«El crecimiento económico tiene que servir para reducir la desigualdad»
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COLABORA2024
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El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, conversa con Diego López Guerrero, director de la Fundación Alternativas, sobre los desafíos económicos que el Parlamento Europeo afronta en esta nueva legislatura, en un contexto marcado por la transición ecológica y digital, la competitividad frente a Estados Unidos y China y la fragmentación de los mercados financieros. En España, la conversación se centra en el acceso de la juventud a la vivienda, la productividad y las desigualdades. Recogemos aquí un resumen del diálogo que tuvo lugar el 18 de julio de 2024 en la sede de la Fundación Alternativas, en Madrid.
En un artículo reciente, usted citaba los tres grandes objetivos del Gobierno en relación con la política económica: el combate de la desigualdad, la descarbonización de la economía y la sostenibilidad de las cuentas públicas. Me gustaría empezar por el primero. Hay una cifra espeluznante que se escribió en el último foro de Davos, que desde 2020 la riqueza de los cinco hombres más ricos del mundo se ha duplicado. Y la riqueza de los 5.000 millones de personas con menos ingresos se ha reducido. Es decir, hay un problema serio con respecto al tema de la desigualdad. Usted mencionaba en ese artículo el gran reto de «combatir la desigualdad». ¿Cómo va a hacerse?
Habría que contextualizar las buenas cifras que tenemos ahora mismo en el contexto macroeconómico en España. No solo un 2023 que fue muy positivo, donde crecimos muy por encima de nuestros socios –casi 6 veces por encima de la zona euro, y 4 de cada 10 empleos creados en 2023 se crearon en España–, sino que todas las cifras de crecimiento en estos primeros seis meses de 2024 también fueron muy positivas, con un rebote de la inversión. Lo importante del modelo de crecimiento económico es que es un crecimiento equilibrado, porque así es como conseguiremos que sea sostenible. […] Si el crecimiento no tiene esa dimensión de justicia social o de reducción de la desigualdad integrada, no será un crecimiento sostenible. Es una discusión que va más allá de lo económico. Está muy relacionada con las discusiones que estamos teniendo a nivel europeo e internacional sobre las democracias, sobre esa deriva hacia el populismo que está habiendo muchos países, que tiene un origen, en cierto modo, en el descontento de las clases sociales más desfavorecidas. […] ¿Elementos donde estamos viendo que, efectivamente, este crecimiento está contribuyendo a reducir la desigualdad? Por ejemplo, la creación de empleo. Cuanta más gente haya trabajando, menor será esa desigualdad en España y además, mayor capacidad de reacción o de resistencia ante cualquier tipo de shock tendrán nuestros hogares –de inflación, de subida de tipos de interés…–. Está también, el elemento salarial. […] Cuando vemos los datos del Banco de España, los hogares han recuperado renta disponible por encima de lo que han subido los precios. ¿Es esto suficiente? No, tenemos que seguir avanzando. Vamos por buen camino, los datos nos muestran que vamos evolucionando bien, pero no hemos llegado todavía adonde queremos estar. Nuestro gran objetivo en términos de empleo para esta legislatura es bajar esa tasa de paro estructural hasta el entorno del 8%, que es prácticamente el pleno empleo. Más elementos relacionados con la desigualdad: los jóvenes. Cuando miramos la tasa de jóvenes que no están ni trabajando ni estudiando, este porcentaje en 2018 estaba en el 12,5%, hoy en el 9,9%. […] Estos dos mensajes son compatibles: la economía española está consiguiendo aguantar en un contexto muy difícil, pero no hemos terminado, tenemos que seguir avanzando. Estas cifras macro tenemos que seguir consiguiendo que se trasladen a lo micro, al día a día del ciudadano.
Quizá por eso la oposición no hace preguntas al ministro de Economía.
Habría que preguntarles a ellos por qué no lo hacen, pero tenemos que ser capaces de transmitir con vehemencia, pero con total normalidad estos buenos datos, porque las buenas noticias son también noticias. Ya habrá ocasiones de debatir cuando las noticias sean malas o vengan mal dadas. Pero este sesgo que hay, también en el debate político y en general, de centrarnos en las malas noticias o en los malos datos… hay que intentar evadirnos un poco.
