Agua o hambre, la dicotomía interminable

«Conscientes de la problemática energética global y sus desafíos extraordinarios queremos dar una respuesta colaborativa a los retos que enfrenta la población del mundo a la escasez de agua, desde una perspectiva humanista y comprometida con las dificultades de las personas y las desigualdades que podrían agudizarse». Este era el punto de partida de la mesa de debate «Agua o hambre», en el marco del XII Foro Humanismo y Empresa, y que se celebró el próximo 25 de octubre en Madrid.

La mesa contaba con la participación del CEO de la vertical del agua de CoxAbengoa, Miguel Ángel Fernández, el presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España, Juan Valero de Palma Manglano, y Luis del Rivero, agricultor e ingeniero de Caminos, con la moderación del exministro de Agricultura y catedrático emérito de la UPM, Jaime Lamo de Espinosa. Personas con vasta experiencia en el sector del agua que ofrecieron una lectura histórica profunda sobre el recurso en nuestro país.

Jaime Lamo de Espinosa abrió el debate recordando que el agua es vida y salud, sin agua nos morimos. Puede parecer evidente, pero es lo que no debemos olvidar jamás cuando pensamos en alternativas de gestión del recurso: «El agua es fundamental para la vida y debe llegar a todas las personas». A partir de este punto, el catedrático explicó que la gestión del agua en nuestro país es una historia de superación. Como destacó Luis del Rivero, agricultor e ingeniero de Caminos, hay una importancia en ser realista cuando se habla sobre gestión hídrica, puesto que «acabar con el hambre y acercar el agua potable a todos es un sueño de antes, pero llevamos 50 años haciendo lo mismo».

Por su parte, Juan Valero de Palma Manglano, presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España apuntó en su exposición la necesidad de modernizar no solamente los regadíos, donde España es pionera mundialmente, sino otros aspectos indirectos como la lentitud de los trámites. De Palma expresó que, después de Israel, España es pionera en modernización de regadíos, y que el país debería sacar pecho por ello. «Después de treinta años de trabajo intenso colaborando entre ministerios, regantes y comunidades autónomas, un 80% de los regadíos españoles están modernizados, aunque el resto siguen siendo un reto que debemos asumir», señaló. Además, también pidió acabar con esta demonización de la agricultura como grandes consumidores del agua, y empezar a poner en valor la tarea que hacen en beneficio de toda la sociedad.

«Las decisiones que tomemos hoy puede que no terminen con el hambre en el mundo, pero sí que pueden hacer que haya más o menos hambre en el mundo»

Finalmente, el CEO de la vertical del agua de CoxAbengoa, Miguel Ángel Fernández, afirmó que ya existen, en el mundo y en España, sistemas que llevan a potabilizar aguas con una calidad buena. Entre ellos, puso como ejemplo la desalación. Ante las críticas que existen en este tema, el experto explicó que lo que resulta fundamental es asegurar una variedad de fuentes en el agua que usamos y producimos. «En España la desalación aporta agua al riego, un 20-30% del agua desalada, mientras en otros países es un 1%, casi irrelevante». Añadió que esta práctica está más instaurada en los países del Golfo Pérsico, con inversiones multimillonarias y construidas por empresas españolas en su gran mayoría. «España está aportando soluciones tecnológicas importantes en el mundo del agua, de esto también deberíamos estar orgullosos», apuntó.

Las diferentes intervenciones aportaron numerosos datos sobre la gestión del agua, y coincidieron en uno de los retos más importantes del sector hídrico: conectar a todos sus actores. Si bien la perspectiva de los invitados fue interesante, resultaba incompleta y necesitaba de otras voces para conseguir una mirada más amplia de la situación. A pesar de este punto crítico, la mesa organizada dentro del marco del XII Foro Humanismo y Empresa fue un encuentro altamente divulgativo. Como mencionó el presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España, «las decisiones que tomemos hoy puede que no terminen con el hambre en el mundo, pero sí que pueden hacer que haya más o menos hambre en el mundo».