Energía limpia para frenar la despoblación

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Miguel Solchaga

Cada vez más, observamos que las energías renovables están presentes en todas partes. Y aún más en los entornos rurales. Esto se debe a que, por un lado, es donde, en algunos casos, el recurso es más abundante. Y, por otro, es donde existe disponibilidad de terrenos a un coste asequible.

Se ha desatado cierto debate sobre el impacto de estas plantas en el entorno rural, donde se argumenta que su instalación pudiera estar desplazando a otras actividades productivas y, por tanto, empobreciendo el territorio en su conjunto.  Obviamente, las actividades más productivas pueden desplazar a aquellas que no lo son tanto, si consideramos un terreno determinado. No obstante, para que tuviera un impacto sobre el territorio deberíamos asumir que hay actividades económicas que no llegan a realizarse por falta de terreno para su desarrollo.

Esta limitante parece poco probable. El objetivo de capacidad instalada fotovoltaica que se desarrolla en el PNIEC ocupará tan solo el 1% de la superficie cultivable de España. No podemos excluir la existencia de impactos ocasionales, pero sí concluir que estos no serán muy frecuentes.

Dada la importancia de las energías renovables, sobre todo en un contexto de transición energética, en 2021 en Metyis realizamos un estudio para evaluar el impacto de las renovables en las zonas menos pobladas de España y analizar la existencia de una relación entre la presencia de instalaciones de energías renovables y la evolución de la población, el desempleo o la renta bruta en municipios de menos de 10.000 habitantes. La conclusión de este estudio es clara: existe una relación positiva entre la presencia de renovables y la mejor evolución de la población y de algunos de sus principales determinantes, como podrían ser el desempleo y la renta media.

Las fases de operación y mantenimiento permiten generar puestos de trabajo locales y estables

La instalación de renovables genera, con toda seguridad, efectos positivos en las comunidades rurales donde se ubican en aspectos tan determinantes como la población. Con un contexto de despoblación generalizado en entornos rurales, es importante destacar que la evolución de población en los municipios con renovables es más positiva que en aquellos que no la tienen, ya que toda inversión renovable conlleva, tanto en su fase de construcción como en su mantenimiento, un impacto económico relevante a nivel local y, por tanto, una razón más para permanecer en el municipio. La fase de construcción es la más intensiva desde el punto de vista del impacto económico, pero las fases de operación y mantenimiento, aunque con menor intensidad, permiten generar puestos de trabajo locales y estables.

El impacto dependerá tanto del tamaño de las inversiones realizadas como, en gran medida, de la estructura económica del territorio. Así, un pequeño pueblo de 80 habitantes y una media de edad de 60 años, se beneficiará en términos relativos y, por supuesto, absolutos, menos que un municipio de 8.000 habitantes y una media de edad de 45, ya que este último podrá aportar abundante mano de obra al proyecto. Adicionalmente, en muchos casos los trabajos desarrollados contribuyen a la formación de personal con capacidades técnicas que luego pueden impulsar nuevos negocios como, por ejemplo, las instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo.

Es importante tener en cuenta que no tiene el mismo impacto en términos de generación de empleo directo una planta de 50 MW solares que la instalación de una fábrica de automóviles o una fábrica de aluminio. La cuestión es si esas fábricas se instalarían en ese municipio si careciera de esa instalación de energía renovable. Esta es precisamente una de las externalidades positivas de las plantas de producción de energías renovables: tienen una ventaja adicional en términos de empleo por su potencial para atraer a la zona nuevas industrias que quieran beneficiarse de esa producción renovable.

La renta bruta en municipios con instalaciones renovables aumentó hasta un 3,5% más que en los que no cuentan con ellas

Un buen ejemplo de estas sinergias positivas que las renovables generan es el proyecto pionero de reciclaje de aluminio a gran escala de la empresa LatemAluminium, que creará 800 empleos, 300 de ellos directos, antes de 2026 en las provincias de León y Zamora. Asimismo, otra iniciativa relevante será la gigafactoría de baterías que Volkswagen tiene previsto hacer en Sagunto, que funcionará gracias a una planta fotovoltaica para autoconsumo y creará 3.000 empleos. 

En cuanto a las rentas, según datos de nuestro estudio, la renta bruta total declarada en municipios con instalaciones renovables aumentó de manera notable: 3,5 puntos porcentuales por encima de aquellos que no contaban con ellas. Hay que tener en cuenta que las plantas renovables también generan rentas en forma de alquileres de terrenos que, en muchos casos, se quedan en el territorio, generando nuevo consumo e inversión. En algunos casos, estos ingresos en forma de impuestos que se pagan a nivel local pueden ser la partida más relevante para un ayuntamiento.

Se mire como se mire, la renovables tienen efectos positivos en las comunidades rurales. Eso no implica que necesariamente lo tengan para todos los actores en todos los casos, pero su impulso podemos asegurar que redundará en el beneficio de las comunidades rurales en su conjunto.

Miguel Solchaga es Partner en Metyis