Sociedad

Cinco magufadas refutadas por la ciencia en las que seguimos creyendo

Vacunas y autismo, dietas depurativas, homeopatía, ‘chemtrails’, el horóscopo… Son muchas las teorías irracionales que cuentan con el respaldo de miles de creyentes. Hoy repasamos algunas de las más extendidas.

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Eugenia Loli
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02
noviembre
2023

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Eugenia Loli

¿Qué son las magufadas? Se trata de un término peyorativo muy empleado en internet, especialmente en entornos escépticos y divulgativos, pero el origen de esta palabra no está del todo claro. Se cree que la palabra «magufo» podría haber sido inventada yuxtaponiendo los términos «mago» y «ufólogo», con el objetivo, precisamente, de hacer referencia a aquellos que creen en cosas «mágicas», pseudociencias y teorías de la conspiración varias.

Aunque quien habla de magufadas suele hacerlo con desprecio altanero, no siempre es tan fácil discernir lo que es mito de lo que es ciencia. De hecho, todos conocemos a alguien (al que presuponemos razonable) que, inesperadamente, nos ha confesado algo como que tiene muchas dudas de que el hombre realmente pisara la luna en 1969.

Por eso, con ánimo pedagógico, recogemos aquí algunas de las magufadas más extendidas sobre las que conviene estar alerta.

1. Las vacunas son perjudiciales para la salud

En este mito puede haber tantas variaciones como la persona conspiranoica en cuestión desee, pero la más famosa, probablemente, sea la que vincula las vacunas con el autismo. Se basa en una investigación preliminar publicada en la revista The Lancet en 1998, en la que el médico Andrew Wakefield sugería la posibilidad de que hubiera un vínculo causal entre una vacuna contra el sarampión y el desarrollo de comportamientos autistas en 12 niños vacunados. Aunque posteriormente se supo que los resultados habían sido falseados, Wakefield fue declarado no apto para el ejercicio de la profesión por el Consejo General de Medicina de Reino Unido y hubo múltiples estudios que negaron cualquier tipo de vínculo entre las vacunas y el autismo, el mal ya estaba hecho. Actualmente la comunidad médica de todo el mundo apoya de forma unánime la conclusión de que no existe evidencia que relacione la vacunación y el desarrollo de los trastornos del espectro autista (TEA).

2. Las dietas détox ayudan a depurar el organismo

El campo de la nutrición y, especialmente, de las dietas de adelgazamiento, es un área en la que los mitos campan a sus anchas. Dieta paleo, cetogénica, ayunos y semiayunos… los pseudonutricionistas mezclan sin pudor en sus discursos conceptos aparentemente científicos con ocurrencias de origen difícil de rastrear. Las dietas détox no son una excepción. En teoría, estas dietas depurativas logran eliminar de nuestro cuerpo los residuos tóxicos que se van almacenando con una alimentación normal.

Sin embargo, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria incluyó en 2016 a las dietas détox entre los riesgos emergentes nutricionales debido a su alto contenido en oxalatos. Este tipo de dietas suelen alterar el equilibrio nutricional dando mayor protagonismo a batidos de verduras de hoja verde con contenido muy alto en oxalatos, que aumentan el riesgo de desarrollar cálculos renales. Además, pueden derivar en deficiencias nutricionales graves.

Por otro lado, como explica el doctor Jesús Román, presidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), a El País, nuestro cuerpo ya dispone de órganos y vías metabólicas encargados de eliminar las sustancias que no son de provecho. Y en caso de intoxicación, no se curará tomando zumos, sino con un lavado de estómago.

3. La homeopatía es una medicina alternativa con efectos probados

El origen de la homeopatía se sitúa en la obra del médico alemán del siglo XVIII Samuel Hahnemann, quien sostenía el arbitrario principio de que «lo similar cura lo similar», por lo que las diluciones repetidas en agua de determinados productos naturales hacían cada vez más potentes sus efectos cuanto más diluidos estaban. En la actualidad, son múltiples los productos homeopáticos que se venden en las farmacias; en ellos se puede encontrar abundante agua, lactosa y sacarosa, pero es imposible hallar trazas del producto original que allí va diluido.

Aunque una de cada tres personas en España ha recurrido a la homeopatía para tratar algún problema de salud y esta pseudociencia se encuentra ampliamente legitimada por su presencia en farmacias, lo cierto es que no hay ninguna evidencia científica que demuestre su eficacia, más allá del efecto placebo. Sí hay, por el contrario, siete estudios Cochrane, que concluyen que la homeopatía es inútil para tratar enfermedades. Además, ninguno de los productos homeopáticos de venta en las farmacias han pasado el filtro de demostrar su eficacia en ensayos clínicos (como ocurre con los medicamentos). Los únicos controles que han de pasar son los que prueban que no resultan peligrosos para el consumidor.

4. Las estelas que vemos en el cielo son sustancias químicas y biológicas lanzadas para acabar con nosotros

La teoría de la conspiración de los chemtrails defiende que las estelas de condensación que se producen al paso de los aviones serían en realidad fumigaciones masivas de sustancias químicas o biológicas dañinas que se estarían rociando sobre nosotros con diversos objetivos (normalmente, relacionados con la salud o el control del clima).

En realidad, las estelas que vemos en el cielo al paso de los aviones están causadas por el enfriamiento de los gases que emite el avión en contacto con el aire, que en casos de humedad, producirán condensación del vapor de agua. Además, como explican desde la AEMET, «si las estelas consistieran en compuestos metálicos dispersados desde aviones, para obtener una estela de las dimensiones de las estelas persistentes, haría falta dispersar una cantidad tal de material cuyo peso ningún avión sería capaz de transportar».

5. Nuestro destino está escrito en las estrellas

Si hay una pseudociencia que lleva años siendo denostada, pero siempre encuentra nuevas formas de arraigo, es la astrología. Desde los antiguos babilonios hasta los influencers de las redes sociales, siempre ha habido quien creyó que la posición y movimiento de los astros puede servir de base para conocer el destino de las personas.

No hay ningún estudio científico que demuestre la validez del horóscopo, aunque se haya puesto a prueba en múltiples ocasiones. Por poner solo un ejemplo, en los años 80 el investigador Shawn Carlson realizó un estudio en el que probó con métodos de doble ciego que las predicciones de los astrólogos resultaban erróneas, y que solo lograban correlacionar correctamente una de cada tres cartas astrales con el perfil de personalidad adecuado: la misma proporción que al azar.

Los científicos, sin embargo, sí han sabido explicar qué mecanismos psicológicos nos empujan a creer en la astrología. Por ejemplo, el efecto Forer y la falacia de validación personal, que hace que busquemos identificarnos con descripciones ambiguas y genéricas que se aplican a nuestra persona.

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