Amor y sexo multiplicados
Cada vez más personas optan por relaciones abiertas, las llamadas no monógamas o liberales. De hecho, según el CIS, el 41,4% de los españoles ya está de acuerdo con la idea de que se pueden mantener relaciones sexuales fuera de la pareja.
Artículo
Si quieres apoyar el periodismo de calidad y comprometido puedes hacerte socio de Ethic y recibir en tu casa los 4 números en papel que editamos al año a partir de una cuota mínima de 30 euros, (IVA y gastos de envío a ESPAÑA incluidos).
COLABORA2023
Artículo
Al igual que el mito de la media naranja ha ido perdiendo fuerza a medida que han pasado los años en la percepción colectiva del amor, la idea de la monogamia también se ha empezado a cuestionar. Las relaciones abiertas –también llamadas liberales– son una opción por la que optan cada vez más personas. Según refleja la encuesta sobre relaciones sociales y afectivas publicada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en abril de este año, el 41,4 % de los españoles está de acuerdo en que se pueden mantener relaciones sexuales fuera de la pareja previo acuerdo; pero aún son más quienes creen que una persona puede mantener dos o más relaciones afectivo-sexuales al mismo tiempo: un 47,4%.
«Palabras como ‘poliamor’, ‘relación abierta’, ‘BDSM’, ‘sexo kinky’ o ‘ambiente liberal’ suscitan interés, curiosidad, rechazo y debate, hoy más que nunca, aunque las sexualidades disidentes están rodeadas de tabú, tópicos y estigmas», explica la socióloga Cecilia Bizzoto, en un evento que acaba de organizar JOYclub, una red social liberal que congrega a más de cinco millones de personas.
Existen varios tipos de parejas abiertas. Algunas de ellas implican una apertura sexual, que puede ser compartida entre los miembros de la pareja –swingers– o ser explorada por cada cual por separado; mientras que otras incluyen también lo afectivo –poliamor y anarquía relacional–. En estos últimos casos, se habla en términos de vínculos.
Los prejuicios y las opiniones sobre lo desconocido se extienden fácilmente, pero lo cierto es que el acercamiento a estas realidades, de la forma que sea, permite comprender y aprender qué implican. Olga Castán y Sergio Martínez llevan un año en una relación no monógama y hacen divulgación a través de las redes sociales. «Llegamos a la conclusión de que queríamos una relación que se adaptara más a nuestra forma de ser», señalan. «Siempre tenemos presente la confianza, el amor, el respeto y la libertad, y basamos la fidelidad en dos pactos: uno de fluidos, que quiere decir que usamos siempre protección al tener sexo con otras personas, y otro de no hacernos daño», apunta Olga Castán.
El 41,4 % de los españoles está de acuerdo en que se pueden mantener relaciones sexuales fuera de la pareja previo acuerdo
Una de las preguntas que afloran al hablar sobre parejas no convencionales suele ser la referente a los celos. «Hay que hacer un ejercicio de autoanálisis y tratar de definir qué es lo que está generando esos celos, si se deben a que sentimos que nuestra pareja nos está restando tiempo y atenciones, si es miedo a perderla totalmente porque la otra persona le guste más, o si hay una inseguridad personal de base, sobre todo si ya hemos sentido lo mismo en relaciones anteriores», reflexiona la psicóloga Bárbara Zorrilla Pantoja. «Es recomendable averiguar de dónde vienen, si de alguna carencia afectiva en la niñez, infidelidades de parejas anteriores e incluso propias», suma. A Olga Castán le sucede a veces, pero asume que es algo natural: «Lo que hacemos es hablar mucho, cuando sentimos esa alerta la analizamos e intentamos racionalizarla; así reducimos la intensidad y evitamos que se convierta en sufrimiento».
Aunque depende de muchos factores –como la personalidad de cada miembro o la historia de vida y nivel de autoestima de cada cual–, Bárbara Zorrilla explica que, de forma general, abrir la relación conlleva algunos beneficios. «Puede ayudar a sentirnos más libres, a explorar nuestra sexualidad, a afianzar nuestro compromiso, y a fomentar nuestra independencia afectiva e incluir novedades en nuestra vida», subraya. Pero, como cualquier decisión, también conlleva ciertos riesgos. «Es algo que nos puede apetecer por mucho motivos, como cumplir fantasías, darnos la oportunidad de conocer a otras personas e, incluso, poner a prueba y fortalecer el compromiso y la intimidad con nuestra pareja», apunta. «Pero si se hace por complacer a la otra persona o por miedo a perderla podemos llegar a tener problemas de autoestima, incrementar nuestra inseguridad y por supuesto, acabar con una ruptura», sintetiza.
Existir, existen diversas realidades y dinámicas afectivo-sexuales, aunque suelen permanecer invisibilizadas. «La monogamia está en la base de nuestro sistema cultural. ¿Por qué nos han vendido que es la única opción? El capitalismo y la religión nos han intentado impedir otras formas de vincularnos», añade Cecilia Bizzoto durante su presentación. Porque, más allá de las concepciones tradicionales, a muchas personas les gusta vivir y disfrutar sin límites y cumpliendo sus fantasías. Hacer del amor y del sexo, más que una suma, una multiplicación.
COMENTARIOS