Economía

Reduzca las horas, aumente su productividad

Varias empresas han visto incrementar la productividad al recudir la jornada laboral de sus plantillas, aunque no es la única ventaja: la reducción del estrés y el agotamiento o una mejora de la conciliación son también algunas de ellas.

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15
junio
2023

Desde hace unos meses, la discusión sobre la reducción de la jornada laboral y su relación con la productividad ha ocupado un considerable tiempo del debate político y social. De hecho, el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio lanzó hace unas semanas ayudas para que las empresas industriales de hasta 250 trabajadores y trabajadoras reduzcan la jornada laboral a cuatro días sin recortar el sueldo.

El tema no es baladí: si contabilizamos el tiempo de trabajo de una jornada completa, descontando vacaciones y días libres, obtenemos un total de 76.800 horas dedicadas a este ámbito (o lo que es lo mismo: 8,7 años de nuestra vida). ¿Es saludable dedicar tanto tiempo a  este terreno? La respuesta, a priori, es que no, sobre todo cuando está comprobado que una parte importante de esas horas no resultan provechosas, fundamentalmente porque una prolongada carga laboral no es sostenible a nivel mental. En este sentido, reducir la carga de trabajo permite a las plantillas disminuir el agotamiento y el estrés y, por tanto, el absentismo laboral. Además, esta reducción propicia también una mejora en la conciliación con la vida personal y familiar.

El conocido lema Van der Rohe, «menos es más», también se puede hacer extensivo al empleo y su tendencia reduccionista a lo largo de los siglos. En la Inglaterra del siglo XIX, antes de la Revolución Industrial, las semanas laborales solo contemplaban el domingo como día libre. A principios del siglo XX fue este mismo país el que aprobó la semana laboral de 40 horas, modelo que absorbería después Estados Unidos y que se ampliaría al resto de Occidente. Actualmente, la tendencia apunta hacia más tiempo de descanso y menos de trabajo, y algunas grandes empresas como Microsoft ya han comprobado sus beneficios. La filial japonesa de la multinacional, de hecho, aplicó en 2019 la jornada laboral de cuatro días con el objetivo de mejorar la productividad, alcanzando un 40% de mejores resultados que los obtenidos hasta entonces. Aunque no todo son buenas noticias: Microsoft ya ha anunciado que despedirá al 5% de su plantilla a lo largo de este 2023 para poder realizar una inversión más elevada en inteligencia artificial. La moneda tenía esta otra cara.

Si contabilizamos el tiempo de trabajo dedicado a una jornada completa, descontando vacaciones y días libres, obtenemos un total de casi 9 años de nuestra vida

Pero más allá de las corporaciones, algunos países ya se lanzaron hace tiempo a esta aventura. En Reino Unido, el proyecto 4 Day Week Global experimentó durante meses con la semana de cuatro días, una iniciativa en la que participaron 3000 personas de diversos sectores productivos. Casi el 80% de quienes lideraban las compañías expresaron que la transición había sido «buena», mientras que los equipos de trabajo reportaron niveles más bajos de estrés, fatiga, insomnio y agotamiento, así como mejoras en la salud física y mental.

Previamente, la empresa neozelandesa Perpetual Guardian ya había decidido implantar una medida inusual: en 2018 dio a cada empleado y empleada (230 en total) un día libre a la semana. Tras un periodo de prueba de ocho semanas, constató un incremento del 20% en su productividad y pasó a convertir la semana de cuatro días en una medida permanente. Pero no tenemos que irnos tan lejos para encontrar casos de éxito. En el año 2020, la empresa Software Delsol se convirtió en la primera de España en implantar la jornada de cuatro días, con 36 horas semanales. Después de esta llegó Zataca, que pasó a ser la segunda empresa española que ponía en práctica la semana laboral de cuatro días. En este caso, aunque tampoco se redujeron los salarios, sí se mantuvieron la cantidad de horas (37,5) semanales, aunque repartidas de lunes a jueves. La experiencia fue tan buena que otras empresas les contactaron para preguntar por la implantación de la medida. La cadena madrileña La Francachela hizo lo propio, como también lo hicieron Good Rebels hace ya cinco años, manteniendo el salario y fijando los viernes como jornadas libres. El resultado: un aumento del 7% de la productividad al año. El grupo empresarial Simeom Capital también experimentó con la jornada limitada, sin recortar el salario pero aumentando a nueve las horas diarias. La ristra de ejemplos podría continuar. Y es que, parece demostrado que es posible empezar a trabajar menos para comenzar a vivir más y, sobre todo, mejor.

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