La inercia de la sostenibilidad

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Mariana Toro Nader

@MarianaToroN

España tendrá que dedicar el 6,2% de su PIB anual solo a inversiones verdes, según las estimaciones. Se trata de una cifra reveladora: dobla la inversión realizada respecto al PIB total del país en 2022, lo que demuestra no solo la necesidad de movilizar capital privado, sino también de que este sea canalizado por el sector financiero para que amplifiquen su efecto, proporcionando financiación al tejido productivo.

La Unión Europea sigue avanzando en sus objetivos para la transición energética, algo que ayuda a las compañías a la hora de apreciar la importancia de invertir en estrategias que incluyan criterios ambientales, sociales y de buen gobierno (ESG, por sus siglas en inglés). Los bancos no se quedan atrás: el sistema financiero, hoy, juega un papel clave en la transformación social.

En la colaboración público-privada, señalada a menudo como la mejor estrategia para el crecimiento sostenible, los bancos son unos intermediarios esenciales para poder movilizar el ahorro hacia la inversión productiva. Por esta razón, el hecho de que el sistema bancario integre los criterios ESG en sus estrategias impacta positivamente en la sociedad, impulsando fondos que apoyan los proyectos sostenibles y la inversión socialmente responsable.

Es crucial que España logre afrontar con éxito su transición hacia la economía verde y le siga el paso a la irrupción tecnológica

Precisamente en esta línea, y gracias a sus líneas de crédito y otros productos financieros, solo en el primer trimestre de este año BBVA ha movilizado 3.300 millones de euros para la financiación del crecimiento inclusivo, lo que representa un incremento del 9,8% en comparación con marzo de 2022. En los últimos meses, el banco ha ayudado a que 34.000 familias compren su vivienda, a que 130.000 autónomos y pymes impulsen su negocio y a que 70.000 grandes empresas cuenten con la financiación necesaria. En 2022, además, BBVA alcanzó un récord en contribución fiscal de 11.000 millones de euros, un aumento del 33% con respecto al año anterior.

A todo ello se suman algunos de los proyectos de la compañía, centrados en la atención preferente para sectores vulnerables como los mayores de 65 años y las áreas rurales. En este sentido, BBVA ha destinado, entre 2021 y 2022, 237 millones de euros a iniciativas sociales que apoyen el crecimiento inclusivo de las sociedades en las que la entidad está presente, una cantidad que representa el 43% del Compromiso con la Comunidad hasta 2025, establecido en 550 millones de euros.

Y es que, como afirma Onur Genç, consejero delegado de BBVA, «es a través del apoyo a autónomos, pymes, empresas, hogares y particulares como la banca contribuye al progreso de la sociedad: apoyándoles en los momentos difíciles, financiando sus proyectos de futuro y acompañándolos en la transición hacia una economía descarbonizada».

En los últimos años hemos tenido que enfrentarnos a circunstancias desafiantes, como la pandemia de la COVID-19, la inflación rampante y los efectos de la crisis climática. Por eso, es crucial que España logre afrontar con éxito su transición hacia la economía verde y le siga el paso a la irrupción tecnológica. De cara a esto, el sector bancario cumple una labor neurálgica en la mejora de la competitividad y, lo que es más importante, en el crecimiento social.