. Por eso, aquí caben desde medidas de conciliación laboral a proyectos externos que se puedan tener desde la organización. Relacionándolo con la Agenda 2030, bajo el paraguas del factor social de los ESG se englobarían distintos ODS, como el 8, de trabajo decente y crecimiento económico; el 3, de salud y bienestar; el 5, igualdad de género; y otros como el 1 de fin de la pobreza o el 10 de reducción de desigualdades.
Enfoque ESG integrado en la empresa
Estos criterios no son exclusivos de una industria o un tipo de empresa en concreto, sino que pueden aplicarse a cualquier modelo de negocio. Entre las aseguradoras, su integración puede tener importantes beneficios, como recoge la consultora KPMG en una encuesta entre personal directivo: el 44% de CEO reconocieron que los programas ESG habían mejorado su desempeño económico en más de un 40% en un año. Otro estudio, este de PwC, situaba la clientela como la prioridad de las compañías de seguros a la hora de definir sus acciones en este terreno.
Esto no es ninguna casualidad, dada la fuerte relación que las aseguradoras tienen con las personas a las que atienden. En este sentido, el criterio social tiene sin duda especial valor, puesto que pone precisamente el foco en el factor humano. En Grupo Santalucía, por ejemplo, una de sus claves es lo que denominan «el valor social del Seguro»: cuidar de las personas en los diferentes momentos de su vida, dando respuesta a sus necesidades y a los retos de la sociedad. En su Plan de Sostenibilidad, el grupo cuenta con medidas concretas para el aspecto social, que demuestra su compromiso con la mejora del bienestar de su plantilla y su contribución a la comunidad. Se promueven acciones para favorecer el bienestar de la plantilla, tratando de mejorar su umbral de satisfacción, de romper el techo de cristal y apuntalar la igualdad de género en los puestos de dirección o a través de la remuneración para reducir la brecha salarial.
El criterio social tiene un especial valor en el sector de los seguros, puesto que pone precisamente el foco en el factor humano
Su último Informe anual recoge los puntos centrales de su compromiso con la sociedad, donde destaca el Plan de Impacto Social, presentado en 2022. Entre sus objetivos están impulsar la contribución al bienestar y la equidad, poniendo en valor los cuidados, así como consolidar sus indicadores de impacto social.
Santalucía tiene distintas iniciativas con las que busca integrar a su comunidad con la sociedad en la que se encuadra. Un ejemplo es el programa «Tú Eliges a Quién Ayudamos», mediante el cual se involucra a la plantilla y a la clientela en la elección de los proyectos de inversión social. En 2023 se sometieron a votación 49 proyectos, para los que se recibieron más de 5.000 votos.
«Embajadores de los ODS» permite al personal proponer e impulsar proyectos para potenciar la aportación a estos objetivos, a la vez que se fomenta la sensibilización entre el propio personal. La compañía cuenta, además, con su programa de voluntariado corporativo “Sumamos” y proyectos de acción social centrados en cuatro colectivos, principalmente: personas mayores, con discapacidad, con enfermedades y jóvenes en riesgo de exclusión. Son iniciativas de apoyo a entidades como la AECC, Cruz Roja Española o la Fundación Pasqual Maragall. Con ellas se pretende amplificar el impacto de la empresa en la comunidad para que la S de los ESG despliegue todo su potencial social.

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