«Las industrias más contaminantes tienen que ser capaces de ir a procesos productivos más eficaces»
Otro de los objetivos del Gobierno que señalaba es la descarbonización de la economía. ¿Hasta qué punto esta descarbonización de la economía –aplicada con fuerza e intensidad, como debe hacerse para cumplir con los objetivos que se ha marcado la UE de emisiones cero para 2050– va a obligar a que sectores económicos de altas emisiones sufran una cierta reducción? ¿Cómo se va a conseguir reducir las emisiones sin reducir la actividad económica de determinados sectores? ¿Cómo se logra esa transformación?
Una de las grandes preguntas –sobre todo a raíz de esta apuesta que vino con la pandemia de la doble transición, verde y digital– es hasta qué punto podría ser compatible seguir creciendo con ir reverdeciendo nuestra industria. Y lo que estamos viendo en muchos países industrializados, incluyendo España, es que estas dos cuestiones están siendo compatibles. Estamos poco a poco reduciendo nuestra huella en cuanto a emisiones y además estamos haciéndolo de manera compatible con un refuerzo de nuestra capacidad industrial. ¿Cómo estamos consiguiendo esto? A través de una apuesta decidida por las renovables. […] En algunas industrias más pesadas es una transición más difícil, más larga, en la cual hay que ir acompañando con mayores inversiones. Pero estamos haciendo lo posible gracias precisamente a esas grandes inversiones que están llegando de la mano del Plan de Recuperación, pero hacia delante también esperamos que con una combinación de inversión público-privada. Es una apuesta por sectores estratégicos en nuestra economía que están ayudando a que estas grandes industrias poco a poco se estén modernizando. Son grandes industrias donde hay empresas grandes, pero también medianas o pequeñas, que muchas veces tienen que ser capaces ellas también de ir teniendo procesos productivos cada vez más eficaces: cambiar su flota móvil, cambiar sus hornos de producción…
Tercer tema importante: la sostenibilidad de las cuentas públicas. Hay que presentar un plan fiscal en septiembre en Bruselas, que tiene que respetar las nuevas reglas fiscales que han variado desde la época en la que había «pista libre» para las ayudas de Estado. La Confederación Europea de Sindicatos acaba de señalar que estas reglas fiscales nuevas de la UE más estrictas pueden frenar objetivos sociales. ¿Qué opina al respecto?
Estas realidades fiscales no son más estrictas que las anteriores. Tienen márgenes de flexibilidad. De hecho, en la propia negociación de las reglas lo que se intentó es adaptarlas al nuevo entorno en el que vamos a estar hacia delante. Un entorno en el cual tenemos que mantener ese esfuerzo inversor, que va a necesitar de un elemento público que tiene que venir combinado con un elemento privado. Lo que pretende el nuevo marco de reglas es proteger las inversiones en las grandes prioridades europeas, que son: verde, digital, hay una prioridad en torno a defensa, y social. Esto está incluido en el nuevo marco de reglas fiscales y creo que es importante que lo tengamos en cuenta. […] Desde el punto de vista de España, ese punto de responsabilidad fiscal y presupuestaria como una clave de este modelo equilibrado para nosotros ha estado presente incluso cuando no había reglas. Llevamos años sin reglas fiscales europeas activadas, pero hemos ido reduciendo progresivamente. De hecho, el déficit este año esperamos que termine en el 3%, es decir, de vuelta a lo que teníamos pre-covid. […] Tuvimos el pico de deuda sobre PIB como consecuencia de la respuesta a la pandemia en el primer trimestre de 2021. En estos 4 años, hemos bajado 20 puntos porcentuales la deuda. Vamos a acabar este año en torno al 105% con el objetivo de terminar la legislatura en el año 27 por debajo del 100. No solo es una cifra psicológica importante, sino que habremos vuelto a generar ese espacio, ese colchón, que necesitamos utilizar para la pandemia. Igual que antes hablábamos de ser capaces de bajar la inflación sin afectar al crecimiento. En política fiscal es bajar la deuda, bajar el déficit, pero sin afectar o afectando lo mínimo posible al crecimiento y a ese esfuerzo inversor. Esta es la vía que estamos intentando navegar.
