Medio Ambiente
Centros de datos y el camino hacia un futuro sostenible
Los centros de datos son una pieza fundamental del desarrollo tecnológico, pero también quienes consumen una elevada cantidad de recursos. Sin embargo, mejorar la eficiencia y su impacto en el entorno es posible.
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¿Puede la tecnología hacer frente al gran desafío de la sostenibilidad? Esta es una pregunta recurrente ante la urgente necesidad de tomar medidas para crear un mundo más verde. La digitalización ha demostrado ser un proceso imparable en la sociedad, impulsando las capacidades tanto de empresas como de personas. Al adoptar tecnologías en la nube, se ha abierto un mundo de posibilidades que ayuda a superar algunos de los desafíos actuales a los que nos enfrentamos: permite a organizaciones de todas las industrias transformarse, acelerar el ritmo de cambio y, en su conjunto, mejorar el futuro del planeta y de todos los que vivimos en él.
En este mundo cada vez más digital, los centros de datos se han convertido en el pilar sobre el que se sustentan servicios de todo tipo para la sociedad, desde los más críticos a los de puro ocio, suponiendo un elemento crucial ante el aumento de la demanda de servicios digitales. Y como grandes consumidores de energía, los centros de datos están en el centro de las conversaciones sobre eficiencia y emisiones de CO2.
No obstante, es posible utilizar tecnologías y emplear prácticas que reducen su impacto medioambiental y contribuyen a ese futuro más verde. Por ejemplo, las infraestructuras de centros de datos de nube pública más modernas incorporan avanzados mecanismos de optimización que, unidos a economías de escala, permiten obtener enormes ahorros energéticos de hasta el 93% y reducciones de emisiones de carbono de hasta un 98% respecto a las tradicionales infraestructuras de servidores de las organizaciones.
Las técnicas empleadas en estos data centers permiten minimizar su consumo energético y reducir la demanda de otros recursos clave. Es el caso del agua: para el año 2050, 1 de cada 4 personas podría estar viviendo en países afectados por una escasez crónica de agua y, en algunas regiones, tendría un impacto directo sobre el PIB, que podría disminuir hasta un 6%. Es necesario contar con una aproximación inteligente al agua, que consiga reducir su consumo y reponer más de la consumida a nivel global. En el caso de los centros de datos, es posible ahorrar agua en su refrigeración a través de la implementación de tecnologías más eficientes –como utilizar aire exterior directo para refrigerar los servidores o utilizar técnicas de evaporación directa, que requiere una cantidad de agua muy inferior en comparación con otros sistemas de refrigeración convencionales– o aplicar sistemas de reutilización de agua.
Por otro lado, se pueden utilizar plataformas de reciclaje de materiales. Los deshechos electrónicos suponen el 70% de toda la basura que supone un riesgo medioambiental. Por ello, ubicar centros circulares en los centros de datos supone una excelente iniciativa. Es el caso de nuestro Centro Circular de Ámsterdam, que reutiliza el 83% de sus componentes y reutiliza un 17% de sus piezas críticas, al tiempo que contribuye al objetivo de reducir las emisiones de carbono en 145.000 toneladas métricas de CO2 equivalente.
También es posible reducir la dependencia de los combustibles fósiles y avanzar en la adopción de tecnologías de energía limpias. En 2022, conseguimos un hito especialmente relevante: generar una pila de hidrógeno verde lo suficientemente potente como para poder sustituir a un gran generador diésel. Este tipo de generadores son habitualmente usados por los centros datos en caso de fallo de la red eléctrica. Probamos que las células de combustible de hidrógeno pueden alimentar la totalidad de los de un centro de datos durante 48 horas consecutivas, lo que impulsa una economía de energía limpia de larga previsión, construida alrededor del elemento más abundante en el universo: el hidrógeno.
Igualmente, no podemos lograr nuestros objetivos de sostenibilidad solos: nuestra misión como compañía es impulsar a cada persona y organización en el planeta para hacer más. En este sentido, las soluciones como el Internet de las cosas (IoT) y la Inteligencia Artificial (AI) tienen innumerables aplicaciones en el sector de la energía, acelerando su transformación digital y la transición energética global, al extraer valor de los datos con los que ya cuentan las organizaciones: desde permitir a las distribuidoras eléctricas reorganizar las cargas durante los períodos de alta demanda o solucionar problemas de la cadena de suministro hasta crear pronósticos meteorológicos locales más precisos, a ayudar a los proveedores a encontrar formas de conseguir más energía.
Sin duda, el momento es ahora. La crisis climática puede impactar potencialmente en la economía global, los medios de vida y la salud. Y nuestra respuesta no puede ser menos: tanto Microsoft como el resto de empresas, organizaciones y personas debemos estar a la altura de la tarea. Nuestro compromiso es más grande que nunca, y continuaremos trabajando de forma conjunta con clientes, partners, ONGs y otras organizaciones en todo el mundo para ayudar a acelerar la transición hacia un futuro más sostenible.
Enrique Ruiz es el director de la nueva Región Cloud de Centros de Datos y Chief Employability Officer de Microsoft en España
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