«La transición energética es el cimiento de la soberanía de la Unión Europea»

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Raúl Novoa

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Borja Rebull

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Gregorio González

«Muchas veces, desde el sector de la energía nos hemos apartado de la sociedad. Tenemos los conocimientos, pero hay que acercarlos a la gente», reconoce Fernando Ferrando en su intervención en el ciclo de desayunos con políticos organizado por Ethic y la Cátedra de Energía y Sostenibilidad de la Fundación Ortega-Marañón (FOM) en el marco de las elecciones europeas del próximo 9 de junio. Como responsable de Sumar en materia energética, busca tomar distancia ideológica del PP y el PSOE. Sabe que su sector, el energético, puede ser difícil de comprender a veces. Pero destaca una faceta clave para hacerse entender: «La mejor forma de convencer a alguien es hacerle partícipe». Una frase con la que alinea gran parte del argumentario programático del partido.

Carlos Mataix, director del Centro de Innovación en Tecnologías para el Desarrollo Humano de la Universidad Politécnica de Madrid (itdUPM) y uno de los expertos que participó en el encuentro, comparte la importancia de que la opinión pública participe, y lo resume con el eslogan: «antes de descarbonizar hay que descabronizar».

Europa busca la descarbonización del sector no solo para producir energía más limpia, sino también para abaratar su coste y favorecer la independencia estratégica del continente ante un contexto geopolítico tenso. Y, para Ferrando, «podemos ser pioneros electrificando las sociedades». ¿Cómo? con una política de «no austeridad». Una línea a la que incorpora propuestas concretas como «crear un comisario de economía social», «reactivar la política fiscal con un componente de medio ambiente» o «apoyar la creación de una agencia europea de inversiones».

Sobre la lista de propuestas, el representante de Sumar destaca la generación de «nuevas políticas industriales, incluso una agencia europea de inversiones para ello». Y es que las energías renovables –que en muchas ocasiones ya consiguen cubrir toda la demanda de energía– son un gran atractivo para reindustrializar Europa y, cómo no, España: su bajo precio se traduce en mayor eficiencia (y menos coste) en los procesos.

Sin embargo, «si bien estamos en la vanguardia de los objetivos de la transición ecológica, hemos perdido el tren de la base tecnológica industrial. El Inflaction Reduction Act (IRA) de Estados Unidos o el dumping de China están apoyando los desarrollos de la industria verde de sus respectivos países (paneles fotovoltaicos, vehículos eléctricos, baterias,…). Europa debe apostar por su desarrollo tecnológico industrial y apoyarlo. El 2030 es para nosotros el año de campamento base hacia la descarbonización e independencia de Europa. Conseguir los objetivos europeos –e incluso ampliarlos– es fundamental si queremos que la UE se crea que va a estar descarbonizada», advierte Ferrando.

Electrificación, electrificación y más electrificación

El experto en renovables ve clave incorporar en el programa electoral el objetivo de la electrificación. «Si queremos tener ciudades limpias, democratizar la energía y ampliar las renovables, tenemos que apostar por la electricidad», argumenta. En el actual Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2023-2030, la electrificación se estima que llegue a más del 34% de la economía y aumente en casi 9 puntos porcentuales respecto a 2019. Sin embargo, a Ferrando le parece poco ambicioso: para el representante de Sumar se requiere «un 40% de electrificación para 2030 con un 80% de la energía generada por renovables».

Empoderar al consumidor

En Sumar no hablan de nacionalización de sectores estratégicos como el de la energía, como sí hacía Podemos para las europeas de 2014. Pero para el grupo político es vital proteger al ciudadano frente a las grandes empresas. «Tenemos que proteger al pequeño consumidor frente a los grandes arbitrajes. Acercar la energía no es solo que el consumidor entienda la tarifa, sino que participe, no solo como consumidor responsable, sino como agente activo». Ve en la transición energética una oportunidad para ello: «Queremos una Europa social, verde y justa en todos los ámbitos. Tiene que servir para la recuperación de derechos. La energía puede ser un bien común y una forma de compensar las reglas de mercado desiguales».

Fernando Ferrando: «Planteamos un 40% de electrificación para 2030 con, mínimo, un 80% de la energía generada por renovables»

Esta última afirmación suscita ciertas dudas. «Propones un cambio de modelo económico y social. ¿Cuánto de real es esto dentro de la UE? Debemos conocer las instituciones en las que nos movemos», verbaliza Alberto Amores, antes responsable del grupo de Strategy Consulting (Monitor Deloitte) de la industria de Energía y Recursos Naturales en España, y añade: «Si se rompe con los grandes grupos industriales que desarrollan las grandes inversiones, ¿cómo se consiguen avances?».

Ana Cerezo, presidenta de la Cátedra de Energía y Sostenibilidad de la Fundación Ortega-Marañón, apunta que ella sí ve viable la descarbonización, pero tenemos un freno en la adaptación de las redes a la nueva realidad: «Se ha dejado a industrias fuera de la red de distribución. ¿Cuánta conexión de la demanda se está consiguiendo?», cuestiona. Y argumenta los datos del país vecino, Francia, donde la inversión en redes de distribución multiplica por tres la de España. «El esfuerzo tiene que envolver a todo el mundo: a la pequeña y a la gran empresa», determina. 

«Tenemos muy claro que el operador de la red de distribución y el transportista de la energía no pueden ser las mismas personas», evidencia el representante de Sumar y también presidente de Fundación Renovables. Como opción «democratizadora» para diversificar la propiedad del sector, señala al autoconsumo a través de la instalación de placas solares en los edificios y casas particulares.

Impuesto a la energía fósil

Si hay un consenso social, político y económico para descarbonizar Europa, lo lógico es dar incentivos fiscales a quien produzca energía limpia y castigar a quien ensucie. Ese es el argumento principal de Jorge Sanz, expresidente de la Comisión de Expertos para la Transición Energética, quien, en conjunto con más expertos, realizó un informe para gravar más impuestos a la energía fósil. «Menos VOX, todos nos han dado la razón. ¿Por qué no se hace?», cuestiona.

Para el representante de Sumar «acercar la energía no es solo que el consumidor entienda la tarifa, sino que participe como agente activo»

«Tratamos de avanzar hacia una fiscalidad finalista: que los recursos que se capten vayan directos a la descarbonización», responde Ferrando. Y da la razón a Sanz: «No se ha hecho nada con los impuestos recogidos por el gravamen contra el CO2», lamenta. «Si vuestro plan fiscal hubiese salido, estoy convencido de que alcanzaríamos los objetivos actuales del Pacto Verde», reconoce el representante de Sumar.

Municipalización y proximidad

Estas elecciones europeas están marcadas por una mayor presencia de la extrema derecha en el Parlamento Europeo. Según los sondeos, hasta en cuatro países serán las fuerzas más votadas. Algunas de ellas reniegan de la existencia del cambio climático o, por lo menos, son escépticas. «Estamos perdiendo las narrativas y las emociones en materia medioambiental. ¿Cómo podemos conseguir ilusionar a la ciudadanía de que esta es la única solución viable?», pregunta Federico Buyolo, director de Innovación Cultural de la Fundación Ortega-Marañón. Para Ferrando, la clave es la municipalización y la proximidad. Impulsar lo cercano, hacer las ciudades más habitables y reducir tiempos de transporte son, para el invitado, formas en las que la ciudadanía puede ver mejoras en su calidad de vida.