«En este marco geoeconómico internacional, desde Europa debemos tener nuestros deberes hechos para tener luz propia»
Hay una declaración suya en la que dice: «La Unión Europea tiene que encontrar una forma de financiación común para no perder la carrera con Estados Unidos y China». China tiene ahora mismo prácticamente el monopolio del sector eléctrico. EE.UU. tiene el 65% del mercado de computación. Es una diferencia importante que puede ir a más. Su propuesta es que tendríamos que llegar a una financiación común europea. ¿Cómo se haría eso?
Esto va más allá de la defensa. Ese esfuerzo inversor que vamos a necesitar en las próximas décadas –en el ámbito verde, en el ámbito digital– está dentro de los grandes objetivos que nos hemos planteado como UE. Inicialmente hablamos de esa doble transición, que luego se tornó en «autonomía estratégica» (ser capaces de asegurar que Europa era autosuficiente, o por lo menos que se reducían los riesgos). Luego este concepto se amplió a «seguridad económica», donde además ya metíamos también el elemento de defensa. Cada vez que íbamos ampliando este concepto se iban ampliando las necesidades de inversión y, por lo tanto, de fuentes de financiación para estas enormes inversiones, que pueden estar por encima del 1% del PIB anual europeo, que es el tamaño del presupuesto europeo, y creo que estamos siendo prudentes en cuanto al tamaño de estas necesidades. ¿Cómo podemos enfrentar estas necesidades de financiación? Sector privado: necesitamos un mercado de capitales a nivel europeo que consiga canalizar los ahorros de los ciudadanos europeos hacia estos grandes proyectos de inversión en Europa. Estamos avanzando, en el marco del Consejo de Ministros de Finanzas en esa unión del mercado de capitales. Pero más allá de esto, tiene que venir complementado con inversión pública. Para todo este tipo de proyectos hay que dar continuidad a Next Generation.
Hay un tema que en el G7 se llama «el elefante en la habitación», que es el tema de la deuda. La deuda mundial es altísima. EE.UU. tiene un 125% del PIB en deuda, nada menos. Y el Banco Internacional de Pagos de Basilea habla de deudas insostenibles. Incluso se plantea que eso debería afectar a la presión fiscal. ¿Qué hacemos con este «elefante en la habitación»?
En Europa lo tenemos bien atado. Hemos comentado antes la reforma de las reglas fiscales y desde luego estas reglas tienen en mente la evolución de la deuda como objetivo último, y la necesidad de que esté en un perfil decreciente en el medio plazo. […] Tenemos un cuadro de medio-largo plazo hasta 2040, y en torno a eso yo digo «para que tu deuda vaya bajando como yo quiero que se comporte, tu gasto lo tengo que ir limitando a que crezca un X% cada año». Este es el nuevo margen y esto nos asegura por definición que la deuda va a estar en una tendencia decreciente. Para España es importante estar dentro de este marco en el grupo de los países que vamos cumpliendo. […] A nivel internacional es otra discusión, donde hay dos ámbitos. Uno es el de los países en desarrollo, los más endeudados y con menor acceso a mercados, donde ahí la ayuda de los grandes bancos multilaterales o del FMI está siendo muy importante para que no tengamos una cascada de problemas de deuda o de insostenibilidad. Y luego, en el entorno de los de los grandes países avanzados, cómo vamos a ser capaces de compatibilizar grandes proyectos de inversión y de reducción de la deuda. Aquí cada país tiene que tomar sus propias decisiones teniendo en cuenta sus ventajas competitivas. En este marco geoeconómico internacional, desde Europa debemos tener nuestros deberes hechos para tener luz propia.
El Informe Letta hace énfasis en tener un mercado interior único de capitales. Nos encontramos con un problema: el objetivo de la unión bancaria de la Unión Europea –que no existe por el momento– tropieza porque uno de los elementos debería de ser, por ejemplo, la armonización fiscal. Todos los temas de impuestos necesitan la unanimidad en el Consejo de Ministros y no es posible avanzar ahí. Y luego hay un problema político serio frente a esta pretensión del informe ambicioso de Enrico Letta, que es que los países pequeños en la UE, que son casi la mitad, no quieren la unidad bancaria ni la armonización fiscal porque para ellos las tasas impositivas son un elemento de política, de atracción de capitales. ¿Cómo se puede ir avanzando en esa línea?
