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«Cuando los memes son arte, son del tipo participativo y extendido»

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18
diciembre
2023

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La posmodernidad nos ha deparado diferentes modos de expresión cuya repercusión, en colaboración con las nuevas tecnologías, es, además de desmedida, impredecible. Por ejemplo, con respecto a los memes, expresiones cómicas que se valen de elementos actuales para ser comprendidos, la cuestión es: ¿son objetos artísticos? La investigadora Valentina Tanni (Roma, 1976) lleva años estudiando el fenómeno, y ahora acaba de publicar un ensayo sobre el asunto, ‘MemeStética’ (Turner). Conversamos con ella.  


 Considerar un meme una obra de arte, ¿es una herejía o una cuestión visionaria?

Un meme puede ser una obra de arte o simplemente una imagen común y corriente. Del mismo modo, un texto puede ser una novela o simplemente un conjunto de palabras. Creo que el potencial artístico es más evidente si consideramos los memes como conjuntos de significados y no como contenidos aislados. El aspecto más interesante de los memes reside en su naturaleza colaborativa y performativa; es un lenguaje que la gente usa para generar conversaciones creativas. Cuando los memes son arte, son un tipo de arte participativo y extendido, posible gracias a la colaboración entre miles o millones de personas.

Para que un meme funcione, ¿qué ha de tener?

Hay muchos tipos de memes, por lo que es imposible dar una respuesta única y definitiva a esta pregunta. Depende del contexto, el público objetivo y la postura específica que tenga un meme. Pero si por «función» entendemos «tener éxito», generalmente es una cuestión de resonancia: un meme se vuelve viral si posee la capacidad de conectarse con la humanidad en un nivel amplio y profundo. Es una cuestión de capacidad de relación. Las personas tienden a participar en la producción y circulación de contenidos cuando se sienten involucradas en un tema específico o comparten un sentimiento particular. Pero, en términos generales, no existe una receta infalible que puedas seguir para crear un meme exitoso. Esto es algo que juega un papel importante en su atractivo.

El meme, como los vídeos de TikTok y otras herramientas, ¿han democratizado el arte o lo han devaluado?

Desde que internet se convirtió en un fenómeno de masas, las herramientas que permiten la producción y distribución de contenidos han llegado a manos de miles de millones de personas. En un escenario como este, hubiera sido imposible mantener el arte separado de la vida cotidiana, encerrado en un círculo pequeño y restringido reservado a expertos y profesionales. No diría que el arte se ha «democratizado» porque el arte nunca ha sido una cuestión de democracia, pero seguro que las herramientas se han vuelto increíblemente accesibles. Como consecuencia, vemos más arte y enfoques más diversos. También a mucha gente en línea utilizando lenguajes artísticos, a veces de forma espontánea y sin saberlo. No creo que el arte pueda devaluarse porque no es un producto.

«El encuentro entre el arte escénico y los memes es uno de los acontecimientos culturales más interesantes de nuestro tiempo»

Una de las características del meme es su anonimato, lo que contrasta con el principio de autoría cada vez más acentuado del arte canónico (una película de, el último libro de…), donde importa menos la obra en sí que su autor. ¿Cómo se conjugan ambas tendencias?

El concepto de autoría ha sido crucial en el arte occidental durante siglos y, en las últimas décadas, también se ha fusionado con la idea de «marca». Esto es particularmente efectivo si se necesita crear un aura muy específica de singularidad y exclusividad que impulse el mercado y satisfaga las necesidades del capitalismo. Pero los seres humanos hemos estado produciendo arte desde siempre. Durante muchos siglos (y en varias culturas) la autoría ha sido colectiva y dispersa. Creo que estos dos modelos pueden coexistir.

Pienso en la instalación de Erik Kessels en la que imprimió todas las fotos que se subieron a Flickr en un solo día, invadiendo varias salas. Siempre se ha creado más de lo que el humano puede asimilar, pero la tecnología acentúa el hecho de que el consumo es inabarcable. ¿Qué sentido tiene?

