Agua

Por qué debería beber agua del grifo

En España, la legislación obliga a ofrecer agua del grifo de forma gratuita en establecimientos como bares y restaurantes, pero ¿qué ventajas, más allá del coste, ofrece esta iniciativa?

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11
mayo
2023

Desde el pasado 10 de abril de 2022, la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular recoge que, en bares y restaurantes, es obligatorio ofrecer agua del grifo de forma gratuita. Esta medida pretende ofrecer formas más sostenibles de consumir lo que se comprende como un derecho humano, el acceso al agua, algo que ya se practica en otros países de la Unión Europea. Sin embargo, esta medida ha generado algunas resistencias por parte del sector hostelero: algunos establecimientos se han negado a ofrecer agua de forma gratuita y otros, por ejemplo, solo lo hacen si se pide por parte de la clientela. 

Una de las principales ventajas que se han apuntado a la hora de poder pedir agua del grifo es el hecho de que es gratuito y que, por tanto, representa una ventaja económica para los consumidores, pero también para los establecimientos. En España, producir un litro de agua embotellada cuesta unos 22 céntimos, mientras que en el caso del agua corriente el coste se reduce hasta los 0,002. El agua embotellada, por tanto, es hasta cien veces más cara que el agua del grifo. En este sentido, además, el restaurante también puede ganar económicamente, ya que, aunque puede argüir una pérdida de ingresos, se encuentra ante la posibilidad de reducir costes de almacenamiento y gestión. 

Pero pedir agua del grifo también tiene otras implicaciones, como el incentivo de consumir una bebida saludable frente a las bebidas gaseosas u alcohólicas que se pedirían normalmente en caso de tener que pagar. Muchos expertos defienden que el agua del grifo, además, evita la ingesta de contaminantes procedentes de la botella, como el antimonio –un metal que se libera del plástico– o un compuesto que se conoce como bisfenol A y que puede considerarse un riesgo para nuestra salud.

España es el quinto país de la UE que más agua embotellada consume, pese a que el Gobierno afirma que el 99,5% del agua es apta para el consumo

Sin embargo, este hecho también tiene una contrapartida: en España, algunas de las infraestructuras de transporte y potabilización no se han renovado desde los años ochenta, lo que tal como afirma la Asociación Española de Abastecimiento de Agua y Saneamiento (AEAS), supone una degradación gradual de algunas de las canalizaciones por fugas o corrosiones que pueden afectar a la calidad del agua si no se revisan con la frecuencia necesaria. Quizás es por esta razón que España es el quinto país de la UE en el que más agua embotellada se consume, pese a que el Ministerio de Sanidad afirma que el 99,5% del agua es apta para el consumo. Por tanto, si bien esta puede ser una fuente de abastecimiento saludable, los esfuerzos para que siga siéndolo deben mantenerse e incluso aumentarse si esta forma de consumo de populariza. 

Un tercer argumento para defender el uso del agua del grifo es su comodidad. Aunque en primera instancia esta pueda parecer una razón de poco peso, el hecho de poder disponer de agua sin necesidad de preocuparse por su almacenamiento, de su disponibilidad o de otros aspectos logísticos permite a los establecimientos alimenticios y hosteleros contar con una preocupación menos. Además, para el uso particular, esta medida también resulta inclusiva y práctica, especialmente para aquellas personas con movilidad reducida, de edad avanzada o poca capacidad de planificar.

Sin embargo, no conviene olvidar que si bien el caso español presenta claras ventajas para que el agua del grifo devenga una práctica habitual en bares, restaurantes y hogares, lo cierto es que en el mundo hay más de 2.000 millones de personas que aún no tienen acceso al agua corriente. Para poder hacer de esta práctica una experiencia mundial necesitamos repensar la forma en la que algo tan esencial como el agua llega a nuestras mesas, así como coordinar esfuerzos para que disponer de agua del grifo sea, en todo el mundo, un hecho económico, saludable y cómodo. 

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