El premio de no abandonar

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Juan León García

Iyana Martín Carrión es una joven asturiana de 17 años. Ya ha sido bautizada como la nueva promesa del baloncesto femenino español: partido tras partido, consiguió unas estratosféricas estadísticas con la Selección Sub-18 en el Europeo de Turquía. No obstante, pese a su éxito, Carrión también ha experimentado momentos de incertidumbre sobre si seguir o no jugando al deporte que ama.

«El año pasado hubo un momento en que pensé en hablar con mis padres y decirles que no me apetecía continuar», reconoció en el documental The Coming of Age.

Su confesión muestra un fenómeno que preocupa: cuatro de cada cinco chicas (exactamente, un 76%) no cumplen con las recomendaciones mínimas de actividad física establecidas por la Organización Mundial de la Salud, frente a los casi dos de cada cinco chicos (59%). Para saber las causas, Endesa creó hace dos años el proyecto Basket Girlz junto con la FEB y el CSD con el objetivo de luchar contra el abandono deportivo en chicas adolescentes, promoviendo incluso una investigación junto con la psicóloga deportiva y exjugadora profesional Mar Rovira.

Iyana Martín, promesa del básquet español: «Pensé en hablar con mis padres y decirles que no me apetecía continuar»

En él, detectaron dos momentos clave: a los 12 años y, después, al llegar a segundo de Bachillerato. Nunca hay un solo motivo, precisa Rovira: «Como podíamos esperar, el abandono no es algo simple, sino que es multifactorial». Las crecientes complicaciones en la gestión del tiempo propician que las familias antepongan «los estudios al deporte, cuando en una buena cultura deportiva no hay que anteponer nada». Además, la figura de los entrenadores y la falta de referentes son pequeñas «gotas malayas» que, al final, resultan determinantes.

El documental, que forma parte de esta iniciativa, muestra la vida de las jóvenes durante todo un curso de convivencia en el centro barcelonés de alto rendimiento para deportistas Joaquín Blume, donde formaron equipo y aprendieron valores básicos del baloncesto.

Basket Girlz también aborda la sensibilización a través de una serie de vídeos de mujeres que jugaron al baloncesto en su juventud, en los que relatan cómo su práctica les inculcó unos valores muy útiles para su vida personal y laboral. Otro objetivo, reconoce María Lacasa Marquina, responsable de patrocinios de Endesa, es «pasar a la acción» con iniciativas para mejorar las carencias detectadas tanto en niñas, padres, entrenadores o clubes, entre otros aspectos que rodean la vida de las jóvenes.

Todos son rasgos que identifican los patrocinios con propósito de la compañía. Es decir, acciones «que tengan algún carácter social, medioambiental o inclusivo», explica Lacasa, con el espíritu de «devolver a la sociedad, a través de ese apoyo al baloncesto, al menos una parte de todo lo que ese patrocinio nos está dando y que nos genera muchos momentos positivos».

Otra de las compañeras de la misma generación de Martín fue la gallega Irene Noya Catoira, vivo ejemplo de cómo amar el baloncesto desde el banquillo: durante la temporada se rompió el quinto metatarsiano del pie izquierdo, contratiempo que superó con el apoyo de sus compañeras y amigas. Noya lo tiene claro: «El baloncesto ayuda tanto a la salud física como a la salud mental».