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COLABORA2023
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Cada año la revista Time elige a las 100 personas más influyentes del mundo. En general, la lista está compuesta por artistas, políticos y empresarios. Este año en la sección Innovadores, entre Kylian Mbappé y Bob Iger (CEO de The Walt Disney Company), aparece el chef Sean Sherman. Es parte de la tribu Oglala Lakota Sioux y su misión es revitalizar los sistemas alimentarios indígenas, además de generar conciencia sobre el potencial transformador de estas formas alimentarias. Sherman es un galardonado chef, educador, autor y activista. Su estilo de cocina se basa en los sistemas alimentarios indígenas precoloniales, utilizando solo ingredientes que son nativos de América del Norte. Fundó, además, el negocio de educación alimentaria indígena y el servicio de catering The Sioux Chef y cofundó la organización sin fines de lucro North American Traditional Indigenous Food Systems (NATIFS). En 2022, Owanmi, el restaurante del que es copropietario, ganó el premio James Beard al Mejor Restaurante Nuevo. Hablamos con él.
Lleva cocinando más de 30 años, ¿alguna vez pensó que iba a ser parte de la lista de las 100 personas más influyentes del mundo, según la revista Time?
No, en absoluto. Todo esto ha sido una sorpresa y es un gran honor. Pero yo siempre he tenido claro que esto es más grande que yo. Nunca ha sido sobre mí o sobre mi ego. Realmente se trataba de hacer algo que no tenía visibilidad y que debía tenerla.
¿Por qué cree que este reconocimiento está pasando ahora? ¿Por qué no sucedió antes?
Esa es una pregunta que me he hecho muchas veces. Cuando comencé a trabajar en este proyecto, la gente me preguntaba: «¿Por qué no hay restaurantes nativos americanos en todo Estados Unidos?». Para mí, simplemente se convirtió en un estudio de la historia de lo que nos sucedió como pueblos indígenas, la historia de nombrar qué es el colonialismo y cómo nos afectó aquí en Estados Unidos; pero también se trata de mirar a otros países con situaciones similares de supresión y opresión, el genocidio, la eliminación y la continuación de la segregación de los pueblos indígenas, que sigue estando muy activa en el mundo actual.
¿Y qué ha observado?
Muchos de los esfuerzos de asimilación cultural acabaron con muchas de nuestras culturas y continúan dañando nuestras culturas en general. Y aquí es cuando esto se convierte en una imagen más amplia de cómo empezamos a preservar las bases de conocimiento indígena y realmente entendemos el valor de estos pueblos y la increíble cantidad de educación que tenían sobre cómo vivir de manera sostenible con el mundo que nos rodea. Siento que todavía hay mucho trabajo por hacer: la razón por la que no vemos alimentos nativos americanos en todas partes es porque todavía estamos saliendo de esta historia muy racista del colonialismo.
«La razón por la que no vemos alimentos nativos americanos en todas partes es porque todavía estamos saliendo de esta historia muy racista del colonialismo»
¿Cómo explicaría qué es la cocina nativa estadounidense?
Básicamente, eliminamos los ingredientes coloniales europeos. Quitamos cosas que antes no existían en el continente, como la harina de trigo, la caña, el azúcar, los productos lácteos, la carne de vacuno, el cerdo, el pollo y nos enfocamos en la inmensa diversidad de las comunidades indígenas. No importan las fronteras coloniales impuestas en América o quién hable español, francés o inglés, porque todos esos son idiomas coloniales europeos. Se trata realmente de comprender la tierra y las culturas que todavía están aquí, a pesar de los esfuerzos extremos para tratar de eliminarlas. Y se trata de mirar lo positivo y comprender cómo todos podemos ser mejores juntos.
¿Es más saludable esta manera de cocinar y comer?
Absolutamente. Por ejemplo, la mayoría de las culturas de las Américas, tanto del norte como del sur, ni siquiera tenían caries, porque muchos de nosotros vivíamos con dietas con un índice glucémico muy bajo. Había una inmensa diversidad de plantas, mucha diversidad de proteínas, aves, mamíferos, reptiles e insectos. Nuestra comida es sin gluten, sin lácteos, sin azúcar, sin soja, sin cerdo.
Hay una frase que me llamó la atención en el artículo Time 100 y es que usted le está enseñando a la gente «a comer en armonía con la Madre Naturaleza». ¿Cómo de importante cree que es eso, considerando lo que está pasando el mundo en este momento?
Creo que es realmente importante porque miras a los pueblos indígenas en todo el mundo y te das cuenta de cómo estaban sobreviviendo: la mayoría de las culturas sobrevivían con sistemas alimentarios comunitarios donde todos trabajaban para recolectar alimentos. Ya sea la caza, la agricultura, la cosecha, la recolección de alimentos silvestres a nuestro alrededor, todos tenían este sentido de esta profunda conexión con el mundo que nos rodea, con la comida, las plantas y la naturaleza. Estas comunidades tenían, y tenemos, un profundo respeto por el medioambiente.
