Biodiversidad

La desaparición de los pájaros

La actividad de los seres humanos ha llevado a la extinción de 1.430 especies de pájaros, una cifra que dobla las estimaciones previas y que supone una brutal pérdida de biodiversidad. Pero no todo está perdido.

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29
enero
2024

Se han escrito poemas sobre ellos, han inspirado obras musicales y llevan milenios haciendo algo tan fundamental como repartir semillas por el mundo. Los pájaros son importantes y, sin embargo, están en una situación compleja. Son otro más de los daños colaterales de la crisis de la naturaleza.

Los efectos de la actividad humana sobre la supervivencia de los pájaros han sido peores de lo que se temía. Eso es lo que acaba de concluir un estudio publicado en la revista Nature Communication y en el que han participado científicos de varias universidades y organismos, liderados por el Centro para la Ecología y la Hidrología de Reino Unido (UKCEH). En total, 1.430 especies de pájaros se han desvanecido del planeta en toda la historia humana. Es el doble de lo que se creía y supone el equivalente al 11% de las especies de aves que hoy día existen. 

Uno de los escenarios en los que las extinciones han sido más abruptas han sido las islas. Como apuntan los responsables del estudio, muchas islas eran espacios «de naturaleza prístina» en los que irrumpieron los seres humanos en algún momento de la historia. Con ellos traían la desforestación, la caza excesiva y las especies invasoras, que impactaron sobre la biodiversidad de esos lugares. «Las personas han devastado rápidamente las poblaciones de aves mediante la degradación de los hábitats, la sobreexplotación y la introducción de ratas, cerdos y perros que depredaban los nidos de aves, en islas donde nunca antes había habido depredadores», explica, al hilo de la presentación de los datos, Rob Cooke, modelizador de UKCEH.

Las poblaciones de aves se han visto afectadas por la deforestación, la caza y las especies invasoras

De las especies de pájaros que se extinguieron desde el fin del Pleistoceno, el 90% lo hicieron en islas. Sobre algunas de las especies afectadas no ha quedado ni siquiera memoria: se desvanecieron antes de que generasen registros.

Entender qué pasó en la historia es crucial para comprender qué ocurre con las aves. Los investigadores han analizado los patrones conectados con toda la historia de la humanidad y han detectado tres grandes extinciones masivas. La más grave por el momento fue en el siglo XIV en el Pacífico Orienta, cuando se extinguieron 570 especies de aves. A esta, se suman otra en el IX a.C. en el Pacífico Occidental —a donde llegaron por primera vez las personas—, y la oleada en la que ahora mismo nos encontramos y que empezó a mediados del siglo XVIII. Desde entonces, la deforestación y las especies invasoras han ido en aumento, lo que está llevando a que cada vez más pájaros desaparezcan. Por eso, los expertos creen que esta será la peor crisis de extinción y que superará a esa masiva del siglo XIV que ahora mismo detenta el récord.

«Estas extinciones históricas pueden tener grandes consecuencias para el funcionamiento de los ecosistemas», señala Ferran Sayol, investigador del CREAF y coautor del estudio. «El mundo no solo ha perdido un gran número de especies de aves únicas, sino que también se habrán perdido las funciones clave que realizaban estos pájaros», explica. Esto es, su trabajo de polinización o de dispersión de semillas queda huérfano y eso rompe la cadena de la naturaleza.

Aunque este estudio es el más reciente y el que ha logrado hacer un censo de cuántas especies han desaparecido, no es el primero que aborda los efectos de la actividad humana sobre las poblaciones de aves. Un estudio previo constató que, entre 1970 y 2019, desaparecieron un tercio de los pájaros salvajes de Canadá y Estados Unidos. Unos 2.900 millones de pájaros dejaron de existir. Fueron aves migratorias, otras que vivían en los bosques y también aquellas que lo hacían en los pastizales. Muchas de ellas eran especies comunes, esas que parecen tan poco llamativas y que son, con todo, igualmente claves para el buen funcionamiento de los ecosistemas. En el Reino Unido, en más o menos el mismo período, lo hicieron 40 millones y en Europa 600 millones.

Los expertos creen que esta será la peor crisis de extinción y que superará a la que sucedió en el siglo XIV

Hasta las gaviotas, aves que a veces son consideradas «ratas del aire» por quienes viven en las zonas costeras y que a simple vista parecen abundantes, están en peligro: un estudio gallego identificó una preocupante caída de la población. Como le dice a Praza el biólogo Ignacio Munilla, «que le pase algo a las gaviotas es una señal de que algo puede no ir bien en el ecosistema en el que vivimos».

Al fin y al cabo, la desaparición de las aves es un indicador de problemas que van mucho más allá de ellas. Es una señal de alerta de que las cosas están mal en la naturaleza. Algunas investigaciones ya han indicado que su ocaso está conectado con la caída de la población de insectos —que tienen peor prensa que los pájaros, pero que están sufriendo una pérdida de biodiversidad nefasta— o de anfibios y peces. También explican que ha ido paralela al uso de pesticidas muy nocivos o a la pérdida de espacios naturales.

La situación es grave, pero no es todavía irreversible. «A pesar de la tragedia que representa la pérdida de especies, todavía hay esperanza», insiste Sayol. «Las últimas acciones de conservación han dado sus frutos, salvando algunas especies como el cernícalo de Mauricio o el cóndor de California», indica. Cuidar los hábitats permite crear oportunidades para la recuperación de las aves. En Asilvestrados (Capitán Swing) —el libro en el que Isabella Tree cuenta el experimento de reforestación de las tierras familiares en el Reino Unido—, se muestra cómo, cuando la naturaleza volvió a ser como era, también lo hicieron las especies en peligro, incluidos los pájaros.

 

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