Por un lado, es una cuestión de números. Según las últimas estadísticas, en todo el mundo hay 5.300 millones de usuarios de internet, lo que representa el 65,7% de la población mundial. La sobreproducción es una consecuencia directa del acceso. Por otro lado, cabe mencionar que gran parte de la economía de internet gira en torno al tráfico web, la publicidad dirigida y la extracción de datos, lo que significa que el sistema está diseñado para aumentar el consumo de contenidos, especialmente en las redes sociales.

El arte, tal y como lo entendemos, ¿está abocado a desaparecer?

No creo que el arte desaparezca jamás. Sigue evolucionando, pero parece ser una actividad (y más generalmente, una idea) profundamente codificada en nuestro sentido de humanidad. No obstante, debemos recordar que el arte es un concepto cultural; está fuertemente influido por factores históricos, geográficos, sociales, tecnológicos e incluso económicos.

Este arte clásico dispone de museos donde conservarse. ¿Se recogerán los memes o llevan implícita en su naturaleza el olvido o la desaparición?

Los museos son la expresión material de una idea específica del arte; reflejan la creencia de que el objeto de arte es algo sagrado, único e invaluable. Por lo tanto, debe protegerse y preservarse para las generaciones futuras. También se basa en el valor de la escasez. Los memes representan una forma de expresión humana que se basa en un conjunto de principios completamente diferente: apropiación, colectivismo, anonimato y volatilidad. Se producen para ser parte de una conversación en curso; son de naturaleza performativa y efímera. Por lo tanto, creo que de alguna manera se preservarán (como ocurre con todos los aspectos de la cultura humana), pero es necesario abordarlos de una manera diferente. Necesitan ser contextualizados, archivados y analizados con un enfoque interdisciplinario, utilizando no solo la crítica de arte sino también la antropología, la sociología, la semiótica, etc. Además, no tenemos algunas «obras maestras» que puedan simplemente seleccionarse y exhibirse. Los historiadores tienen que lidiar con una cultura mundial gigantesca, magmática y en constante cambio que sigue produciendo contenido a un ritmo imposible.

Hay tentativas como la del mexicano Jaime Martínez, que combina la fotografía clásica con los GIF. ¿Las nuevas tecnologías son una herramienta más o se han convertido en un medio artístico en sí mismo?

Los artistas siempre han sentido curiosidad por la tecnología. Cada vez que aparece una nueva herramienta (o una nueva máquina, en este caso), casi siempre es absorbida por el mundo del arte de diferentes maneras. Los artistas han utilizado la fotografía, los teléfonos, la radio, el cine, las computadoras, los gráficos digitales, las aplicaciones web y la inteligencia artificial. A veces fusionan técnicas más tradicionales con otras nuevas, pero a veces también dedican toda su investigación a un único medio, indagando su especificidad.

La dominación de la imagen, casi podríamos decir su imperio, ¿de qué modo afectará al pensamiento, a la palabra?

Vivimos rodeados de imágenes, pero también utilizamos muchas palabras. Si lo piensas bien, en línea estamos casi constantemente leyendo, escribiendo y hablando. El problema con las palabras es el mismo que tenemos con las imágenes, y este problema tiene un nombre: sobrecarga de información y nos hemos enfrentado a esta situación al menos desde los años 90. Sigue empeorando y los humanos no están biológicamente equipados para gestionarlo.

La provocación que supone la imaginería del troll, ¿hasta qué punto incita a la acción o mantiene el statu quo de aquello que critica?

El trolling rara vez funciona como una forma de incitar a la acción real. Pero contamina la conversación, polariza el debate y, en ocasiones, puede tener consecuencias muy desagradables. Pero su naturaleza no es la de la propaganda; se trata más bien de convertirse en agente del caos puro.

Sé que, al explicarlos, como los chistes, pierden la mayor parte de su gracia, pero, de todos los memes que aparecen en su ensayo, ¿por cuál siente una especial querencia?

Tengo debilidad por los memes performativos. Como, por ejemplo, el meme ‘Cabeza en el congelador’ o el meme ‘Sándwich mundial’. Me encanta cuando la gente se involucra en actividades extrañas e inútiles y transforma esas acciones en fenómenos culturales mundiales. El extraño encuentro entre el arte escénico y los memes es uno de los acontecimientos culturales más inesperados e interesantes de nuestro tiempo.

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