Cuando hay un impulso decidido para una mayor integración, puede haber un elemento de bloqueo por el lado fiscal [por la unanimidad en las decisiones en materia tributaria, una de las políticas que está en manos de los Estados miembro]. […] Estamos ahora, entre otros proyectos, intentando avanzar en uno que sea la creación de un producto de ahorro común en distintos países europeos. Es decir, un producto que yo pueda ir a un banco en España, Italia, Alemania, Francia… y tenga las mismas características, que sea fácilmente identificable y homogéneo. ¿Cuál puede ser uno de los obstáculos a esa homogenización? El tratamiento fiscal del producto, que haya o no un elemento de deducción asociado a él. Esto es algo en lo que tenemos que avanzar. Y, efectivamente, el tema de la gobernanza, de cómo se toman las decisiones en materia tributaria tiene un impacto.
«La productividad y un paro estructural elevado son las dos grandes rémoras de nuestra economía»
Querría ir terminando con dos temas relativos a la economía española. En primer lugar, la productividad, la falta de inversiones en innovación en España.
La productividad, junto con esa tasa de paro estructural elevada, son las dos grandes rémoras de nuestra economía. El tema de la productividad hay muchas formas de enfocarlo. Hay una práctica que es mirar qué sucede a nivel de empresa. Nosotros somos un país de pymes […] comparativamente más pequeñas. Necesitamos que se converja en tamaño empresarial a esa campana, a esa distribución de tamaño europeo. Este va a ser uno de los grandes factores que contribuya a elevar nuestra productividad. Es difícil ver el sentido de la causalidad muchas veces, pero la correlación está muy clara: empresas más grandes son empresas más productivas, más competitivas a nivel internacional, se pueden permitir mayores salarios, es decir, una atracción de talento. Esto genera círculos virtuosos. […] Más allá de la financiación hay otros temas […], como la simplificación administrativa. Primero, por la vía regulatoria, de simplificación. Un ejemplo es el del «Distrito 28» […], que haya una especie de Estado 28 en el cual tengamos una legislación homogénea. Aquí estamos trabajando en un «Distrito 18», de tal forma que seamos capaces de tener una simplificación también a nivel nacional. Mientras, estamos trabajando en el ámbito tecnológico, desarrollando herramientas de IA o gestores artificiales que simplifiquen la vida de las empresas. […] Que estas puedan liberar horas, reduciendo progresivamente la jornada laboral, a la vez que son más productivas sin afectar los salarios o el empleo.
Por último, la vivienda. ¿Para usted el problema de la vivienda es que no hay oferta suficiente?
El tema de la vivienda es una de las mayores preocupaciones de los españoles a nivel económico y, sobre todo, de los jóvenes. Esa capacidad de emanciparse y de crear un nuevo proyecto de vida. […] El hecho de que los jóvenes, por empezar su carrera laboral con salarios bajos y dedicar mucha parte de ese salario a la vivienda, no están siendo capaces de ahorrar como para poder dar el salto a una compra de vivienda. Aquí hay que ayudarles en esas primeras fases –y lo estamos haciendo con los avales covid–. Además, estamos avanzando, gracias a los fondos del Plan de Recuperación, en la promoción de construcción de viviendas para alquiler asequible. Además de fondos también para renovación, para la eficiencia energética, otro ámbito fundamental. […] Más medidas sobre la mesa: la adecuación y puesta a disposición de los activos del Sareb. […] Ahora mismo ha regularizado el contrato de alquiler de 7.000 familias vulnerables, a las cuales está acompañando también en un elemento de empleabilidad, de búsqueda de trabajo. Tenemos ese gran objetivo de las 180.000 viviendas, pero hay que seguir incidiendo. También en los alquileres temporales y turísticos. Toda la capacidad que tengamos de movilizar toda la vivienda vacía para que salga al mercado del alquiler y que ayude a que se moderen esos precios. Iremos viendo muchas novedades a lo largo de las próximas semanas y meses en este ámbito porque va a ser un ámbito de actuación prioritario.
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