¿Y cómo cambia esto con el colonialismo?
El método del colonialismo era, básicamente, la extracción con fines de lucro. Los colonos llegaban para construir una gran cantidad de riqueza a partir de espacios de tierra que no eran suyos. Además, explotaban los recursos humanos con los gigantescos tráficos de esclavos que iban y venían. Es realmente importante observar los valores que tienen todos los pueblos indígenas a escala global; y también es importante pensar cómo podríamos ser mejores humanos si nos tomamos el tiempo de escuchar a las personas que han descubierto cómo sobrevivir de manera sostenible con el mundo que los rodea durante miles de generaciones, en lugar de destruirlo en un par de siglos.
Durante un tiempo estuvo trabajando en cocinas «normales» y estandarizadas. Y luego, en un momento, decidió cambiar. ¿Por qué decidió que esta es la cocina en la que quería trabajar?
Crecí en Pine Ridge, una reserva de indígenas estadounidenses nativos en Dakota del Sur. Mi madre nos mudó a mi hermana y a mí fuera de la reserva cuando yo era muy joven. Nos fuimos a un pueblo muy pequeño que era mayoritariamente blanco y comencé a trabajar en restaurantes cuando yo tenía unos 13 años. Después de la universidad, me mudé a Minneapolis y seguí trabajando en restaurantes. Ascendí bastante rápido, solo porque tenía una buena ética de trabajo y algo de experiencia. Me convertí en un chef muy joven y trabajé para muchos buenos restaurantes aquí en la ciudad de Minneapolis, en Minnesota. Fue unos años después de esa carrera de chef cuando tuve la epifanía.
¿Qué pasó?
Me mudé a México y vivía en el estado de Nayarit, en la costa oeste, en el Pacífico. Me interesé mucho por la población indígena donde me alojaba. Son los huicholes; comencé a investigarlos, a estudiarlos y vi tantos puntos en común entre su cultura y la cultura con la que crecí en la reserva de Pine Ridge que me emocioné. Teníamos nuestros propios idiomas. Teníamos nuestra propia forma de vestir. Teníamos un montón de atuendos realmente coloridos. Incluso el humor y nuestros gestos, como pueblos indígenas.
¿Cómo fue esa epifanía?
Me di cuenta de que sabía muy poco sobre mi propia ascendencia indígena en lo que respecta a los alimentos. Como chef, había estado estudiando alimentos de todo el mundo y fue muy sorprendente que pudiera nombrar cientos de recetas europeas en idiomas europeos, pero sabía muy poco sobre mi herencia. Me pregunté: ¿cómo perdimos tanto conocimiento? Así que pasé algunos años investigando y tratando de entender qué comían, qué cosechaban mis antepasados, qué usaban en vez de sal, grasas y azúcares, cómo conservaban los alimentos. Y a medida que comencé a aprender más sobre mi propia cultura, comencé a ver similitudes de otras culturas indígenas a mi alrededor.
«A medida que comencé a aprender más sobre mi propia cultura, comencé a ver similitudes de otras culturas indígenas a mi alrededor»
¿Y ahí llegó NATIFS, North American Traditional Indigenous Food Systems?
Sí. Abrí esta organización sin fines de lucro llamada NATIFS, que significa Sistemas Alimentarios Indígenas Tradicionales de América del Norte. Observamos a todas las comunidades indígenas desde México hasta Alaska, buscamos entender la inmensa diversidad que existe y tratamos de registrarla. Establecimos la filosofía de eliminar esos ingredientes coloniales para mostrar lo que podrían ser los alimentos indígenas. Siento que aún estamos comenzando, pero hemos hecho mucho en muy poco tiempo.
Básicamente, usted está cambiando el mundo a través de la comida…
La comida es poderosa y tenemos que encontrar mejores formas, tenemos que ser mejores humanos, que cuidar nuestro medioambiente, porque nuestra comida viene de la tierra. Debemos entender la relación que tenemos con el mundo que nos rodea. Es necesario nombrar el colonialismo por lo que es: la destrucción con el único propósito de obtener ganancias. Esto no es sostenible para nosotros a escala global. Debemos celebrar la diversidad en lugar de tratar de homogeneizar. Y deberíamos estar muy orgullosos de estas increíbles culturas que aún existen a pesar de la extrema violencia que han sufrido.
Su discurso es extremadamente poderoso y probablemente haya mucha gente a la que no le guste.
Mucha gente dice: «Te amo como chef, pero deberías quedarte en tu carril y no hablar de política», pero debemos seguir presionando porque esta es una oportunidad única. Hay muchas culturas indígenas que todavía están prosperando a pesar de los muchos peligros para ellas. Tenemos que, como colectivo global, hacer algo para proteger las culturas indígenas que todavía están vivas.
Esta entrevista es parte de un acuerdo de colaboración entre el diario ‘El Tiempo‘ y la revista ‘Ethic’. Lea el contenido original aquí.
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