Ciudades alineadas con los ODS

Durante los últimos años, y a medida que las nuevas tecnologías contribuían a hacer posible lo imposible, ámbitos como el cine, la literatura o incluso la propia imaginación colectiva han ido dibujando las ciudades del futuro como una conjunción de infraestructuras desafiantes y coches voladores. Sin embargo, llevar a la práctica este tipo de fantasías supondría poco menos que crear una suerte de Blade Runner, con megalópolis congestionadas y oscurecidas por la contaminación.

La realidad es que –y sin tiempo para digerir los errores cometidos durante el siglo pasado en la concepción de las mal llamadas «ciudades modernas»– el urbanismo enfrenta ahora el reto histórico de levantar las ciudades del futuro –en las que se concentrará la cifra de población más elevada de la historia– a partir de una base que está ya lejos de ajustarse a las necesidades del presente. Con un margen de acción cada vez más apremiante, las nuevas urbes están llamadas a ser el vehículo indispensable para un futuro sostenible y, con la ayuda de la tecnología, garantizar la salud y la comodidad poniendo a las personas en el centro.

La circularidad y la sostenibilidad son las protagonistas indispensables de esta estrategia. Así queda estipulado en la Nueva Agenda Urbana, un documento elaborado por Naciones Unidas para guiar estas transformaciones de forma efectiva y generalizada y en el que se remarca la importancia de que no solo sean los centros urbanos el objeto de reconversión, sino también las zonas periféricas y los distritos de negocios.

Madrid Nuevo Norte dibuja una urbe en la que el 80% de los desplazamientos se realizarán a pie, en bicicleta o en transporte público

Son muchas las ciudades que han comenzado a poner en marcha su reconstrucción y que plantean estos cambios como una inversión y no tanto como un gasto. Es el caso del proyecto Madrid Nuevo Norte, una iniciativa que supone la transformación urbana más importante de la capital y que contribuirá a generar un entorno más amable tanto para la vida como para el trabajo. El proyecto –que conjuga economía y salud a través de la última tecnología en urbanismo sostenible– sirve de perfecto ejemplo para explicar las bases de un futuro cada vez más cercano y que urge abordar con valentía.

Ciudad verde

Nada mejor que los datos para contrastar realidades. En firme consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcados por la ONU, Madrid Nuevo Norte –con epicentro en la estación de Chamartín, uno de los centros neurálgicos de la movilidad madrileña– dibuja una urbe en la que el 80% de los desplazamientos se realizarán a pie, en bicicleta o en transporte público. A su vez, esta intervención sobre la zona de negocios más importante de la capital regenerará más de 2,3 millones de suelos en desuso y aumentará en 400.000 metros cuadrados las zonas verdes, manteniendo el 76% de la superficie en manos públicas.

Son números que reflejan hasta qué punto una ciudad y su adaptación a las necesidades de su tiempo pueden servir para generar valor y mejorar la vida de sus habitantes minimizando su impacto en el medio ambiente. Como ocurre con otras urbes a la vanguardia de la sostenibilidad, Madrid Nuevo Norte traza la hoja de ruta para abordar el futuro con garantías al tiempo que responde a la pregunta de cómo deben ser las ciudades. Metrópolis con calles pensadas para ser caminadas, con amplios espacios públicos y una estructura que fomente el uso del transporte público. Ciudades efectivas, pero también acogedoras y potenciadoras de la comunidad.